Alucinación
Se denomina alucinación la percepción sensorial que tiene el convincente sentido de la realidad de una percepción real, pero que ocurre sin estimulación externa del órgano sensorial implicado.
Las alucinaciones deben distinguirse de las ilusiones, en las que un estímulo externo real es percibido o interpretado erróneamente.
El sujeto puede tener conciencia o no tenerla de que está experimentando una alucinación.
Una persona con alucinaciones auditivas puede reconocer que está teniendo una experiencia sensorial falsa, mientras otra puede estar convencida de que la causa de la experiencia sensorial cuenta con una realidad física independiente.
El término alucinación no suele aplicarse a las falsas percepciones que se producen mientras se sueña, cuando se concilia el sueño (hipnagógicas) o cuando se produce el despertar (hipnopómpicas).
Algunas personas sin trastorno mental tienen experiencias alucinatorias transitorias. Algunos tipos de alucinaciones son:
Auditiva: Alucinación que implica la percepción de sonidos, más frecuentemente de voces. Algunos clínicos e investigadores no incluyen las experiencias que se perciben como originadas dentro de la cabeza y limitan el concepto de alucinaciones auditivas verdaderas a los sonidos cuyo origen sea percibido como externo. Sin embargo, en el DSM-IV no se distingue si el origen de las voces es percibido dentro o fuera de la cabeza.
Congruente con el estado de ánimo: Véase síntomas psicóticos congruentes con el estado de ánimo.
Gustativa: Alucinación que implica la percepción de sabores (habitualmente desagradables).
No congruentes con el estado de ánimo: Véase síntomas psicóticos incongruentes con el estado de ánimo.
Olfativa: Alucinación que implica la percepción de olores, por ejemplo, de goma quemada o pescado podrido.
Somática: Alucinación que implica la percepción de una experiencia física localizada en el cuerpo (tal como una sensación de electricidad). Debe distinguirse una alucinación somática de ciertas sensaciones físicas nacidas de una enfermedad médica todavía no diagnosticada, de una preocupación hipocondríaca con sensaciones físicas normales y de una alucinación táctil.
Táctil: Alucinación que implica la percepción de ser tocado o de tener algo bajo la propia piel. Las alucinaciones táctiles más frecuentes son sensaciones de descargas eléctricas y de hormigueo (la sensación de que algo se mueve o repta bajo la piel).
Visual: Alucinación que implica ver sea imágenes estructuradas, por ejemplo, unas personas, sea imágenes informales, por ejemplo, destellos de luz. Las alucinaciones visuales deben distinguirse de las ilusiones, que son percepciones erróneas de estímulos externos reales.