Percepción de la forma II. Detección y Discriminación

Detección de formas visuales

Como procedimiento general en una tarea estándar de detección, se presenta a los observadores determinadas formas visuales (patrones formados por puntos, figuras geométricas, etc…) bajo condiciones de degradación que hacen que la tarea resulte difícil, y se les pide que indiquen la presencia o ausencia del objeto. Con el fin de incrementar la dificultad de la tarea, se utilizan diversos procedimientos que permiten degradar los estímulos presentados; por ejemplo, se reduce el tiempo de exposición de los estímulos, se reduce el contraste, se enmascaran los estímulos o se presentan formas visuales incompletas. La diferenciación del objeto en relación al contexto puede realizarse sobre la base de color, movimiento, forma, profundidad, etc…

Detección de patrones de puntos

Una de las líneas de investigación dedicadas al estudio del proceso de detección de las formas visuales ha sido desarrollada por Uttal en sus investigaciones desde principios de los años 70.

Procedimientos de enmascaramiento visual

Consiste básicamente en la presentación de estímulos (patrones visuales formados por puntos) a los que se superpone un patrón de ruido, también formado por puntos pero distribuidos aleatoriamente. Este procedimiento se conoce en Psicología como “procedimiento de enmascaramiento visual”. La superposición del patrón de ruido al patrón original enmascara el estímulo original degradándolo de tal forma, que la tarea de detección resulta muy difícil.

El procedimiento desarrollado por Uttal, es particularmente adecuado para el estudio del efecto de la organización espacial de los elementos discretos que forman el patrón sobre la percepción de la forma visual ya que los patrones de puntos pueden considerarse como forma no familiares. La lógica que subyace al procedimiento radica en la consideración de que los puntos aislados, o elementos locales de la estimación, no aportan suficiente información para determinar la percepción de la forma visual.

Únicamente a partir de una configuración de puntos, con una determinada organización espacial, se puede detectar una forma o patrón visual.

No todas las configuraciones de puntos son igualmente apropiadas a la hora de detectar el patrón visual. Se ha constatado empíricamente, que algunas se detectan más fácilmente que otras cuando se mantienen constantes otros factores importantes como el número de puntos (densidad del patrón) o la distancia entre ellos (espaciamiento del patrón). Lo importante para la detección de las formas visuales es la geometría global de la configuración de puntos, mientras que las características locales son secundarias.

Factores que afectan a la detectabilidad de las formas visuales

El núcleo más importante de estudios sobre el proceso de detección se ha dedicado a determinar los factores que contribuyen a la detectabilidad de los patrones o formas visuales compuestos por puntos. Se estudiaron dos tipos de patrones: líneas y figuras geométricas. Se presentan algunos ejemplos:

1. Por lo que respecta a las líneas de puntos, se analizó el efecto del número de puntos sobre la detectabilidad del patrón. Los resultados indicaron que las líneas se detectaban mejor cuando el patrón estaba formado por un número determinado de puntos (cinco puntos).

Se detecta pero cuando estaba formado por menos puntos, y no se obtenía una mejora considerable en la detección cuando el patrón estaba formado por más de cinco puntos. Otro de los factores considerados como variable independiente fue la orientación de las líneas. Se presentaron líneas compuestas por siete puntos en cuatro orientaciones diferentes: vertical, horizontal y oblicuas (inclinadas hacia la derecha y hacia la izquierda). No se encontraron diferencias en la detección de líneas de función de sus distintas orientaciones, por lo que los autores concluyeron que la detección es independiente de la orientación de los patrones. También se examinó si la detección dependía del tipo de configuración de puntos (líneas rectas, curvas, etc.). Por lo general los resultados obtenidos se deben a la actuación de la regla de periodicidad lineal, según la cual las líneas rectas formadas por puntos constituyen el estímulo más potente en la detección de formas visuales ya que el sistema visual es especialmente sensible a la detección de líneas rectas.

2. Entre los factores que pueden afectar a la detectabilidad de las figuras geométricas se han estudiado los siguientes:

  • a) partes fundamentales en la detección de los polígonos. Para analizar este problema se produjo una distorsión en distintas partes de un triangulo mediante la eliminación de puntos en los lados, ángulos o se eliminaron algunos puntos aleatoriamente en la figura completa y se examinó en qué condición de las tres citadas se detectaba mejor el triangulo. Los resultados mostraron que la eliminación de puntos en los ángulos del triángulo empeoraba ligeramente la detección del patrón; además el empeoramiento era más drástico cuando se distorsionaban los lados del triángulo eliminando puntos en los lados. Entre resultado podría deberse a que la distorsión de los lados afecta a la geometría global del patrón dificultando su detección.
  • b) al igual que en la detección de líneas de puntos, otro de los factores examinados fue el efecto de la orientación de las figuras sobre la detectabilidad. Los resultados indicaron que la detección es independiente de la orientación de las figuras, por lo que este factor no parece tener relevancia en la detección de patrones visuales formados por puntos en general.
  • c) finalmente, una serie de estudios han tratado de determinar el efecto de la organización global del patrón sobre la detección. La organización del patrón es importante porque afecta directamente a la geometría global de las formas visuales. Los resultados indican que la detección de los patrones formados por puntos es afectada por la organización de la figura, se detectan mejor las formas regulares (cuadrados) que las irregulares (paralelogramos); así como por el grado de organización del patrón, se detectan más fácilmente los patrones más organizados que los menos organizados.

Detección de la simetría

Patrón simétrico: hace referencia a la invarianza de una configuración de elementos bajo determinadas transformaciones.

Tipos de simetría relevantes en el estudio de la percepción:

  • Patrones simétricos generados por medio de la transformación de reflejo o simetría bilateral.
  • Patrones simétricos generados por la transformación de traslación o simetría traslacional.
  • Patrones simétricos generados por cambio en la orientación o simetría rotacional.

A continuación se examinan los tipos de patrones simétricos y procedimientos experimentales más utilizados en el estudio de la detección de la simetría.

Patrones estimulares y procedimientos experimentales

La detección de la simetría ha preocupado a los investigadores desde los inicios de la Psicología Experimental. En el tratado de Mach “el análisis de las sensaciones”, ya encontramos una descripción de los distintos tipos de simetría y observaciones relacionadas con la detección de los mismos. Se presentan los distintos tipos de patrones simétricos descritos por Mach, generados por transformaciones de reflejo, traslación y cambio en la orientación del patrón original.

Mach también observó que los diferentes tipos de simetría se detectan de diferente forma, resultando más fácil de detección de la simetría bilateral que la obtenida por traslación o rotación de los patrones originales. Julesz observó que la simetría bilateral se detectaba automáticamente y sin esfuerzo, mientras que la detección de la simetría en patrones generados por traslación o rotación requería un escrutinio detallado de los patrones.

En diversos estudios experimentales se ha tratado de determinar qué tipo de simetría es más saliente. Los resultados confirman que la simetría bilateral se detecta más rápidamente que la simetría obtenida por rotación. Algunos autores sugieren como posible explicación al mayor relieve de la simetría bilateral la posibilidad de comparar las dos regiones contiguas al eje de simetría. El hecho de que la simetría bilateral sea más saliente y se detecte más rápidamente, no significa que los otros tipos de simetría no se detecten.

En los estudios sobre detección de la simetría bilateral se han utilizado estímulos muy variados, desde patrones no familiares como figuras, polígonos y patrones texturados aleatorios hasta patrones muy familiares como caras o figuras subrayadas.

Por lo que respecta a los procedimientos experimentales se han utilizado también una gran variedad de ellos, entre los más utilizados se encuentran:

  • Procedimientos psicofísicos: como el procedimiento de determinación del umbral de duración de detección de la simetría en el que se determina el tiempo mínimo necesario para detectar la simetría o la tarea de determinación del umbral de contraste, en el que se determina el contraste mínimo necesario para detectar la simetría.
  • Tareas de tiempo de reacción: en las que se mide el tiempo empleado en la detección.
  • Tareas de precisión: en las que se observa el porcentaje de detecciones correctas.
  • Tareas de discriminación de la orientación: en las que se mide la precisión en la detección de eje de simetría.
  • Tareas de discriminación de patrones simétricos: en las que se degrada el patrón superponiendo ruido (es un procedimiento similar al de enmascaramiento visual que se ha descrito en el apartado de detección de puntos aleatorios).

Factores que influyen en la detección de la simetría

Un factor que puede afectar a la detección de la simetría es la posición que ocupa el patrón en el campo visual. Un aspecto considerado en relación con este factor es la presentación central o periférica del patrón, es decir, que la posición del patrón coincida o no con el punto de fijación. Los resultados de los estudios que han examinado este aspecto indican que la influencia de la posición central del patrón sobre la detección de la simetría depende del tipo de estímulo utilizado. Cuando se utilizan estímulos simples que contienen frecuencias espaciales bajas, la detección de la simetría no se ve afectada por la posición central del patrón y deteriorada a medida que se aleja desde esta ubicación hacia posiciones más periféricas. Julesz sugirió la intervención de dos mecanismos diferentes en la detección de la simetría: un mecanismo que extraería globalmente las relaciones simétricas existentes en el patrón cuando los estímulos contienen frecuencias espaciales bajas y un mecanismo de comparación punto por punto de todos los elementos del patrón cuando los estímulos contienen frecuencias espaciales altas.

Una forma distinta de analizar la actuación del mecanismo de detección ha consistido en observar si existen diferencias en la detección de patrones perfectamente simétricos con respecto a patrones que presentan ligeras distorsiones. En este tipo de estudios se suele presentar a los observadores tres tipos de patrones: patrones perfectamente simétricos, patrones con una ligerísima distorsión de la simetría y patrones aleatorios (no simétricos) que se presentan como distractores y los observadores tienen que detectar los patrones simétricos y no simétricos. Los resultados de Barlow y Reeves utilizando este procedimiento muestran que el mecanismo de detección de la simetría es muy potente ya que se pueden detectar distorsiones mínimas en los patrones. Wagemans y col observaron el efecto sobre la detección de una distorsión en el patrón simétrico producida por la observación del patrón desde un punto de vista no frontal. Los resultados obtenidos utilizando este procedimiento mostraron que el tiempo de reacción en la tarea de detección de patrones simétricos aumentaba a medida que la distorsión en el patrón era mayor.

La detección de la simetría también puede ser afectada por el agrupamiento perceptivo de los elementos estimulares que componen el patrón. La evidencia empírica que apoya esta afirmación procede de estudios en los que se han utilizado como estímulos patrones.

Con el fin de examinar la influencia del agrupamiento perceptivo sobre la detección de la simetría, Locher y Wagemans utilizaron patrones formados por líneas en distinta orientación (vertical, horizontal y oblicua) o compuestos por puntos. En este tipo de patrones, la orientación de las líneas contribuye a determinar la organización del patrón global. Sin embargo, en el patrón formado por puntos, se percibiría agrupamiento pero no se percibiría un patrón orientado ya que los puntos, al carecer de orientación, no determinan que se perciba una orientación clara del patrón global.

El planteamiento del estudio era que si la orientación de las líneas (elementos estimulares) contribuía a la detección de la simetría en el patrón global, la ejecución en la tarea de detección de la simetría (tiempo de detección y precisión) sería mejor en los patrones formados por líneas que en los formados por puntos. Por el contrario, si el mecanismo de detección de la simetría actuaba sobre la base de la comparación de la información del patrón agrupada espacialmente, no habría diferencias entre los patrones agrupados formados por líneas o por puntos.

Los resultados indicaron que la ejecución en la tarea de detección de la simetría se veía facilitada cuando los elementos estimulares que formaban los patrones se agrupaban espacialmente, con independencia de que fueran líneas orientadas o puntos.

El factor más estudiado en relación con la detección de la simetría es la orientación del eje de simetría. El primer estudio experimental dedicado a analizar la influencia de la orientación del eje de simetría sobre la detección de la misma se debe a Goldmeier. En sus experimentos se presentaba a los observadores un patrón estimular con simetría bilateral horizontal y vertical. A continuación se presentaban dos estímulos de prueba, uno de ellos presentaba simetría sobre el eje vertical, el segundo era simétrico sobre el eje horizontal.

La tarea de los observadores consistía en indicar cuál de los dos estímulos de prueba se parecía más al patrón presentado en primer lugar. Los resultados indicaron que los observadores elegían el patrón de prueba que presentaba simetría a partir del eje vertical.

En otra serie de experimentos se ha comparado la detección de la simetría bilateral sobre el eje vertical con simetría bilateral sobre los ejes horizontales y oblicuos. Un ejemplo representativo de este tipo de experimentos es el realizado por Palmer y Hemensway. El objetivo de su investigación consistía en analizar el efecto de la presentación de figuras con diversos grados de simetría en varias orientaciones diferentes. Los patrones estimulares presentados diferían en dos variables: grado de simetría y orientación. Con respecto al grado de simetría se presentaron patrones que presentaban:

  • a) Simetría sobre un único eje (vertical, horizontal u oblicuo)
  • b) Simetría doble (sobre dos ejes)
  • c) Simetría cuádruple (sobre cuatro ejes)
  • d) Figuras casi simétricas

Con relación a la orientación, los patrones se presentaban en una orientación: a) Vertical (0 o ), horizontal (90 o ) y oblicuas (45 o y -45 o ).

La tarea de los observadores consistía en presionar una llave de respuesta si el patrón presentado les parecía simétrico y otra distinta si les parecía simétrico. Los resultados revelaron que la simetría se detectaba mejor cuando los patrones presentaban una orientación vertical, en segundo lugar n la orientación horizontal y por último en las orientaciones oblicuas.

Palmer y Hemenway propusieron un modelo de un proceso que actuaría en dos etapas:

  1. Se realizaría un análisis tosco y se seleccionaría un posible eje de simetría sobre el cual se refleja el patrón.
  2. Se compararían las dos mitades del patrón y, con fundamento en esta comparación, se determinaría si el patrón es o no simétrico.

Jenkins propuso que la detección de la simetría se llevaría a cabo mediante tres procesos:

  1. Detecta si la orientación del patrón es uniforme.
  2. Agrupa los elementos que forman el patrón alrededor del eje, formando de esta manera una estructura más amplia.
  3. Determina si la estructura obtenida en el proceso anterior es simétrica.

Discriminación de formas visuales

Una tarea sencilla de discriminación, la tarea denominada igual-diferente. En este tipo de tareas se presenta a los observadores dos objetos y se les pide que indiquen, bien verbalmente o presionando una llave de respuesta, si los objetos presentados son iguales o diferentes. Para poder realizar esta tarea con eficacia los observadores tienen que detectar los objetos presentados, realizar alguna propiedad que los diferencia o no y, por último, emitir un juicio de diferencia o igualdad.

Incluso en una tarea tan simple varios procesos interactúan con el de discriminación para producir una respuesta. Una vez percibidos los objetos, el proceso de discriminación permite que los objetos puedan diferenciarse sobre la base de la presencia de determinadas propiedades. Para realizar la comparación entre los estímulos se requiere que la información sobre los objeto se almacene durante un periodo breve de tiempo. Finalmente, los observadores tienen que emitir un juicio sobre la igualdad o desigualdad de los estímulos presentados, en los que interviene un proceso de decisión.

Propiedades componentes y globales de los estímulos

Garner desarrolló una teoría descriptiva de las propiedades estimulares en la que distingue entre propiedades componentes y propiedades globales de los estímulos. Las propiedades componentes constituyen los atributos del estímulo y son fundamentalmente dimensiones y características. Dimensiones y son aquellas propiedades del estímulo que se presentan siempre con un nivel positivo. Además, los niveles de una dimensión deben cumplir el requisito de ser mutuamente excluyentes.

Es decir, se dan en un grado o en otro, y ese grado o nivel es lo que define la dimensión en un estímulo determinado.

Características son las propiedades componentes que se dan en un único nivel en los estímulos (es decir se dan o no se dan). Las diferencias más importantes entre dimensiones y características se refieren a la presencia de niveles, las dimensiones poseen niveles, mientras que las características no los poseen; y a la posibilidad de eliminar o no alguno de estos elementos componentes sin que el estímulo global quede afectado, la eliminación del estímulo, mientras que la eliminación de una característica no implica la eliminación del estímulo.

Las propiedades globales se refieren a la figura como un todo y son todos simples (estímulos en los que se describen todos sus componentes), plantillas (prototipos) y propiedades configuracionales (estímulos definidos por las relaciones espaciales entre las propiedades componentes que dan lugar al surgimiento de propiedades emergentes).

El estudio de las propiedades de los estímulos relevantes para determinar su discriminabilidad se ha centrado principalmente en dos aspectos:

  1. El análisis de las interacciones entre las propiedades componentes (dimensiones del estímulo).
  2. El examen de qué tipo de propiedades (componentes o configuracionales) domina el proceso de discriminación.

Relaciones entre dimensiones estimulares

Las dimensiones del estímulo se han centrado en el análisis de la forma en que se combinan determinadas dimensiones físicas. Shepard advirtió que algunas dimensiones físicas del estímulo se combinan de tal manera, que no es posible percibirlas por separado, es decir, tienden a percibirse como una unidad.

Un ejemplo representativo de estas dimensiones sería la saturación, la claridad y el matiz que se perciben como un color único. Además el cambio en una de estas dimensiones produciría un cambio cualitativo en el estímulo que daría lugar a la percepción de un color distinto al original. Por el contrario, otras dimensiones diferentes, como la forma y el tamaño de una figura geométrica cualquiera, se combinan de tal manera que se pueden percibir y analizar como dimensiones separadas de ese estímulo aunque las dos dimensiones contribuyan conjuntamente a la definición de ese estímulo específico. Garner denominó a estas interacciones, integral y separable respectivamente. También identificó un tercer tipo de interacción, que denominó configuracional, cuando las dimensiones físicas se combinan de forma que se sigue percibiendo la identidad de las dimensiones originales pero, a partir de su combinación, surgen propiedades cualitativamente diferentes a las de las dimensiones originales; por ejemplo, la altura y anchura de un rectángulo se combinan dando lugar a áreas y formas. La importancia del estudio de las relaciones entre dimensiones para la discriminación de formas visuales radica en que dichas relaciones pueden influir en la semejanza percibida de los estímulos y, por lo tanto, afectar de manera diferencial a la discriminación.

El procedimiento empleado para analizar las relaciones entre distintas dimensiones consiste en comparar la ejecución, en diversas condiciones experimentales y establecer un diagnóstico a partir de la ejecución en las mismas.

El diagnóstico para considerar las dimensiones como integrales o separables, se establece a partir de los resultados en estas condiciones experimentales (la ejecución se mide en tiempo empleado al realizar las tareas). Las dimensiones se consideran separables cuando en alza condiciones de control, variación correlacionada y variación ortogonal se presentan latencias similares. Estos resultados indicarían que es posible la atención selectiva a cada una de las dimensiones por separado, son que la variación en la otra dimensión interfiera en la ejecución. Las dimensiones se consideran integrales cuando en la condición de control, y en la condición de control latencias más cortas que en la de variación ortogonal.

Contribución de las propiedades componentes y configuracionales en la discriminación

Con el fin de analizar qué tipo de propiedad estimulares es más importante para la discriminación de las formas visuales Kimchi diseñó unos estímulos. En un primer experimento se presentaron las líneas que difieren exclusivamente en su orientación (vertical, horizontal y oblicua). La tarea consistirá en discriminar la orientación de las líneas. Las líneas se presentaban por pares, de modo que a lo largo del experimento aparecían todas las posibles combinaciones dos a dos de estas cuatro orientaciones. Los resultados mostraron que la discriminación entre líneas que presentaban orientaciones vertical y horizontal era más fácil que cuando presentaban orientaciones oblicuas. Los estímulos se generaron a partir de la combinación de las líneas presentadas a la izquierda lo que permitía manipular las propiedades componentes y configuracionales de los estímulos.

Los efectos de superioridad del objeto y superioridad configuracional se han considerado también como indicativos de la predominancia de las propiedades globales de los estímulos en la discriminación. El efecto de superioridad del objeto fue puesto de manifiesto en los estudios de Weisstein y Harris. En sus experimentos utilizaron como estímulos figuras en distintas orientaciones presentadas solas (A) o en el contexto de líneas horizontales y verticales que formaban un patrón bidimensional (B) o un objeto tridimensional (C).

La tarea de los observadores consistía en indicar cuál de las dos líneas oblicuas aparecía en el estímulo presentado en cada ensayo. Los resultados indicaron que las líneas oblicuas se discriminaban mejor cuando se presentaban en el contexto de un objeto (C) que cuando se presentaban incluidas en un patrón bidimensional (B) o solas (A).

El efecto de superioridad configuracional hace referencia a la mejor ejecución en la discriminación de líneas y estímulos simples cuando se presentan en un contexto estimular que permite la formación de determinadas configuraciones que cuando se presentan aislados. El efecto se observó en los estudios de Pomerantz, Sager y

Stoever en los que utilizaron estímulos en los que los que se presentaban cuatro estímulos, tres de ellos en la misma orientación y uno de distinta orientación. Los estímulos podían ser líneas presentadas solas o formando parte de distintas configuraciones (en el presente ejemplo flechas o triángulos). La tarea de los observadores consistía en indicar la posición del estímulo que presentaba distinta orientación, y que podía presentarse en una de las cuatro esquinas de la pantalla. Los resultados mostraron que el tiempo de reacción empleado en la tarea de discriminación era menor cuando las líneas formaban parte de una configuración que cuando se presentaban solas.

Primacía del procesamiento de la información global y local

Son en los trabajos pioneros de Navon donde tuvo su planteamiento inicial en el marco teórico de la psicología de la Gestalt, a través del análisis de las relaciones entre el todo y las partes en percepción visual.

Hipótesis de la primacía global

Navon diseñó unos estímulos, que permitían la independencia de las características globales y locales así como el control del relieve y familiaridad de las misas. Los estímulos consistían en patrones jerárquicos, letras grandes (nivel global) formadas por letras pequeñas (nivel local). Los estímulos eran congruentes cuando la identidad de las letras grandes y pequeñas era la misma (por ejemplo, letras A grandes formadas por letras A pequeñas). Los estímulos eran incongruentes cuando la identidad de las letras grandes y pequeñas era diferente (por ejemplo letras A grandes formadas por letras H pequeñas).

Utilizó dos condiciones de atención:

  1. Atención selectiva al nivel global: los sujetos tenían que atender exclusivamente a las letras grandes, ignorando las pequeñas (por ejemplo tenían que pulsar una llave de respuestas cuando aparecía la letra global A y otra distinta cuando aparecía la H).
  2. Atención selectiva al nivel local: se instruía a los sujetos para que atendieran únicamente a las letras pequeñas ignorando las grandes (por ejemplo, tenían que pulsar una llave de respuestas cuando aparecía la letra local A y otra distinta cuando aparecía la H).

Los resultados revelaron dos efectos importantes: ventaja global, tiempos de reacción más cortos ante el nivel global que ante el nivel local e interferencia unidireccional, en la situación de incongruencia (cuando la identidad de las letras globales y locales es diferente) la identificación del nivel global no se vio interferida por la presencia de letras locales diferentes, es decir, los tiempos de reacción a los estímulos congruentes e incongruentes fueron similares. Por el contrario, la identificación de las letras locales fue interferida por la presencia de letras globales distintas en la situación de incongruencia (los tiempos de reacción a los estímulos incongruentes fueron más largos que a los estímulos congruentes).

Estos resultados fueron interpretados por el autor como apoyo a la hipótesis de primacía global en el procesamiento de las formas visuales.

Factores que afectan a la primacía del procesamiento

Investigaciones posteriores pusieron de manifiesto que el efecto de primacía global podía estar afectado por algunas variables que limitaban la generalidad de este principio, entre las más relevantes destacaremos las siguientes:

  • Densidad del patrón estimular: Martín varió la densidad de los elementos locales que formaban el patrón global, presentando patrones densos (patrón global formado por muchos elementos locales). Encontró que cuando el patrón global era denso, se obtenía primacía global. Por el contrario, cuando el patrón global estaba formado por pocos elementos locales, se producía primacía local.
  • Calidad de la forma: Hoffman manipuló la calidad de las letras globales y locales introduciendo una degradación en los estímulos (eliminando algunos de los trazos que formaban las letras) tanto en las letras globales como en las locales. Los resultados de este experimento mostraron primacía global cuando se degradaban las letras locales. Sin embargo, cuando se degradaban las letras globales se producía un efecto de primacía local.
  • Tamaño de los estímulos: Kinchla y Wolfe examinaron la influencia del tamaño de los estímulos sobre la primacía global/local del procesamiento. Utilizaron una tarea de atención dividida y presentaron estímulos de varios tamaños que oscilaban desde 4.8 o a 22 o de ángulo visual. Encontraron primacía global cuando los tamaños de los estímulos eran pequeños (menos de 7 o de ángulo visual), en los tamaños intermedios (entre 7 o y 10 o de ángulo visual) no hubo diferencia en los tipos de reacción a los niveles global y local. Cuando los estímulos eran grandes (más de 10 o de ángulo visual) se producía primacía local.
  • Posición retiniana de la información global y local: en opinión de Navon y Norman, los dos estudios citados adolecen de un problema que ha podido sesgar los resultados. En ambos se utilizaron como estímulos letra compuestas (letras H, E y S grandes formadas por las mismas letras pequeñas) presentadas en el centro de la pantalla. En esta condición, las letras locales situadas en la barra central de las letras globales caen siempre en la fóvea o cerca de la fóvea, mientras que las letras globales caen en la parafóvea y se van desplazando hacia la periferia retiniana con el aumento del tamaño. Es bien conocido, que la agudeza visual es máxima en la fóvea y decrece gradualmente con el aumento en excentricidad (distancia a la fóvea). Por lo tanto, la utilización de este tipo de estímulos presentados centralmente ha podido favorecer el procesamiento del nivel local.
  • Duración de la exposición de los estímulos: Paquet y Merikle examinaron el efecto de la duración de la exposición de los estímulos sobre la primacía del procesamiento en estímulos que presentaban desigual excentricidad. .presentaron los estímulos durante 10, 40 y 100 mseg. Los resultados revelaron que se producía interferencia del nivel global sobre el local únicamente en la duración de la exposición más breve.

Por otra parte, la variable duración de la exposición no parece afectar a la ventaja global cuando se utilizan valores de duración de la exposición moderadamente breves, los resultados de Luna, Merino y Luna y Navon, utilizando estímulos con excentricidad controlada, indican que únicamente el efecto de interferencia es afectado por la duración de la exposición: a mayor duración de la exposición se obtiene una menor interferencia entre los dos niveles. Sin embargo, estudios posteriores muestran que el efecto de ventaja puede acentuarse cuando la duración de la exposición es muy breve (10 mseg).

Origen de la primacía del procesamiento

Hasta la fecha no se ha determinado con claridad el origen de la primacía del procesamiento. Diversos autores sugieren un origen perceptivo y afirman que la primacía global está mediada por el contenido de los componentes de frecuencia espacial de los estímulos. Los resultados de diversos estudios indican que la eliminación de los componentes de baja frecuencia espacial mediante distintos tipos de filtrado elimina o reduce el efecto de primacía global. Sin embargo esta afirmación se ha visto oscurecida por resultado que indica una disociación entre los dos efectos que determinan la primacía del procesamiento. Los resultados de algunos estudios tanto en sujetos normales como en pacientes con lesiones cerebrales que indican que en algunas ocasiones se produce ventaja global y no interferencia o viceversa, sugieren mecanismos diferentes para estos dos efectos. La ventaja estaría determinada por un mecanismo atencional.

Teoría de integración de características

La teoría de integración de características representa una posición teórica diferente a los dos acercamientos descritos hasta ahora y tiene sus raíces en el estructuralismo.

Al igual que en este acercamiento teórico, el punto de partida del planteamiento de Treisman y col en la TIC es que, aunque fenomenológicamente percibimos un mundo estructurado en objetos, el proceso de percepción del objeto parte del análisis de características simples y componentes estimulares. Es decir, el sistema visual procesa inicialmente características aisladas que sólo posteriormente se organizan en forma u objetos integrados. Uno de los supuestos básicos en la TIC es que las características simples se procesan de forma automática, mientras que los objetos requieren la focalización de la atención. Existe evidencia fisiológica y comportamental que apoya esta posición teórica.

Evidencia comportamental

El procedimiento básico ha consistido en insertar una serie de características en tareas experimentales y ver si se comportan de acuerdo con una serie de predicciones.

A continuación consideraremos algunos ejemplos:

  • Tarea de búsqueda visual: consiste en detectar un determinado objetivo entre una serie de distractores, por ejemplo, detectar un círculo negro entre círculos blancos. La TIC predice que, en este tipo de tarea, los objetivos que puedan discriminarse de los distractores a partir de una característica simple, se detectarán automáticamente sin intervención de la atención, la búsqueda se llevará a cabo en paralelo y, por último, la detección no se verá afectada por el número de distractores, es decir la detección del objetivo será independiente del número de distractores.
  • Segregación de la textura: en este caso la teoría predice que cuando dos regiones del campo visual se puedan discriminar en base a una característica simple su segregación será automática. Por el contrario, cuando las diferentes texturas estén formadas por conjunciones de características simples, la segregación de las regiones texturadas requerirá más escrutinio.
  • Formación de conjunciones ilusorias: cuando se presta atención a otros objetos presentes en el campo visual o la atención esta sobrecargada, la teoría predice que la combinación de las características simples para formar un objetivo dará lugar a conjunciones ilusorias. Conjunciones ilusorias son combinaciones erróneas de características simples. Treisman y Schmid presentaron a los sujetos dos dígitos y una serie de letras (X roja, T azul y O verde) en una tarea de atención dividida en la que tenían que responder tanto a los dígitos como a las letras. Al responder los sujetos combinaban erróneamente las características de las letras (por ejemplo, T roja o X verde).

Modelo de percepción del objeto

El modelo propuesto por Treisman y col se presenta en el supuesto básico en este modelo es que las características se registran y codifican en módulos especializados, de forma automática, en paralelo y sin atención localizada. Cada módulo consta de mapas distintos de características para cada dimensión y para cada valor de la dimensión que codifica (es decir, si se codifica la dimensión forma, un mapa distinto para cada uno de los valores: cuadrado, rombo, círculo, etc.).

Los supuestos de la forma de actuación del modelo aplicados a una tarea de búsqueda visual son los siguientes:

  1. Cuando se activa uno de los mapas se detecta automáticamente la característica.
  2. Cuando la búsqueda visual se realiza sobre un objetivo que requiere la localización y unión de características, la atención juega un papel fundamental.

La atención selecciona en un “mapa especializado de localizaciones” la localización de los límites de las características, sin que esto implique la detección de las mismas.

Cuando la atención se focaliza sobre una posición determinada del mapa de localizaciones, se recupera de forma automática la información sobre qué características están activadas y en qué posición, por medio de las conexiones de las diferentes localizaciones en los módulos. El nivel más elevado en el modelo representa la recombinación de las propiedades que se han extraído a partir de cada módulo especializado y que permiten, en último término, la percepción de objetos, escenas y eventos.

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