Morfología

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La morfología de un lenguaje comprende las unidades mínimas de significado que se utilizan para formar palabras. Un morfema es la unidad mínima de significado; es una palabra o parte de una palabra que no puede descomponerse en partes significativas menores. Toda palabra del español está formada por uno o más morfemas. Algunas palabras consisten en un solo morfema (por ejemplo, ayuda), en tanto que otras están formadas por más de un morfema (por ejemplo, ayudante, que tiene dos morfemas, ayuda + ante, en que el morfema –ante significa “el que”, en este caso “el que ayuda”). Por consiguiente, no todos los morfemas son palabras independientes. Por ejemplo, pre-, -ción y -endo son morfemas.

Así como las reglas que gobiernan la fonología describen la secuencia de sonidos que pueden presentarse en un lenguaje, las reglas de la morfología describen la manera en que las unidades de significado (morfemas) se combinan para formar palabras (Tager-Flusberg y Zukowski, 2009). Los morfemas pueden cumplir muchas funciones gramaticales, como indicar el tiempo (por ejemplo, ella camina, o ella caminó) y número (ella camina o ellas caminan).