Los motivos innatos

INTRODUCCIÓN

Los motivos innatos constituyen uno de los campos de estudio e investigación más importantes en el ámbito de la psicología de la motivación.

Dado que como ya se ha indicado en un capítulo anterior la motivación tiene que ver con las causas de la conducta, una de las pretensiones iniciales y fundamenta les de los estudios efectuados en el marco de la psi co logía de la motivación ha sido la identificación y explicación de los distintos motivos.

En el ámbito psicológico, el motivo puede definirse como «una fuerzainterna impulsora (una necesidado deseo específico) que activa al organismo y que dirige sus acciones hacia una meta» (Morris y Maisto, 2001, p.3 46). Y se defiende, además, que todos los motivos son siempre desencadenados por algún tipo de estímulo.

Teniendo presente que las causas de la conducta han de buscarse tanto en la estimulación que recibe el organismo del ambiente como en las condiciones del medio interno, el estudio de los motivos ha conllevado que se efectuaran numerosos intentos clas ificatorios de los mismos. Posiblemente la clasificación más básica es la que distingue entre motivos innatos y motivos adquiridos. Los motivos innatos son, como señaló Palmero (1997), «motivaciones centra les que, desde el na cimiento, están funcionalmente relacionadas con la subsistencia del in dividuo y de la especie» (p. 86). Por su parte, los motivos adquiridos, que serán expuestos en el capítulo siguiente, son, como su nombre indica, motivos aprendidos, que no tienen una base fisiológica tan evidente como los motivos innatos (Mateas y Arana, 2003). La diferencia entre ambos tipos de motivos es clara pues, si bien los motivos adquiridos se caracterizan por ser aprendidos y no tener una base biológica clara, los motivos innatos son, sin embargo, biológicos y están relacionados con la supervivencia del individuo y de la especie.

En el ámbito de la psicología de la motivación, los estudios realizados sobre los motivos innatos han buscado, inicialmente, explicar dichos motivos, y ello se ha efectuado mediante el mecanismo de regulación fisiológica denominado homeostasis.

Recordemos que el término homeostasis fue introducido en el campo psicológico a partir de los trabajos del fisiólogo Walter B. Can non (1932), quien se basó en las investigacio nes de Claude Bernard(1813- 1878) para hacer alusión al equilibrio del medio interno, a las condicio nes constantes que mantiene el medio interno, dentro de una variabilidad determinada.

Ahora bien, la homeostasis no implica equilibrio en sentido estático. Mediante el proceso de homeostasis el organismo se autorregula de modo que consiga el equilibrio del medio interno (Aguado, 2005). La finalidad de los mecanismos autorreguladores es mantener en los niveles adecuados los parámetros fisiológicos. Así, cuando existe una desviación en dichos niveles, estos mecanismos actúan mediante un sistema de feed back negativo. Dicho sistema, denominado también «retroalimentación negativa», conlleva que si hay una desviación en una dirección, ocurra una reacción en la dirección opuesta. De este modo puede decirse que el sistema actúa cuando se detectan discrepancias entre el estado actual y el óptimo, mediante la puesta en marcha de procesos autocorrectores enca minados a la eliminación de la discrepancia existente. Su fin alización ocurre, por tanto, cuando la discrepancia es eliminada.

El modelo homeostático ha buscado explicar el mantenimiento de los parámetros fisiológicos dentro de los niveles adecuados y, dada su importa ncia en la explicación de los distintos motivos innatos, no es de extrañar que algunos autores (Garrido, 2008)lleguen a afirmar que el origen de la motivación innata, primaria o biológica, se encuentra en la ruptura del estado de homeostasis.

Si bien, el interés por los motivosllevó inicialmente a elaborar largas lista de los que impulsan a las personas a actuar (Westerhoff, 2012), los estudios realizados sobre los motivos innatos buscaron sobre todo definirlos y diferenciarlos entre sí. Así, Madsen (1973) presentó lo que él consideró como los cuatro criterios diferenciadores de estos motivos: el fisiológico (que implica que existe una base orgánica), el comparativo-psi cológico (que se refiere a que determin an actos universales), de señal (que significa que vienen fijados por señales innatas) y de supervivencia (que conlleva que son relevantes para conservar la vida). En base a dichos criterios, este autor determinó una relación de motivos innatos respecto a la que existe un consenso muy elevado entre los distintos autores estudi osos de la conducta (Garrido, 2008). Dicha relación inclu ye los siguientes motivos innatos: hambre, sed, impulso sexual, motivo de descanso y de dormir, impulso maternal, motivos de temperatura, excretorios, de oxígeno, de actividad y de evitación del dolor. Todos ellos son comunes a todas las culturas, aunque suexpresión pueda variar de modo diferencial de unas a otras.

De entre todos los motivos innatos señalados anteriormente, nosotros hemos optado por exponer los cuatro más estudiados y sobre los que los resultados de investigación son más fructíferos y numerosos. Dichos motivos son el hambre, la sed, el sueño y el sexo, motivos que, como señaló Deckers (2001), se pueden considerar como procesos imprescindibles y necesarios para asegurar la supervivencia del individuo y/o de suespecie. Y, aunque realizaremos en este capítulo una breve exposición de cada uno de ellos sepa radamente, queremos comenzar suestudio señalando algunos de los aspectos conductuales comun es que les caracterizan.

ASPECTOS CONDUCTUALES COMUNES DE LOS MOTIVOS INNATOS DE HAMBRE, SED, SUEÑO Y SEXO

Al igual que con los demás motivos innatos, la explicación de los motivos de hambre, sed, sueño y sexo, se ha realizado sobre todo dentro del modelo homeostático, interpretándose que la finalidad de las conductas que acompañan a dichos motivos es la de mantener al organismo en condiciones ópti mas. Cuando tenemos hambre buscamos qué comer, cuando tenemos sed procuramos beber, cuando estamos cansados nos vamos a dormir, cuando vemos a alguien que nos gusta y atrae buscamos una relación con él o ella; todas estas conductas tienen por objeto reducir el estado de tensión, recobrar la homeostasis o equilibrio (Morris y Maisto, 2001). Comer, beber, dormir y copular son todas conductas muy diferentes que varían en complejidad y en las que están implicados estados fisiológicos. Si bien en todas estas conductas intervienen mecanismos autorregulatorios homeostáticos, se considera que en la conducta sexual no existen a corto plazo mecanismos homeostáticos que regulen dicha actividad, algo que sí ocurre en los motivos de hambre, sed y sueño. Por ello se considera que la motivación sexual es no regulatoria, mientras que los motivos de hambre, sed y sueño son regulatorios.

Además de lo señalado, la conducta de ingesta ele comida y bebida, la conducta de dormir y la conducta sexual comparten diversas características. Como señalaron Suay et al. (2008) todas ellas son conductas propositivas (enca minadas a conseguir objetivos), no son conductas reflejas (desencadenadas de modo necesario por estímulos externos), son persistentes, espontáneas y están moduladas por múltiples factores. El hipotálamo y el sistema límbico intervi enen en su regulación, además de otras estructuras cerebrales estrechamente relacionadas como, por ejemplo, las del tronco encefá lico, aunque en cada una de ellas se dan estímulos específicos y diferenciales. Estas conductas también se caracterizan por estar orientadas a conseguir objetivos co ncretos (comer, beber, dormir y copular), lo que posibilita suexplicación mediante la retroalimentación que proporcionan los distintos niveles de aproximación a la conducta consumatoria, que es la conducta implicada en el «consumo», manipulación o interacción con el reforzador u objeto-meta (Aguado, 2005). Los estímulos externos y la experiencia previa juegan un importante papel en su desencadenamiento. Además, pueden ser iniciadas sin la presencia de estímulos discriminativos, que son aquellos que indican únicamente cuando está o no di sponible el refuerzo; por ejemplo, aunque no existan elementos estimulares que señalen la disponibilidad de alimentos, un animal hambri ento explorará el terreno medi ante sus sistemas sensoria les buscando comida. Obviamente, a medida que ascendemos en la esca la filogenética (la filogénesis hace referencia a la evolución de las especies de los seres vivos), el aprendizaje va modulando en mayor medida estas conductas.

HAMBRE

Uno de los motivos inn atos más importante, más investigado y más utilizado en experimentación básica es el motivo de hambre.

El motivo de hambre se explica sobre todo mediante el modelo homeostá tico, como ya hemos señalado. Puede decirse que este motivo forma parte del sistema fisiológico responsable de regular distintos aspectos del medio interno del organismo, como son el aporte energéti co y nutritivo. La regulación automática de la ingesta de calorías es común a los seres humanos y a los animales, y se efectúa con la finalidad de prevenir el déficit de energía y mantener un peso corporal estable. Ello supone poder considerar que la conducta alimenticia es una de las manifestaciones del comporta miento motivado relacionada con uno de los fines bás icos de la adaptación biológica, la supervivencia. De aquí su importancia.

Los esfuerzos realizados para investigar el motivo de hambre han sido numerosos. Puesto que la conducta de comer se supone controlada por señales de hambre (conlleva la búsqueda de comida y su consumo) y señales de saciedad(causa la terminación de la conducta de comer), se ha buscado sobre todo descubrir y poner de manifiesto las señales fi siológicas que determin an el inicio del hambre y aquellas otras que dan lugar a la saciedad(DeCantan zaro, 2001; Hebebrandy Reinberger, 2012). Como indica mos anteriormente, el modelo homeostático explicativo del motivo de hambre señala su carácter autorregulatorio, admiti éndose su actuación a largo y corto plazo. A largo plazo, pues el carácter autorregulatorio del motivo de hambre está basado en la regulación del peso corporal y en la existencia de puntos de ajuste o de equilibrio (nivel en el que los diferentes factores que afectan al peso corporal alca nzan un equilibrio), relacionados con reservas a largo plazo (Martín, 2003). A corto plazo, pues la existencia de la regulación también tiene que ver con la ingesta de comida y la saciedad, cuyo ca rácter es anticipatorio y además implica sobre todo el sistema de reserva a corto plazo (Suay et al, 2008). No obstante hay que tener presente que hay múltiples factores, tanto psicológicos como fisiol ógicos, que influ yen en el control del apetito y la saciedad.

En experimentación básica la comida ha sido muy utilizada posiblemente porque es un importante factor motivacional. En experimentos de condicionamiento realizados en laboratorio es frecuente utilizar la comida como reforzador, lo cual conlleva privar de alimento al animal experimental según un programa de refuerzo concreto. Puede decirse que la privación de comida es la variable más comúnmente utilizada para motivar la conducta en experimentos de laboratorio con animales, los cuales adquieren y mantienen muy pronto las respuestas que son reforzadas con comida. Este empleo encuentra su antecedente en los clásicos estudios sobre los reflejos condicionados, origen del condicion amiento clásico, realizados por Pavlov, así como en los experimentos de Thorndike y de Skinner sobre condicionamiento operante que serán expuestos en capítulos posteriores.

Aspectos neurofisiológicos de la conducta de comer

Los seres humanos neces itamos una alimentación variada y equilibrada para el buen funcionamiento de nuestro organismo. El objetivo básico de la alimentación es la provisión de energía parallevar a cabo las funciones vitales y la reparación del desgaste, así como ayudar también al creci miento. Para poder realizar este doble objetivo son necesari as tres importantes etapas, las cuales consisten en la captu ra de alimento, el proceso digestivo y la distribución de dicho alimento por tejidos y cé lulas que lo asimil an por absorción. En esta última fase también interviene el metabolismo, que hace referencia al co njunto de intercambios que ocurren a nivel celular dentro del organismo y que provocan distintas reacciones químicas a partir de las cuales las cé lulas obtienen energía y sintetizan las sustancias que son necesari as para dicho organismo. Como es obvio, la ingesta de alimento precede a las distintas etapas de este proceso y suentrada en el organismo ocasiona inicialmente salivación, secreción de jugos gástricos e insulina (hormona secretada por el páncreas), todas ellas respuestas fisiológicas preparatorias para la absorción de nutrientes por el organismo.

Tras la ingesta, el proceso digestivo se inicia con la masticación y se continúa con el paso por el estómago hastallegar al intesti no. En el intestino tiene lugar propiamente el proceso de absorción, cuyo inicio conlleva un aumento del nivel de glucosa (un azúcar simple que el organismo emplea para la obtención de energía), y la consiguiente secreción de insulina por el páncreas. Ello posibilita que la glucosa seallevada al interior de las cé lulas donde es utilizada como combustible. La glucosa sobrante es transformada y almacenada como reserva en el hígado. La hipótesis de que la señal para el hambre es la disminución de la glucosa en sangre fue formulada por Mayer (1955) y se denomina hipótesis glucostática. Dicha hipótesis busca explicar la regulación a corto plazo de la alimentación, esto es, el mantenimiento del nivel de glucosa en sangre.

Además de la cantidad de glucosa en sangre, la regulación de la conducta de comer depende de la secreción de insulina que incrementa la sensación de hambre. Las acciones de la insulina y el glucagón (hormona del páncreas) son contrarias, aunque ambas fo rman parte de un sistema de redistribución de los nutrientes disponibles que, junto con el desencadenamiento de la conducta de comer, constituyen el sistema homeostático de conservación de la energía. Si bien la hipótesis glucostática busca explicar la regulación de la alimentación a corto plazo, como hemos señalado, la denominada hipótesis lipostática lo pretende hacer a largo plazo (mantenimiento del peso corpo ral). Dicha hipótesis propone la existencia de señales fisiológicas, entre las que se encuentra la insulina, que son detectadas por el cerebro y que afectan al apetito y a la ingesta de comida. Estas señales son proporcionales a la cantidad de grasa almacenada.

La glucosa y la insulina son reguladores químicos del hambre, pero no son los únicos. Estudios recientes (Mithieux, 2016) han puesto de manifiesto que la grelina es la hormona responsable de que aparezca la sensación de hambre cuando está próxima la hora del desayuno, el almuerzo o la cena. Segregada por el estómago justo antes de nuestro horario habitual de comidas, la grelina tiene el efecto de aumentarnos el apetito. Mithieux(2016), señala también que aunque todavía no se conocen con exactitud los mecanismos que estimulan la secreción de grelina antes de lascomidas, una explicación de ello podría ser que está vinculada al relojcircadiano, marcador biológico intern o que rige las modificaciones cíclicas del organismo, de forma que así regularía el ritmo de las comidas diarias. El hecho de que comience a disminuir la concentración de grelina circulante en la sangre desde el momento en que empezamos a comer, quizá apoye esta explicación.

Aunque un nivel alto de grelina au menta el apetito y un nivel bajo de glucosa produce hambre, es el cerebro quien control a de manera automática la info rmación sobre el estado interno del cuerpo. A élllega n las señales que provienen del estómago, el intestino y el hígado y originan que sinta mos hambre o no. En co ncreto, dicho control cerebral es realizado fundamentalmente a través del hipotálamo.

Uno de los principales descubrimientos en relación a la regulación de la conducta de comer se relacio nó con el papel desempeñado por el hipotálamo. En base a estudios con animales (Hetherin gton y Ranson, 1940; Anandy Brobeck, 1951), la investigación inicial estableció que hay dos áreas en el hipotálamo que controlan las experiencias de hambre y saciedad. Esto es, que hay dos centros hi potalámicos distintos que ayudan a contro lar el deseo de comer: el hi potálamo lateral (HL) y el hipotálamo ventro medial (HVM ), aunque este último no contro la directamente la conducta de comer sino en interacción con el páncreas. Ambos cumplen una función esencial en el control de la in gesta y de la saciedad, interactuando de manera recíproca para determinar un punto de ajuste para el tejido adiposo (Grzib, 2002).

Experimentalmente se observó que cuando se lesionaba el HL los animales dejaban de comer, mientras que cuando la lesión se producía en el HVM tenía lugar una ingesta excesiva de comida que incluso daba lugar a la aparición de obesidad. Esto es, puede decirse básicamente que el HL induce hambre, ayuda a regular el peso corporal en el punto de ajuste o equi librio, mientras que el HVM deprime la sensación de hambre (Myers, 2007). Además de la supresión de la conducta de comer, entre las alteraciones producidas por lesiones en el HL destaca la afagi a, severa abstención de alimento que puede conducir a la muerte del animal si este no es forzado a comr. Por su parte, junto con la hiperfagia y la obesidad, las lesiones en el HVM altera n, por ejemplo, la palatabilidad de los alimentos, de modo que la comida que sabe mal sabe mucho peor y la que sabe bien sabe aún mejor (ver figura 4.4).

En la actualidad, se ha puesto de manifiesto la participación de un tercer centro hipotalámico, el núcleo paraventricular (NPV), así como la intervención de ciertas regiones de la cortezacerebral y la médula espinal en la regulación de la ingesta de alimentos. También, y además de la grelina, se ha señalado la intervención de una hormona denominada leptina (del griego leptos, «delgado», hormona secretada por el teji do adiposo que modula el gasto energético) como responsable de la sensación de saciedad pues, al parecer, dicha hormona frena de manera progresiva el apetito, aunque su principal misión radica enadaptar el cuerpo a los estados de hambre; así, por ejemplo, presentan niveles bajos de leptina las personas con anorexia, quienes apenas disponen de masa adiposa y cuyo organismo se encuentra adaptado al hambre (Hebebrandy Reinberger, 2012). Esto es, la leptina actúa como indicador del estado de reservas energéticas del organismo, e informa al cerebro de la necesidad o no de reponer dichas reservas. Mithieux(2016) ha señalado que los efectos de la leptina sobre el hambre parecen permanentes, sin ninguna periodicidadrelacionada con el ritmo de las comidas. Dicho autor ha señalado, además, que la función de la leptina estaría complementada en el cerebro por la de la insulina, aunque la leptina proporcionaría una señal a más largo plazo, y que dicha hormona tendría un efecto inverso al de la grelina (la grelina aumentaría el hambre, mientras que la leptina lo disminuiría).

Si bien la conducta de comer es fundamental en la obtención y conservación de los recursos energéticos del organismo, es un hecho que los seres humanos no comemos siempre para suplir carencias. El aprendizaje, las características de la comida y también los factores sociales y culturales pueden suscitar la conducta de comer sin que exista un desequilibrio homeostático para ello.

Aprendizaje y conducta de comer

La alimentación, además de ser vital para nuestra supervivencia, como ya hemos señalado, establece vínculos afectivos, inicialmente con la madre y, posteriormente, podrá estar influenciada y asociarse con diversas situaciones de carácter social y cultural.

El aprendizaje, en interacción obvi amente con factores sociales y culturales, influye no solo en cuándo sentimos hambre sino en qué cosas tenemos ganas de comer y cuáles no. Además de su valor nutricional, la ingesta de comida es también un proceso de recompensa que interactúa de modo directo con las estructuras neurofisiológicas y los sistemas neuroquímicos cerebrales que favorecen el placer y el reforzamiento. Experimentalmente se ha encontrado que la simple presencia de estímulos condicionados a la comida suscita respuestas fi siológicas simil ares a las que pone en marcha la fase de absorción metabólica (DeCatanzaro, 2001).

El aprendizaje juega un papel importante en la conducta de comer. Los gustos y costumbres alimenticias de cada persona tienen que ver con las preferencias y aversiones adquiridas mediante mecanismos de aprendizaje a lo largo de su vida.

  • Preferencias condicionadas a los alimentos

Si bien hay otros gustos condicionados por la experiencia y la cultura, es un hecho constatado que existen preferencias por los sabores dulces y salados que son genéticas y universales. También existe un rechazo por los sabores amargos y ácidos, aunque no haya constancia experimental de que dicho rechazo sea innato. Como señaló Aguado (2005) posiblemente ello se deba a su significado funcional. Los sabores dulces y salados se asocian con la presencia de nutri entes, mientras que los sabores amargos y ácidos se asocian con alimentos venenosos, tóxicos o en mal estado. La preferencia por el dulce y el rechazo a lo amargo protege de alimentos indigestos o venenosos y es una conducta que puede ser constatada a lo largo de la evolución humana (Renz-Po lster, 2012). Es, dicho de otra manera, como si el sentido del gusto protegiera el aparato digestivo dándonos la información sobre el alimento que estamos masticando para decidir si debemos tragarlo o no. Situados en las papilas gustativas, los receptores del sabor activan la cadena de señales que informa al cerebro no solo del valor nutricional de lo que estamos comiendo, también de su posible toxicidad. Es más, centrándose en el sabor amargo, Lee y Cohen (2016), han señalado que los receptores de este sabor parecen desempeñar una función defensiva contra las bacteri as pues, de hecho, si se concibe a los receptores gustativos como centinelas que reaccionan ante las sustancias que entran en el cuerpo, es consecuente pensar que desempeñan algu na fu nción en el sistema inmuni tario. Específicamente, estos autores han afirmado que los receptores del sabor amargo pueden detectar sustancias venenosas de las plantas como, por ejemplo, alca loides como la ni cotin a o la estricnina. Así, nuestro cerebro percibe a menudo el sabor amargo como desagradable porque los receptores evolucionaron para ad vertir de la presencia de susta ncias pote ncialmente nocivas. Esta facultades esencial para nuestra supervivencia y pone de manifiesto que los receptores gustativos constituyen un sistema de alarma precoz.

Las preferencias aprendidas tienen que ver con las consecuencias que se siguen tras la comida. A través ele mecanismos de condicionamiento clás ico, las cualidades sensori ales de los alimentos (estímulos que por lo general preceden a sus consecuencias tras la ingesta), adquieren un valor apetitivo condicionado. Y ello suele manifestarse en nuestra elección de la comida. También, esta asociación de un sabor con sus consecuencias es un mecanismo de protección frente a sustancias potencialmente nocivas o tóxicas.

Además de la existencia de preferencias condicionadas que tienen que ver con lo ingerido en la infa ncia (gusta comer lo tomado de pequeño), hay preferencias ele sabor aprendidas que también sonadaptati vas, como por ejemplo el gusto por las especias (que inhiben el crecimiento bacteriano) en las regiones de climas más cá lidos, o las náuseas del embarazo (que protegen al embri ón de ciertas comidas que podrían res ultar dar’íinas).

  • Aversiones condicionadas al sabor

Como se verá más extensa mente en un capítulo posterior, la adquisición de aversión al sabor fue puesta de manifiesto experimentalmente por García y Koelling (1966). Dicha aversión tiene que ver con la adquisición de aversión a una sustancia sápida ante la que inicialmente no se mostraba aversión, cuando su presentación se apa rea con eventos que ocas ionan malestar corporal, incluso cuando ello ocurre con un interva lo temporal muy largo.

La experimentación sobre adquisición de aversión al sabor se ha efectuado comúnmente con animales. Por lo general, el procedimiento experimental de establecimiento de este condicionamiento ha constado de tres fases o etapas. En la primera, de línea base, se establece un programa de bebida para los animales hasta hallar la cantidad de bebida que estos in gieren normalmente de la susta ncia que actuará de EC, habitualmente agua azucarada. En la segunda fase es en la que se establece el condicionamiento; así, la bebida azucarada (EC) se aparea con el estímulo aversivo (EI), como por ejemplo una inyección de cloruro de litio, con un interva lo co ncreto (a menudo largo). En la fase tercera se le ofrece al animal elegir entre dos dispensadores, uno de agua y otro de agua azucarada. El experimentador contabilizala cantidad de líquido ingerido de cada uno; se observa, como resultado, la aversión condicionada,sto , la desaparición de la ingesta de agua azucarada por su aparea miento con el El aversivo, la inyección de cloruro de litio.

Aunque los experimentos sobre las aversiones con dicio nadas se realizaron con animales, como hemos señalado, es un hecho que las personas también aprendemos a evitar sustancias que nos enferman. Si un alimento neutro produce en una ocasión malestar, como vómitos o náuseas, se forma una aversión condicio nada al sabor y esto ocurre tras un a sol a experiencia negativa; inclu soaún a sabiendas de que ese ali mento específico no causó este problema. Por otra parte, el ser humano suele desconfi ar de lo que desconoce y esto también sucede con la comida, qui zá porque es una defensa contra el peligro que puede suponer ingerir sustancias tóxicas por error. Esencialmente puede decirse que aprendemos a evitar alimentos que nos producen molestia y a buscar alimentos que nos hacen sentir sanos y en estado de bienestar.

Estos mecanismos de aprendizaje relacio nados con la comida tienen un valor funcional, evitar los venenos y sustancias tóxicas, dada la importancia de comer nutritivamente, y los pos ibles peligros (venenos) existentes. Y en la info rmación sobre qué alimentos no se deben ingerir juega un papel importante el aprendizaje temprano.

Características del estímulo y factores sociales y culturales que influyen en la conducta de comer

Además del aprendizaje, la ingesta de alimentos esta influida por las características de la comida y por facto res sociales y culturales.

  • Caracterís ticas de la comida

Las características de los alimentos influyen mucho en su ingesta. La presencia de estímulos alimentarios apetitosos, como por ejemplo los bombones o un as cruji entes patatas fritas, conllevan que se inicie la conducta de comer aunque no exista necesidado rgánica para ello. La palatabilidad de los alimentos tiene que ver con su valor hedónico y viene determinada por su olor, aspecto, sabo textura y temperatura, los cuales atraen nuestra atención en la dirección de los alimentos y nos inclin an a comer incluso a pesar de estar sati sfechos. Una alta palatabilidadestimula el apetito.

Puesto que una alimentación sana requi ere una variedad de nutri entes, ello exige también variedad en la alimentación. Rol Is et al. (1982) pu sieron de manifiesto que la variedad y cantidad de alimentos aumenta la conducta de ingesta; por el contrario, cuando se toma un sol o alimento se produce lo que se co noce como «saciedad sensori al específica», cuya función tiene que ver con la necesidad de to mar distintos nutri entes en la alimentación. El fenó meno de la «saciedad sensorial específica» consiste en que se come menos cuando hay un solo alimento, es como si nos cansásemos de él o po rque, como ha señalado recientemente Horstmann (2017), el consumo de un único alimento reduce su valor motivacional; no obstante hay que decir que existen alimentos, como por ejemplo el pan, que se to man siempre acompañando a otros alimentos.

  • Factores socia les y culturales

Aunque se tiende a pensar que la aparición del hambre es algo provocado siempre fi siológica mente y que tiene lugar a part ir de estímulos que se inician en el interior del organismo, también se come por hábito o como consecuencia de la presencia de otros y del ho rario existente de comidas, el cual se encuentra influido por facto res culturales y sociales.

La comida desempeña un papel importante en nuestra sociedad. Es frecuente la organización de eventos sociales que giran alrededor de la comida. Las fiestas, banquetes y ce lebraciones diversas son un claro ejemplo de ello. Alimentarse está influido por acontecimientos sociales y ello es común a las distintas culturas, aunque su manifestación específica difiera de unas a otras.

Otro hecho importante en relación a la ingesta de comida viene dado por la presencia de otras personas. Es frecuente comer más cuando se está acompañado de comensales que también están comiendo que cuando se está solo, aunque haya transcurrido poco tiempo desde la comida anterior. Y ello se ha comprobado experimentalmente. Así, por ejemplo, Red dy De Castro (1992), comprobaron que se producía un incremento hasta del 60% en la ingesta de comida cuando esta tenía lugar en presencia de otros.

En estrecha relación con la presencia de otros se encuentran las influencias sociolaborales y culturales. Ambas influencias mediatizan en cada sociedad los horarios de las comidas y ello se mani fiesta tanto en la cantidad de lo ingerido como en la regularidadhoraria alimenticia. El horario de las comidas en nuestra sociedad vi ene dado, por lo general, en tres momentos, desayuno, almuerzo y cena, con cierta abundancia sobre todo en el almuerzo, y ello suele acontecer en horas más o menos regulares, entre las siete y las ocho de la mañana, sobre las dos o tres de la tarde y alrededor de las nueve de la noche. Pero estos horarios se distribuyen de forma diferente en otras sociedades.

Por otra parte, es importante señalar que puesto que las culturas difieren notablemente de unas a otras, también lo hacen las preferencias alimenticias y los sabores de la comidas. Hay enormes variaciones en los usos y preferencias alimenticias entre diferentes culturas e individuos. Así, por ejemplo, es frecuente en algu nas culturas utilizar aceite de oliva para coci nar, mientras que en otras se utilizapara ello mantequilla. Es un hecho que los ingredientes usados en la comida y el gusto por determinados sabores son en gran parte culturales.

En general, puede afirmarse que la forma de reaccionar en presencia de comida dependerá, no solo de que se tenga hambre por la existencia de un desequilibrio homeostático, sino también de las experiencias con la comida, las cuales están sujetas principalmente al aprendizaje, a las características de la comida y a factores sociales y culturales. Todos ellos influyen en lo que comemos y en su cantidad. Y, en nuestra sociedadactual, no hay que olvidar que la publicidad desempeña también una función decisiva en la elección de alimentos.

SED

Otro importante motivo innato es el motivo de sed. La sed primaria o biológica ocurre cuando disminuye el volumen o concentración de los fluidos corporales. Como señaló Reeve (2001), «la sedes un estado motivacional que se manifiesta como la conciencia de que hay que preparar el cuerpo para realizar las conductas necesarias para reponer el déficit de agua» (p. 79). Suestudio, explicación e investigación presenta numerosas similitudes con la explicación, estudi o e investigación realizados del motivo de hambre. Ambos motivos, que implican conductas regulatorias y en los que se admite que el hipotálamo juega un papel importante, han sido justificados en base al modelo homeostático, y utilizados frecuentemente en investigación básica.

Por lo general, la sedsuele manipularse en los laboratorios de psicología privando al sujeto experimental de la posibilidad de ingerir líquido. Esta utilización de la privación ha puesto de manifiesto la existencia de una relación directa (dentro de unos límites) entre la fuerzade la respuesta y el grado de dicha privación. Además de su utilización como variable independiente, la privación ha sido también empleada como refuerzo en investigación básica. Ello se ha conseguido, por ejemplo, empleando como variable independiente la influencia de la administración de una determinada sustancia y como refuerzo la posibilidad de beber, tras haber igualado el grado de privación para todos los sujetos experimenta les. Si bien existen otros diversos modos de manipulación experimental de la sed, como por ejemplo, la inyección de diuréticos o la admin istración de alimentos ri cos en sales, es incuestionable que la sedes un motivo básico para cualquier especie.

Es un hecho que la búsqueda de nutrientes y la necesidad de agua son indi spensables para la supervivencia de los organismos. Junto con la conducta de comer, la conducta de beber es esencial para la obtención y conservación de los recursos necesarios para el organismo. Si a ello se añade que se muere antes de sed que de hambre, puede entenderse la importa ncia del motivo de sed, así como del va lor biológico del agua.

El agua es un elemento inorgánico imprescindible para la vida. En los organismos, se encuentra en gran proporción como componente ce lular y orgánico. En el ser humano, la proporción de agua corporal puede variar considerablemente de una persona a otra, oscil ando dicha variación entre un 45% y un 70% del peso corporal (Rolls y Rolls, 1982). Dicha proporción ha de mantenerse constante, pues de no ser así da lugar a la aparici ón de un desequilibrio hídrico. Inicialmente se consideraba que la sedtenía su ori gen en la sequedad de boca; ahora bien, aunque puede intervenir, la sequedadno da respusta a có mo tiene lugar la regulación del equilibrio hídrico.

El equilibrio hídrico tin quver con el ba lance hídrico, el cual hace referen ia al quilibrio compensador entre ga nancias y prdida de agua en el organismo. Las ganancias de agua corporal proceden del agua ingerida, del agua proveniente de los alimentos y del agua producida por el organismo (denominada agua metabólica) al descomponerse las grasas y los ca rbo hidratos. Las pérdidas de agua corporal se deben a la evaporación (respiración), transpiración (sudor) y secreción (heces y orina). Ahora bien, en el equilibrio hídrico interviene no solo el agua, también actúa el sodio, sal mineral que, como veremos, se encuentra en el líquido extracelular (fuera de las células).

La necesidad biológica de sedse produce cuando ocurre una pérdida de agua por debajo de un nivel homeostático óptimo. Ello causa la conducta de beber, aunque dicha conducta, como expondremos posteriormente, puede estar motivada no solo por la existencia de un déficit orgánico, sino también puede deberse al aprendizaje, a factores sociales y culturales así como a las características de los líquidos. Todos ellos pueden desencadenar la motivación para beber.

Conducta de beber motivada por la existencia de un déficit orgánico

Se sabe que las células del cuerpo contienen aproximadamente dos tercios de agua corporal, mientras que el tercio restante se encuentra fuera de las cé lulas. En el primer caso hablamos de líquido intracelular y en el segundo caso de líquido extracelular. Este último comprende, además del líquido cefa lorraquídeo, el líquido intersticial (el líquido que está entre las células) y el líquido intravascular (el plasma sanguíneo), con lo que los principales compartimentos de fluidos del organismo son cuatro. Todos estos compartimentos están separados por barreras semipermeables que permiten el trasvase de ciertas sustancias. En condiciones norma les el líquido intersticial es isotón ico (de isas, «igual», y tonos, «tensión») en relación al líquido intrace lular, por lo que el agua no tiende ni a pasar a las células ni a salir de ellas (Carlson, 2002).

Ahora bien, cuando se modifica el contenido hídrico de las cé lulas o cambia el nivel de los líquidos que rodean a dichas cé lulas (bien por déficit de agua, bien por ingesta de alimentos ricos en sal), la isotonía se pierde y aparece la hipertonía o la hipotonía. Esto es, si el líquido intersticial pierde agua, se vuelve más co ncentrado (hipertóni co), con lo que el agua tenderá a salir desde el interior hacia el exterior de las cé lulas. Por el contrario, si en el líquido intersticial el agua en vez de disminuir aumenta, su concentración será ento nces más diluida (hipotónica), con lo que el agua pasará al interior de las cé lulas para restaurar el equilibrio de fluidos perdido. Es decir, el agua pasa a las células cuando el líquido extracelular es hipotónico,y sale de ellas cuando dicho líquido es hipertónico. Y estas entradas y salidas de líquido tienen lugar a través de las membra nas semipermeables. Ahora bien, hay que tener presente que au nque el sodio puede pasar con facilidadentre el líquido intravascular y el líquido intersticial, no puede hacerlo al interior de las cé lulas. Sin emba rgo, es necesario que el vo lumen de los compartimentos de líquidos intracelular e intravascular también esté regulado (Martín, 2003).

Al igual que en la regulación de la ingesta de alimentos, en la regulación de la ingesta de agua se da también un punto de ajuste o equilibrio. Su fun ción es evitar la reducción del volumen del fluido intracelular, esto es, la deshidratación, así como la hipovolemia o reducción del vo lumen intravascular provocado por privación de agua, de forma que cuando los niveles se alteran se ponen en marcha los mecanismos para corregirlo. Y dado que intervienen tanto el agua como el sodio, se han propuesto dos mecanismos de corrección relacionados, respectivamente, con la ingesta y la excreción de agua y la ingesta y la excreción de sodio.

Específicamente, se ha propuesto la terminología sed volémica y sedosmótica para describir el hecho de que la conducta de beber puede ser causada por la pérdida de agua de los compartimentos de los líquidos intravascular o intrace lular (Petri y Govern, 2006).

La sed volémica, denominada también hipovolémica o volumétrica, ocurre cuando disminuye el volumen intravascular; conlleva pérdida tanto de agua como de sodio, por lo que implica un apetito de sal. La sedosmótica, denominada también osmométrica, tiene lugar cuando la concentración del líquido intersticial aumenta, con lo que el volumen intracelular se reduce al salir agua del interior de las cé lulas para restaurar el equilibrio.

Los riñones son los que posibi litan la regulación del nivel de agua y de sodio en el organismo, siendo la aldosterona (hormona secretada por la glándula suprarrenal) y la vasopresina (hormona secretada por la neurohipófis is), las hormonas que control an la cantidad de agua y sodio excretado.

La aldostero na intervi ene en la regulación del metabo lismo y el equilibrio hídrico del organismo. Regula los niveles ele sodio, de modo que cuando su nivel de secreción es bajo, el sodio es liberado en la orina, mientras que su nivel de secreción es alto cuando se retiene sodio en los riñones.

La vasopresina, hormona antidiurética, interviene en la excreción de agua por los riñones. Cuando en el organismo existe un nivel de agua elevado, la vasopresina no es segregada, de modo que los riñones excretan el agua sobrante. Por el contrario, su nivel de secreción es alto cuando el organismo está deshidratado, de modo que los riñones retienen todo el agua pos ible y excretan únicamente el agua necesaria para la eliminación de los productos de desecho del metabolismo (Garrido, 2008).

Un hecho importante en relación con la ingesta de líquidos es la saciedad. Mucho antes de que los líquidos ingeridos restauren los déficits que dieron lugar al inicio de la conducta de beber apa rece la saciedad. Si bien se conocen poco las señales que detienen la conducta de beber asociada a la ingesta de agua, existen datos que ava lan que en el control de la saciedadintervienen los receptores situados en el hígado y el intestino delgado. Aunque se ha señalado (Rolls y Rolls, 1982) que en la fin alización de la conducta de beber son relevantes las señales que provienen de la boca, el esófago, el estómago o el duodeno, experimentos realizados en investigación animal señalan que por sí sola la estimulación proveniente de esos órganos no basta para dar respuesta a porqué acaba la conducta de beber, no obstante la estimulación proveniente del duodeno si es un factor importante. En el caso de la saciedadasociada a la ingesta de sodio, parece ser que son los receptores situados en los riñones los que informan de dicha saciedadal cerebro, al detectar suficiente sodio en la sangre.

Conducta de beber motivada por factores de aprendizaje, sociales, culturales y estimulares

Con independencia de la ingesta de líquidos ocasionada por un desequi librio hídrico, ocurre la in gesta espontánea. Dicha ingesta se produce en ausencia de déficits y en ella juegan un papel importante tanto el aprendizaje como los factores socia les y culturales, además de las características estimulares.

En interacción con los factores sociales y culturales, el aprendizaje influye en la conducta de beber. El aprendizaje, al igual que ocurría en la conducta de comer, medi atizala conducta de beber. Por lo general, se aprende a beber no solo para corregir carencias de agua, sino también para evitarlas. Es un hecho que se ingiere más agua de la necesari a para el equilibrio hídrico del organismo, y que dicha conducta de beber es además anticipatoria. Ello se ha comprobado experimentalmente en la ingesti ón de comida. En co ncreto, Fitzs imons y Le Magnen (1969) obtuvieron que la modificación de la dieta en ratas (se pasó de una dieta rica en carbohidratos a otra rica en proteínas), conllevaba un aumento en la ingesta de agua. Si bien en un primer momento los animales ingirieron tras la comida gran cantidad de agua, al cabo de unos días efectuaron dicha ingesta durante las comidas. Ello parece indicar que los animal es aprendieron a asociar la dieta nueva con la sed posterior y, en anticipación a esto, iniciaban antes la conducta de beber.

La ingesta de líquidos también se relaciona estrechamente con acontecimientos sociales y culturales. Es frecuente que la organización de eventos sociales vaya acompañada no solo por la motivación para comer, sino también por la motivación para beber. Incluso a veces se bebe como consecuencia del encuentro con otros y ello es común a las distintas culturas, aunque puedan existir variaciones diferenciales de unas a otras. A todo esto hay que añadir que las costumbres y las condiciones climatológicas también influyen no solo en la ingesta de líquidos sino en la se lección de los mismos. Así, por ejemplo, y sin que exista desequilibrio hídrico, suelen ingerirse con más frecuencia unas bebidas u otras en función del ambiente sociocultural en que uno se encuentre inmerso, e incluso en función de la estación del año en que se esté, como sucede con la ingesta dechoco late caliente en invierno y horchata fría en verano en algunas zonas de nuestro país. Y, al igual que ocurría con el motivo de hambre, en nuestra sociedadactual, no hay que o lvidar que la publicidadtambién desempeña una función decisiva en la elección de las bebidas que se ingieren (por ejemplo, véase cómo se intenta motivar el consumo de determinadas bebidas en los anuncios televisivos).

De la misma manera que sentimos hambre en respuesta a las señales extern as, también nos da sed la presencia de bebidas refrescantes y deliciosas. Las características de los líquidos influyen igualmente en su ingesta y en este sentido el sabor es la variable más importante. El fenómeno de «saciedadsensorial específica», mencionado en la exposición de las características de los alimentos, también ocurre en la ingesta de líquidos. Experimentalmente se ha encontrado que los animales beben más cuando tienen a su alca nce distintos líquidos para ingerir.

Por último, aunque ya se ha indicado de algún modo al exponer la importancia del aprendizaje, es necesario decir que la conducta de beber se relaciona estrechamente con la conducta de comer. Gran parte de la ingesta normal de líquidos tiene lugar alrededor de la comida en la mayoría de los mamíferos, pues el agua es necesari a para la digestión y el metabolismo de la comida.

En definitiva, puede afirmarse que la ingesta de líquidos depende no solo de que se tenga sed por la existencia de un desequilibrio hídrico, también del aprendizaje, de factores sociales y culturales así como de las características de los líquidos, de la presencia de comida, y del papel ejercido por la publicidad. Todos ellos influyen en mayor o menor medida en la conducta de beber.

SUEÑO

Otro importante motivo innato es el motivo de sueño. Nuestra vida transcurre entre la vigilia y el sueño. En dormir empleamos una tercera parte de nuestras vidas, dato suficiente para admitir que el sueño es importante. Sin embargo, como proceso fisiológico, el sueño no es del todo co nocido, de hecho su función es todavía objeto de controversia y, a pesar de los descubrimientos sobre su importancia, no se conoce co n certezalo que le sucede a nuestro organismo cuando dormimos; no obstante su importancia biológica es indiscutible. Nadie puede dejar de dormir tras haber pasado en estado de vigilia varios días. Como señaló Chóliz (1994), el sueño constituye una necesidad ineludible que en ocasiones puedellegar a ser más urgente incluso que otros motivos innatos.

Durante la vigilia tienen lugar las distintas actividades físicas y nuestro organismo necesita recuperarse de los diversos desgastes ocasionados por ellas, pero también es necesari a la reestructuración psíquica. Se defiende que en ambas juega un papel relevante el sueño.

Al igual que ocurría con los motivos de hambre y de sed, se considera que el sueño es una necesidad básica para la supervivencia de los organismos. El sueño, no es, como se creía inicialmente, un proceso pasivo; todo lo contrario. El sueño es un proceso activo, pues no solo se considera que tiene que ver con la recuperación física del organismo, sino también se cree que juega un importante papel en su reestructuración psíquica. Dicha reestructuración psíquica es la que permite sistematizar y clasificar lo que se ha ido adqui riendo a lo largo del día. Esto es, puede decirse que el sueño es un motivo innato que parece desempeñar funciones tanto de resta uración fisiológica como de reestructuración psíquica, por lo que constituye un proceso activo. Stickgold(2015) ha señalado al respecto que son numerosos los estudios que ava lan el vínculo entre una buena noche de sueño y el estado de ánimo, la memoria y el aprendizaje, afirmando además que un creciente número de experimentosllevados a cabo en los últimos veinte años han constatado que el mecanismo del sueño influye directamente en otras funciones corporales, desde el equilibrio hormon al hasta la protección inmunitaria.

Si bien la necesidad de sueño es universal, pues todos los animales incluidos los unicelulares tienen periodos de reposo, el tiempo que duermen los distintos organismos es va ri able. Se considera que el ser humano maduro duerme aproximadamente 8 horas, aunque la conducta de dormir pueda presentar características diferenciales de unas person as a otras. Además, la edadmodula el número de horas dedicadas a dormir. Así, mientras los niños recién nacidos suelen dormir aproximadamente 15 horas al día, los adultos duermen apro ximadamente 8 horas como hemos señalado. En los mayores este número de horas parece reducirse aún más. Además de la edad, también es necesario considerar la estimulación ambiental, pues en función de su intensidad pueden aparecer dificultades para dormir o, por el contrario, propiciarse el inicio del sueño. El estrés y las preocupaciones influyen igualmente en el sueño. También el horario laboral. Todos ellos son solo algunos de los factores que hay que tener presentes en el análisis del sueño.

Factores relevantes en relación al sueño

En la aparición del sueño pueden influir, de manera importante, numerosos y diversos factores psicológicos, físicos o fisiológicos. De entre todos ellos, los ritmos circadianos y el tiempo transcurrido sin dormir son de gran releva ncia. Ambos juegan un papel decisivo en la aparición del sueño, pues el proceso circadiano determina de algún modo cuando despertamos, mientras que el tiempo transcurrido sin dormir responde a un proceso homeostático que incrementa las probabilidades de dormir cuanto más tiempo se permanezca despierto (Petri y Govern, 2006).

  • Ritmos circadianos

Existen distintos ritmos biológicos que presentan una duración co ncreta y que se caracterizan por ser cíclicos. Entre ellos se encuentran los ritmos circadianos, los cuales hacen referencia a los ritmos de oscilación diaria. Su duración aproximada es de 24 horas, esto es, un día (circe, significa en latín «a lrededor de o cerca de», y dies quiere decir «día»). El más conocido de los ritmos circadianos es el ciclo sueño-vigi lia, que se encuentra modulado por los periodos de lu z-oscuridad. En realidad, en los seres humanos, la duración del ciclo sueño-vigili a supera las 24 horas del ciclo lu z-oscuridad, situándose en torno a 25-29 horas según se ha obtenido experimentalmente en vo lun tarios encerrados en una habitación aislada (Velayos et al, 2007); no obstante, selleva a cabo un ajuste diario a las condiciones extern as de lu z-oscuridad. Así, los ritmos impuestos por las demandas ambientales (lu z-oscuridad) influyen sobre los ritmos biol ógicos de sueño-vigilia ocas ionando que estos últimos se ajusten a la pautas y requerimientos externos (Palmero, 1995).

  • Tiempo transcurrido sin dormir

El tiempo transcurrido sin dormir es muy importante en el inicio del sueño, pues cuanto mayor sea dicho tiempo es más probable que ese inicio se produ zca antes. Como ya hemos señalado, ello responde en realidada un proceso de homeostasis que aumenta la probabilidad de dormir confo rme el tiempo en que se permanezca despierto sea mayor.

Fases y tipos de sueño

El sueño es un estado dinámico durante el cual se sigue un ritmo bi ológico. El ciclo del sueño está constituido por cinco fases diferentes: fase I, fase I, fase III, fase IV y fase de sueño con movimientos oculares rápidos (MOR). Las cuatro primeras fases corresponden a lo que se co noce como sueño lento o sin movimientos oculares rápidos (NMOR), mientras la quinta responde a lo que se denomina sueño paradójico o sueño con movimientos oculares rápidos (MOR). Con ello se pone de manifiesto que las fases del sueño son cin co y los tipos de sueño son dos (s ueño lento y sueño paradójico).

Fases del sueño

Como ya hemos indicado, en los seres humanos el ciclo del sueño está constituido por cin co fases diferentes. Experimentalmente, existen diversos criterios o indicadores para determinar en cuál de estas fases del sueño se encuentra el sujeto. Todos ellos implica n el registro de diferentes parámetros electrofisiol ógicos y son: el electroencefalograma (EEG), el electrooculograma (medida de los movimientos oculares), el tono muscular y la respiración. De entre ellos, el criterio electroencefa lográfico ha sido el utilizado con más frecuencia por los investigadores. Básicamente el EEG consiste en medir las señales de la actividadeléctrica cerebral. Suempleo ha puesto de manifiesto la existencia de una amplia variabilidaden la actividad cerebral que permite diferenciar las fases de sueño.

Es de señalar que el método tradicional para anal izar el EEG durante el sueño, se ha basado en la inspección visual hoja por hoja, de los registros de varias horas de sueño de los sujetos experimentales. Fueron WilliamDement y N athani el Kleitman (1957) quienes uti lizando dicho criterio distinguieron cinco fases de sueño en base a las diferentes ondas cerebrales de distinta amplitudy frecuencia en momentos diferentes del sueño.

  • La fase I se inicia con la aparición de ondas rápidas e irregulares de baja amplitud. Es una fase de somnolencia o adormeci miento caracterizada por la presencia de ondas theta de baja amplitud (ondas de 3.5-7.5 H z). Puede considerarse que es una fase de transición entre el sueño y la vigili a, en la que los párpados se abren y se cierra n lentamente (Carlson, 2002) y pueden percibirse la mayoría de estímulos que ocurren a nuestro alrededor (táctil es y auditivos). La persona es capaz de responder a un estímulo con respuestas verbales y, en ocasiones, con respuesta de lentos movimientos oculares. Hay tono muscular pero está disminuido en relación a la vigilia, y los movimientos oculares, si los hay, son muy lentos como ya hemos indicado. En esta fase el sueño es poco o nada reparador.
  • La fase II, de sueño ligero, supone un estado de relajación más profundo. Su característica principal es la disminución del ritmo electroencefalográfico, con la aparición periódica de explosiones de actividadrápida y rítmica de las ondas cerebrales a lo que se le denomina «hu sos de sueño» (ondas de 12 a 14 Hz) y complejos K (ondas repentin as y de forma puntiaguda que aparecen de manera espontánea aproximadamente uno cada minuto). En esta fase del sueño nuestro sistema nervioso bloquealas vías de acceso de la información sensor ial, el tono muscular es menor que en la fase 1, y ya no hay movimientos oculares. Si bien en esta fase hay una desconexión del entorno, lo que facilita la conducta de dormir, el sueño es parcialmente reparador por lo que no es suficiente para descansar por completo.
  • La fase III es una fase de sueño esencial para que la person a descanse objetiva y subjetivamente. Puede ser considerada como etapa de trans ición en la que el bloqueo sensorial aumenta en relación con la fase 11. El cerebro comienzaa emitir ondas delta, ondas inferiores a 3.5 Hz, que son lentas y grandes, y cuyo porcentaje de frecuencia osci la entre el 20% y el 50%. Tampoco hay movimientos oculares, y el to no muscular es aú n más reducido que en la fase anterior. Dado que existe una mayor profundidad de sueño, si despertamos en esta fase a la persona que duerme, esta estará desorientada y confusa.
  • La fase IV se caracterizapor la aparición de una mayor profundidad del sueño. Ahora la emisión de ondas delta es superior al 50%. Es un a fase esencial tanto para la repa ración física como psíquica del organismo. En relación a las fases anteriores, en esta hay un menor ritmo electroencefa lográfico, no hay movimientos oculares, el tono muscular está muy reducido, y hay una mayor reparación. La persona da vueltas en la cama, cambia de postura y, también en esta fase, si despertamos a la persona que duerme, esta se encontrará desorientada y confusa, pero más intensamente que en la fase III. Experimentalmente se ha puesto de manifiesto que déficits de las fases III y IV ocasionan somnolencia diurna; también, que la fase IV es la fase en la que tienen lugar alteraciones como el sonambulismo (Tirapu-Ustárroz, 2012).
  • La fase de sueño MOR se caracterizapor la presencia de movimientos oculares rápidos, de ahí su nombre (o bien de sueño REM, siglas en inglés de movimientos oculares rápidos: Rapid Eye Movements). También, porque la respiración se acelera y se vuelve irregular y el ritmo cardiaco aumenta. El tono muscular es nulo (por ello se habla de atonía muscular) y son destacables encefa lográfica mente la aparición de ondas theta y beta. Dado que las ondas beta (ondas de 14 a 30 H z) son propias de la vigilia, ello ocasionó denominar también a este sueño como paradójico. Hay una desincronización del EEG que se asemeja a una situación de vigilia.

Estas cinco fases se van repitiendo a lo largo de todo el periodo de sueño, y se considera que esta repetición tiene lugar de cuatro a cinco veces a lo largo de la noche. Como ya hemos indicado, las cuatro primeras fa ses corresponden a lo que se denomina sueño lento o NMOR, mientras que la última corresponde al sueño MOR o paradójico (ver figura 4.11). En total y por término medio, se estima que, en el sujeto adulto, la fase de sueño NMOR dura aproximada mente unas 6 horas, mientras que la fase de sueño MOR dura unas 2 horas.

Tipos de sueño

Al inicio de este apartado ya pusimos de manifiesto la admisión, por parte de los diversos investigadores, de dos tipos de sueño: el sueño lento y el sueño paradójico.

Se admite que cada uno de ellos tiene funciones y características específicas y diferenciales.

  • El sueño lento (NMOR) se caracteriza, fisi ológica mente, por la existencia de actividad li gada a la rama parasimpática del SNA, la cual es importante en el almacenamiento de energía. Por ello los valores de va ri ables fisi ológicas como la tasa cardi aca, la actividadmuscular esquelética o la temperatura corporal, disminuyen (Palmero et al., 2008). Además de lo mencion ado, otras características importantes son la existencia de sincronización en el electroencefa lograma (EEG), movimientos de los ojos lentos o nulos y tono muscular moderado. Es de resaltar, por otra parte, que las enso ñaciones que tienen lugar en este tipo de sueño tienden a reflejar un pensamiento conceptu al y racional (Garrido, 2008).
  • El sueño paradójico (MOR), fue puesto de manifiesto por Eugene Aserinsky (1921-1998) y Nathaniel Kleitman (1895-1999) en 1953. Además de la aparición de movimientos oculares rápidos, las características principales del sueño MOR son la aparición de des incronización en el EEG (que se asemeja a una situación de vigilia o de alerta), la desaparición del tono muscular (lo que se denomin a atonía muscular), así como la posible aparición de secreción vaginal en las mujeres o erección del pene en los hombres. Puesto que se da un aumento del consumo de oxígeno, del flujo sanguíneo cerebral, del ritmo cardi aco y de la presión sanguínea, se pi ensa que es el sistema nervi oso simpático el que predomina fisiológicamente (Carlson, 2002). Se considera, igualmente, que la frecuencia de la fase MOR va ría durante el ciclo evo lutivo (Tirapu-Ustárroz, 2012), dado que los niños pasan un 50% del tiempo que duermen en la fase MOR, los adultos un 25% y los mayores un 15%. También, que durante el sueño MOR se activan en especial la amígdala y las estructuras del sistema límbico relacionadas con ella (Wagner y Diekelmann, 2012). Asimismo, las enso ñaciones que pueden tener lugar suelen ser perceptu ales y emocionales, y tienden a ser más intensas a medida que avanzael periodo de sueño.

Hobson (2000, 2002), puso de manifiesto una seri e de características del sueño MO R entre las que son destacables las siguientes:

  • contiene percepciones visuales y motoras y, en menor medida, de otras modalidades sensori ales;
  • por lo general, las imáge nes que acontecen cambian rápidamente y son raras, extrañas, poco ligadas a la realidad, aunque también puedan darse algun as imágenes y eventos que puedan tener lugar en la vida real (como soñar que se ha perdido el dinero cuando se va a realizar un pago importante);
  • los contenidos no encajan, no se sostienen, en el sistema de creencias habi tuales de la persona;
  • el ti empo, los luga res y los protagonistas son discontinu os e inco ngruentes, esto es, hay pérdida de la estabilidadespacio-temporal;
  • los sueños que se producen son más reales, más verídi cos, con mayor carga emocional, es decir, se produce una intensificación de la vivencia emocional;
  • hay una mayor incorporación de elementos «instint ivos» relacionados con el deseo y el placer;
  • fin almente, no hay control vo luntario sobre el contenido de los sueños.

Maquet et al. (1996), hallaron que durante el sueño paradójico o MOR algun as regiones cerebrales empleaban mucha energía, mientras que esta energía disminuía durante el sueño lento o NMOR (sobre todo en las fases III y IV); dichos autores basaron su explicación en la activación de la amígda la y de las estructuras del sistema límbico relacionadas con ella, estructuras, por otra parte, que control an asimismo la memoria de las experiencias emocionales, como pusieron de manifiesto Hamann et al. en 1999. Así, ratas a las que se les había extirpado la amígda la de ambos hemisferios cerebrales, mostraban escaso interés ante estímulos que con anterioridada dicha extirpación les ocasionaban gran ansiedad. En estudios con humanos se obtuvo también que el recuerdo de imágenes emocionales dependía directamente de la actividad que había experimentado la amígda la durante la observación de dichas imágenes, de modo que cuanto más activación mejor era el recuerdo. Estudios más recientesinciden en la relevancia de este tipo de sueño en los procesos de memori a, al obtenerse experimentalmente resultados que muestran que es en esta fase en la que se produce la conso lidación de lo aprendido (Hoss y Feinstein, 2006; Wilhemet al., 2011 ; Wagner y D iekelmann, 2012). Como vimos, ello hace referencia a las funciones del sueño.

Funciones del sueño

Se considera que durante el sueño se producen distintos procesos que puedenllegar a ser relevantes y necesarios para la integridadfís ica y psicológica de los seres humanos. También se piensa que el sueño tiene funciones relacionadas con la conservación de la energía (Kevanau, 1997), dado que uno de los aspectos más evidentes del sueño hace referencia a la disminución general de la actividadmetabólica. No obstante, en la actualidad, se sigue investigando para conocer con exactitudtodas las funciones del sueño.

Si bien existen numerosas propuestas de las posibles funciones del sueño, las dos más relevantes son las relativas a la restauración del organismo y a la que tiene que ver con la supervivencia y la adaptación. De las dos propuestas señaladas, la más aceptada parece ser la función restauradora. Palmero et al. (2008), afirman que «el sueño paradójico permitiría al organismo una recuperación y reprogramación psíquicas, mientras que el sueño no paradójico permitiría al organismo recuperarse físicamente» (p. 153). Hartmann (1973), por su parte, consideraba que además de la restauración, el sueño MOR desempeña una fu nció n de recuperación en los procesos atencionales y emocionales. Su afi rmación se apoyaba en el hecho de que tras días de estrés y aprendizaje intenso, ocurre más sueño MOR. Hoss y Feinstein (2006), señalaron también que los sueños tienen una función de aprendizaje y consolidación, y que la deprivación de sueño ori gina alucinaciones visuales y auditivas, interferencias en el aprendizaje y la memoria, pérdida de la capacidad para elaborar asociaciones, dificultaden la realización de tareas que exigen atención foca lizada además de irritabilidad y suspicacia. En definitiva, como señaló Carlson (2002), son muchos los investigadores que piensan que el sueñolleva a cabo alguna clase de restauración del desgaste debido a la actividad de la vigilia. Y, en el ser humano, se considera que el sueño es necesario para que el ce rebro mantenga su funcionamiento normal.

La otra posible función del sueño que hemos in dicado es la re lativa al incremento en la probabilidad de supervivencia y adaptación. Se defiende que permanecer inmóvil durante el sueño permite a ciertos animales pasar desapercibidos ante sus depredadores. Esto es, el sueño es una respuesta adaptativa, una conducta útil, pues permite a los organismos no responder cuando no hay necesidad para ello o cuando es perjudicial o peligroso. El hecho de que el grado de segu ridad(se refiere a que el sueño posibilita la ocultación de los organismos, lo que les permite pasar desapercibidos a los ojos de posibles depredadores), y la tasa de metabolismo de una especie se relacionen estrechamente con su cantidad de sueño parecen avalarlo (Carlson, 2002).

Como hemos señalado, en relación a las funciones del sueño se barajan dos hipótesis explicativas, las cuales hacen referencia al sueño como respuesta adaptativa y conducta útil que posibilita la supervi vencia y al sueño como proceso restaurador, físico y psíquico. En relación con esta última función, en los últimos años se han desarrol lado diversas investigaciones científicas relativas al papel que desempeña el sueño (sobre todo la fase MOR) en los procesos de conso lidación de la memoria. Ya pusimos de manifiesto que la reestructuración psíquica es la que permite sistematizar y clasificar lo que se ha ido adquiriendo a lo largo del día. Algunos de estos experimentos se exponen seguidamente.

Sueño y recuerdo: experimentos realizados

Como hemos indicado anteriormente, en los últimos quince años se ha desarrollado un importante cuerpo de investigación que busca analizar las rel aciones sueño-consolidación de lo memorizado. Si bien los experimentos realizados son numerosos, nosotros solo vamos a presentar tres de los que consideramos más representativos: los realizados por Huet al. en 2006, los efectuados por Payne et al. en 2008, y los llevados a cabo por Wilhemet al. en 2011.

  • Experimentos de Huet al. (2006)

Partiendo de la hipótesis de que el sueño ejerce un papel importante en el recuerdo de hechos, sobre todo de carácter emocional, Huet al. (2006)llevaron a cabo una investigación en la que utilizaron como estímulos material gráfico consistente en imágenes, bien de objetos neutros (como por ejemplo muebles), bien de escenas impactantes (como por ejemplo personas accidentadas con lesiones muy graves). Como muestra, utilizaron dos grupos de sujetos, los cuales visualizaron todas las fotografías. Las diferencias entre ambos grupos se encontraban en el periodo en quellevaba n a cabo dicha visualización. Así, un grupo veía las fotografías por la noche antes de acostarse, mientras que al otro grupo se le presentaban a primera hora de la mañana, antes de comen zar su jornada habitual. Para ambos grupos la tarea fue la misma: memorizar todo el contenido de las fotografías tan bien como les fuera posible. Tras doce horas, bien de descanso nocturno, bien de jornada diurna habitual, ambos grupos volvieron a visualizar las imágenes las cuales estaban ahora mezcladas con otras nuevas pero de contenido similar a las anteriores. Tras la presentación de cada una de las fotografías, todos los participantes debían indica r si esa imagen se le había mostrado con anterioridad.

Los resultados mostraron que los sujetos que habían visualizado las fotografías antes de irse a dormir las recordaban mejor que los sujetos que habían permanecido despiertos; ahora bien, este buen recuerdo sólo ocurría cuando dichas imágenes contenían escenas impactantes, pero no cuando su contenido eran objetos neutros, situación en la que no se producían diferencias entre ambos grupos. Esto es, el descanso no parecía mejorar el recuerdo en el caso de objetos neutros, pero sí cuando su contenido era emocional.

En base a estos resultados, los autores de la investigación concluyeron que el sueño favorece el recuerdo, pero sólo de imágenes con contenido emocional, no de contenido neutro.

  • Experimentos de Payne et al. (2008)

Considerando también la importancia del contenido emocional en el recuerdo de imágenes tras el sueño, Payne et al. (2008), investigaron específica mente si unos detalles eran más recordados que otros. Para someter a contrastación su hipótesis, partieron de que en una escena emocional el objeto que es el desencadenante de la reacción emotiva aparece siempre en primer plano (a unque también pueden aparecer en este plano elementos neutros), mientras que todo el contenido del segundo plano suele ser neutro. En base a este presupuesto, estos investigadores presentaron a un grupo de sujetos imágenes que mostraban en primer plano estímulos con alto contenido emocional que atraía la mirada (por ejemplo, una persona herida en el suelo) junto con elementos neutros (por ejemplo, un coche aparcado a sulado); en segundo plano aparecían siempre elementos considerados neutros (por ejemplo, una casa al fondo rodeada de pequeños árboles). A todos los participantes en el experimento se les pidió que memorizaran las imágenes presentadas y, tras un periodo de sueño o de vigilia según el caso, se les sometió a una prueba de memoria de las escenas vistas. En dicha prueba, se les preguntaba, separadamente, sobre el recuerdo de lo aparecido en primer plano y lo que se presentaba en segundo.

Los resultados mostraron que los sujetos que habían dormido recordaban mucho mejor los detalles emocionales del objeto en primer plano (persona herida en el suelo) que los que habían permanecido despiertos. Ahora bien, no se obtuvieron diferencias entre ambos grupos (dormidos y despiertos) en el recuerdo ele los elementos neutros, tanto para los apa recidos en segundo plano (casa al fondo rodeada de pequeños árboles), como para los presentados en primer plano (coche aparcado).

En base a estos resultados, Payne et al., co ncluyeron que el sueño ejerce un efecto fortalecedor en situaciones de alto contenido emocional, y refuerzasobre todo los recuerdos de elementos asociados a emociones negativas; según ellos, se recuerda bastante bien el objeto emocional y se duda de los elementos neutros.

  • Experimentos de Wilhemet al. (2077)

Al igual que en los trabajos presentados con anterioridad, Wilhemet al. (2011) defendieron que el cerebro eva lúa los recuerdos durante el sueño y retiene los que considera más rel evantes. Para demostrarlo y comprobar la retención de lo aprendido,llevaron a cabo una investi gación en la que participaron 191 voluntarios los cuales tenían quellevar a cabo dos tipos diferentes de tareas. En la primera tenían que aprender 40 pares de palabras (por ejemplo, silla-mesa), mientras que en la segunda debían de asociar imágenes de animales con objetos (por ejemplo, perro con collar). En ambas tareas, a la mitad de los participantes se les indicó tras su finalización que se les sometería a un examen (s ituación emocional) 1O horas después y, también a la mitad de ellos, se les dejó dormir antes del examen.

Los resultados mostraron un mejor recuerdo para los sujetos a los que se les dejó dormir en comparac1on con los que permanecieron despiertos; ahora bien, solo los que durmieron y sabían que se les iba a examinar lograron los mejo res resultados significativamente en relación a la media. Es de destacar que los EEG realizados a los voluntarios a los que se les pe rmiti ó dormir, mostraron durante el sueño MOR un incremento en la actividad cerebral, in cremento que fue aún mayor en los participantes a los que se les había informado que iban a ser examinados al fin alizar la tarea. Wagner y Diekelman (2012), han explicado este in cremento de la actividad ce rebral señalando el papel de la amígda la en la fase MOR, pues es justo en esa fase del sueño en la que se produce un aumento de la actividad de la amígdala. La amígda la reacciona a los elementos emocion ales y se encuentra estrechamente unida al hipocampo, estructura fundamental de la memoria. Al estimular la amígda la probablemente se refuerzala memori a del hipocampo, razón por la que nos acordamos mejor.

En conclusión, se recuerdan mejor las imágenes cuando se ha dormido y, en especial, las que desencadenan emociones. En este último caso y como señalaron Wagner y Diekelmann (2012), ello se debe a que las personas procesamos las escenas angustiosas sobre todo cuando soñamos, por lo que reaccion amos más ante el las cuando despertamos, siendo posible que esos fuertes sentimientos sean la razón por la que recordamos mejor los acontecimientos después de dormir.

Privación de sueño

Con objeto de establecer la relevancia del sueño e intentar clarificar có mo se produce así como sus funcio nes, se han realizado numerosas investigaciones cuya característica común es la priva ción de sueño. Estos estudios han efectu ado dicha privación bien de manera total, bien de manera selectiva.

Privación total de sueño

Si bien hay grandes diferencias individuales en lo que respecta a la res istencia al sueño, se han realizado diversas investigacion es sobre su privación tota l. El procedimiento utilizado para ello ha consistido en impedir dormir al sujeto durante vari as horas o días, y su utilización ha puesto de manifiesto que la privación total de sueño es imposible de conseguir si no se obli ga al sujeto experimental a realizar cualquier tipo de tarea o actividad que no sea aburrida. En general, entre los efectos encontrados por la privación total de sueño destacan los siguientes:

  • tras 24 horas de privación apa rece la necesidad imperiosa de dormir; junto con ello, también aparece fatiga, ardor y sequedad de ojos;
  • transcurridos de dos a cinco días, surgen alteracion es en la visión, sueños en vigi li a, así como problemas en la lectu ra (que se hace dificultosa) y en la escritura (que se hace ilegible);
  • tras cinco días hay sueños en vigi li a con un a frecuencia mayor, también tiene lugar una apa rente recuperación de la fatiga, y pueden darse incluso delirios paranoides y alucin aciones vi sual es y auditivas en algunos sujetos, aunque ello no es duradero;
  • desde el punto de vista cognitivo destaca el aumento del ti empo de reacción en la realización de las diversas tareas, la disminución en la velocidad de realización de las operaciones relativas a tareas matemáticas, la aparición de déficit en ta reas psicomotoras, as í como la existencia de un deterioro general en la realización de tareas que exigen atención se lectiva e interferencias en el aprendizaje y la memoria.

Aunque todas estas alteracion es tien en su importancia, son reversibles, pues el sujeto experimental se recupera con facilidad de ellas si se le deja dormir reposadamente. En este caso se ha encontrado un notable in cremento en el tiempo dedicado a dormir.

Privación selectiva de sueño

El hecho de que en el sueño se den fases diferenciadas que aparecen cíclicamente, hallevado a invest igar la función específica de dichas fases mediante la privación selectiva de la fase de sueño que se busca investi gar. Para ello se ha utilizado un procedimiento consistente en presentar un ruido suficientemente intenso como para conseguir que el sujeto salga de la fase de sueño en la que se encuentra, pero no para que se despierte. Dicho ruido es suministrado sistemáticamente cuando en el EEG se detecta la presencia de ondas que indican que el sujeto va a entrar en la fase que se desea estudi ar. Por lo general, estas privaciones se lectivas se han efectuado en la fase IV (sueño lento) y en la fase de sueño MOR (sueño paradójico).

La privación se lectiva de sueño en la fase IV ha puesto de manifiesto, entre otros, los siguientes efectos:

  • aparición de lo que se conoce como fenómeno de rebote. Dicho fenómeno consiste en que cuando al sujeto se le priva de sueño en una fase durante un tiempo co ncreto, al dejarle dormir sin interrupciones se observa que entra con más facilidad y frecuencia en dicha fase, dándose por lo general un mayor número de horas dedicadas a esa fase de sueño. Además, cuanto más tiempo de privación, los EEGs muestran que el sujeto entra más frecuentemente en dicha fase de sueño, lo que a su vez conlleva experi mental mente despertarle más veces. Ello sugiere que esa fase de sueño debe ser importante en el ser humano;
  • presencia de sensaciones corporales desagradables y malestar físico en genera l;
  • en ocasiones, aparición de cansa ncio, fatiga y depresión;
  • acceso rápido a esta fase en la recuperación.

Por su parte, los efectos encontrados cuando selleva a cabo la privación selectiva de sueño MOR son, entre otros, los siguientes:

  • aparición del denominado fenómeno de rebote; disminución del acceso a recuerdos emocionalmente importantes, así como entorpecimiento en la adaptación a estímulos que causan ansiedad, lo que sugiere que el sue ño MOR es importante en la integración del material emocional;
  • dificultad en la retención de lo aprendido con anterioridada la privación de dicho sueño;
  • manifestación de algun as características propias del sueño paradójico en las fases de sueño lento, e incluso en la fase de vigilia;
  • transcurridos tres días de privación de este sueño, si se deja al sujeto experimental dormir, aparece directamente la fase MOR y aumenta el tiempo que se permanece en ella.

En definitiva, y como señala Stickgold(2015), las investigaciones efectuadas han revelado las múltiples formas en que la privación de sueño, sea total o selectiva, afecta a la saludfísica y psíquica, siendo en la actualidadalgunos de los efectos mejor estudi ados y más relevantes, según dicho autor, los siguientes:

  • en relación al Sistema Nervioso Central (SNC): no dormir afecta negativamente a las funciones cerebrales y cognitivas como la regulación del apetito, las emociones y la memori a;
  • en relación al Sistema Inmunitario: si no se duerme lo suf iciente, el sistema inmunitario no puede combatir con eficacia las enfermedades;
  • en relación al Sistema Endocrino: la falta de sueño disminu ye la sensibilidad del cuerpo a la insulin a, hormona producida por el páncreas como se indi co con anterioridadal exponer el motivo de hambre. Esta alteración aumenta el riesgo de obesidad.

En conclusión, el sueño es un motivo innato de gran importancia, cuya presencia es necesari a para la conservación de la energía, la supervive ncia y la adaptación de los organismos. El sueño, como señalaron Palmero et al. (2008), «cumple funciones elementales, desde la simple, aunque fundamental, recuperación física, hasta la más sofisticada, pero no menos importante, fun ción de recuperación, regulación y estabilización de las potencialidades mentales y psíquicas que incrementan exponencialmente la capacidadadapta tiva del individuo» (p. 159). Dormir, como señalan Wagner y D iekelmann (2012), desempeña una funciónadaptativa y de reestructuración física y psíquica, por lo que dormir poco parece una estrategia totalmente errónea para afrontar las exigencias de la vida cotidi ana. O, fin almente, como destaca Sti ckgo ld(2 01 5), tras analizar en co njun to los res ultados de los estudi os que exa min an el papel del sueño en las funciones hormonales, inmunitari as y cognitivas, quien no duerme lo suficiente corre el riesgo de termin ar, además de muy cansado, enfermo, obeso, desmemori ado y deprimido.

SEXO

El último motivo innato que vamos a abordar en este capítulo es el motivo de sexo. Al igual que los motivos de hambre, sed y sueño, ya expuestos con anterioridad, el motivo de sexo es de gran importancia y suexplicación se ha realizado también medi ante el modelo homeostático. Sin embargo, a diferencia de ellos, se considera que en este motivo no existen a corto plazo mecanismos homeostáticos que regulen su actividad, algo que sí ocurre en los motivos de hambre, sed y sueño. Por ello, como señalamos, se afirma que la moti vación sexual es no regulatori a, mientras que los motivos ya mencionados son regulatorios.

Las respuestas sexuales no son en abso luto necesari as para la vida bi ológica de un organismo. Nadie se muere por no tener contacto sexual. Sin embargo, esto no ocurre en cuanto a la supervivencia de la especie. Si no existe contacto sexual, no puede haber reproducción y, en consecuencia, supervivencia de la especie. El hambre, la sed y el sueño son motivos vitales para la supervivencia del individuo, el sexo es un motivo vital para la supervi vencia de la especie (Morris y Maisto, 2001). Como señalaron Petri y Govern (2006), es en el ámbito de la reproducción donde reside f undamentalmente el carácter de motivo biol ógico del sexo. Por ello, y de acuerdo con Palmero (1995), el motivo de sexo puede definirse como «motivo básico fundamental relacionado con la supervivencia de la especie» (p. 101).

Puesto que la supervivencia individual no depende de la motivación sexual, es evidente que la actividad sexual constituye un reforzador muy potente no explica ble como sistema autorregulador. En la conducta sexual no hay contro les homeostáticos que regulen dicha actividada corto plazo, no obstante, el valor de recompensa de la conducta sexual ha de establecerse de modo que dicha conducta tenga lugar con la frecuencia suficiente y necesaria para garantizar la supervivencia de la especie (Rolls, 1999).

Las investigaciones realizadas sobre los mecanismos fi siol ógicos de la motivación sexual se han efectuado frecuentemente con animales, sobre todo ratas. Dichos estudi os han puesto de manifiesto que la acti vidadsexual es controlada en gran medida por las hormonas sexuales y está li gada al ciclo reproductivo de las hembras. Esta dependencia hormonal es cada vez menor a medida que ascendemos en la esca la filogenética, de fo rma que en los seres humanos la respuesta sexual tiene un muy alto grado de independencia del nivel hormonal.

Si bien, los mecanismos bás icos de la conducta sexual humana son, con mucha probabilidad, parecidos a los que contro lan el comportamiento sexual en otras especies, hay que señalar que la sexualidadhumana también presenta características propi as que la diferencian (Aguado, 2005). Aunque la moti vación sexu al tiene una base claramente fi siológica, en el ser humano está muy medi atizada por el aprendizaje y por los valores de cada persona. Puede decirse en realidad que en el ser humano la motivación sexual surge de la interacción entre la fisi ología y el entorn o, aunque en él, sobre todo en las primeras etapas de activación y excitació n, la motivación sexual depende mucho más de la experiencia y del aprendizaje que de los factores bi ológ icos. En la respuesta sexual humana influyen además otros muchos factores; entre ellos pueden destacarse la experiencia social, las emociones, la edad, la experiencia sexual, los estímulos extern os, la cultura, la moda, incluso las ideas sobre lo conveniente o pla centero. Es más, los estímulos que su rgen de la imagi nación y la fantasía también pueden influir en la excitación y el deseo. Como señaló Aguado (2005) «el deseo o la expectativa del placer provocado por el sexo es el principal determinante psicológico de la conducta sexual» (p. 400).

En conclusión, hay que afirmar que junto con el control hormonal, el aprendizaje y los facto res sociales y culturales modulan en gran medida la conducta sexual humana.

Motivación sexual y hormonas sexuales

Hemos señalado que, como motivo innato, el sexo está li gado a la reproducción. Biológica mente, la función del sexo en las distintas especies animal es es garantizar la reproducción. Esta función se encuentra contro lada por mecanismos fisiológicos. Por ello, gran parte de la investigación básica sobre la motivación sexual se ha centrado en el estudio de los mecanismos fisiol ógicos de dicha conducta en especies inferiores, poniéndose de mani fiesto el relevante papel que ejercen las hormon as sexuales en el control de dicha conducta. Si bien en el ser humano no existe una determinación tan estricta del control hormonal de la conducta sexual, se sabe que las hormonas ejercen un importante papel. D e hecho, puede afirmarse que constituyen uno de los factores relevantes en la determinación de la misma.

Las hormonas sexuales determinan el nivel de activación o excitabilidadsexual. También modulan y facilitan la activación de las conductas apropiadas. En realidad, además de ser responsables del dimorfismo sexual (diferencias entre machos y hembras), pues influyen en la organización de los circuitos cerebrales durante el desarrollo fetal, las hormonas regulan y posibilitan la conducta sexual. Esto es, las hormonas sexuales tienen fundamentalmente dos tipos de efectos sobre la conducta, un efecto organizador y un efecto activador.

El efecto organizador de las hormonas sexuales se produce durante el periodo prenatal y es de carácter irreversible. Dicho efecto ejerce su influencia sobre el desarrollo de las estructuras responsables de la conducta. Por su parte, el efecto activador hace referencia al papel que las ho rmonas tienen sobre el organismo maduro de fo rma reversible y temporal. Este efecto se produce a lo largo de la vida. Desde el punto de vista de la motivación son estos efectos activadores los que importan, dado que hacen referencia al papel ejercido por las hormonas sexuales sobre el cerebro para suscitar la actividadsexual (Suay et al., 2008).

Las hormonas sexuales son segregadas por las glándulas sexuales (ova rios en las hembras y testículos en los machos), y ejercen su influencia sobre la conducta mediante su interacción directa con el sistema nervi oso. Tanto las hormonas sexuales femeninas como las masculinas tienen efectos activadores sobre el sistema nervioso del adulto, por lo que desempeñan un papel relevante en los procesos fisiológicos y conductuales (Carlson, 2002).

Si bien no se conocen en su totalidad cómo las hormon as modifican el desarrollo de los circuitos cerebrales, se considera que los mecanismos hipotalámicos contro lan la conducta sexual de algún modo. En este sentido se ha encontrado que tumores u otras patologías loca lizadas en el hipotálamo suelen modificar el desarrollo o manten imiento de la conducta sexual en el ser humano (Petri y Govern, 2006). En investi gación con animales se ha implicado al HVM en la actividad sexual de las hembras (en ratas), atribu yéndo le un papel centralizador del control cerebral de la conducta feme nina en ratas. En general, se sabe que en la conducta sexual interviene el hipotálamo tanto en humanos como en animales, no obstante también se admite que lo hacen otras estructuras. Experimentalmente, se ha hallado en humanos la participación de los lóbulos tempo rales en la regulación de la actividadsexual en ambos sexos, aunque su papel concreto no está claro. Fisiológica mente, la conducta consumatori a depende de la médula espi nal, aunque el cerebro es importante pudiendo influir sobre los reflejos medulares. Ello daría respuesta al hecho de que tenga lugar excitación sexual solo mediante la imaginación o la presentación de estímulos externos. Hay que decir, sin embargo, que desde el punto de vista de la motivación lo que interesa son los mecanismos cerebra les que hacen posible la activación sexual bajo condicio nes co ncretas (S uay et al., 2008).

En definitiva, y en lo que respecta al ser humano, la conducta sexual, aunque depende del control hormonal, tiene un cierto grado de independencia de dicho control, con lo que los ciclos reproductivos debidos a los cambios hormonales sexuales no determinan la aparición de deseo sexual en las mujeres. Tanto mujeres como hombres pueden experimentar deseos sexuales en cualquier momento, siempre y cuando acontezcan las situaciones ambienta les propicias y se den psicológica mente las condiciones adecuadas para ello.

Motivación sexual y aprendizaje

Para los seres humanos, el sexo tiene por sí mismo un gran va lor, de forma que la conducta sexual en dicha especie no va necesari amente ligada a la reproducción como hemos señalado ya en este capítulo. El sexo es para la mayoría de las personas uno de los reforzadores más poderoso. Así, los factores de control inmediato que influyen en el motivo de sexo tienen más que ver con la oportunidad para tener contacto sexual que con el hecho de la reproducción.

Al igual que los motivos de hambre y sed, la motivación sexual humana está mediatizada en gran parte por va lores y hábitos aprendidos, así como por preferencias adquiridas por experiencias individuales concretas. Existen datos que ava lan que los estímulos ambienta les que han adquirido a través del aprendizaje un significado sexual, pueden dar lugar a un aumento en los niveles de algunas hormonas sexuales (Aguado, 2005). Mediante aprendizaje asociativo diversos estímulos pueden adquirir la capacidad de suscitar reacciones fisiológicas y conductuales debido a su asociación con reforzadores sexuales.

El aprendizaje posibilita que los animales puedan ser sensibles a estímulos nuevos que han sido asociados con el reforzador sexual innato. Existen numerosas evidencias experimentales que apoyan que es posible producir un condicionamiento sexual mediante procedimientos de condicionamiento clásico. Así, estímulos inicialmente neutros puedenllegar a modificar la conducta y alterar la motivación sexual. Y ello se manifiesta mediante conductas de aproximación o mediante reacciones fisiológicas como excitación sexual ante dichos estímulos.

En investigación con animales se han recogido datos sobre la existencia de preferencias condicionadas de lugar, esto es, adquisición condicionada hacia lugares en los que los animales han tenido posibilidad de compañía sexual. Igualmente, también se ha obtenido que estímulos presentes antes de la cópula, ocasionan excitación sexual en ratas y codo rni ces macho (Petri y Govern, 2006). También en ratas se ha puesto de manifiesto experimentalmente (Fillion y Blass, 1986) que la experiencia temprana con olores influye en la conducta sexual posterior. En dichos experimentos se sometió a olores concretos a crías machos de ratas durante la lactancia y se observó que, de adultos, esos animales eyaculaban más rápido cuando eran expuestos a hembras receptivas portadoras de dicho olor.

Por otra parte, los experimentos de Harlow y Harlow (1966) con monos que habían vivido en aislamiento social también subrayaron la importancia del aprendizaje en la conducta sexual, pues dichos monos au nque sí manifestaban tener una motivación sexual, no habían aprendido sin embargo la conducta sexual adecuada, lo que pone de relieve la importancia del aprendizaje también en la expresión de la conducta sexual normal.

Si bien los resultados experimentales presentados anteriormente se deben a estudios efectuados con animales, lo cierto es que existen también algu nas investigaciones con humanos que lo ava lan igualmente. En este sentido son de señalar las clásicas investigaciones de Rachman (1966), quien logró inducir mediante técnicas de condicionamiento clásico una conducta fetichista a unas botas presentando imágenes de mujeres desnudas junto con la imagen de dichas botas.

En conclusión, se defiende que los procesos de aprendizaje son los responsables de la mayor parte de las variaciones de la conducta sexual, aunque aún no se sepa siempre con total certezacómo sellevan a cabo dichos procesos. Esto es, gran parte de la conducta sexual se aprende o se modifica a través del aprendizaje y ello es común tanto a los seres humanos como a los animales.

Motivación sexual y factores

En interacción con el aprendizaje, los factores socia les y culturales modulan la conducta sexual. Los factores sociales y culturales determinan qué conductas sexuales son apropiadas y cómo realizarlas, y cuáles no. Se aprenden las normas y reglas de la sociedad en la que se vive y, en base a ello, también se aprenden los comportamientos sexuales. Los padres, la familia, los amigos, los profesores, los medios socia les, así como todos aquellos que de algún modo ejercen cualquier forma de autoridad, actúan de modelos y transmisores de dichas normas. Con lo que, de algún modo, ello regula lo que se considera una motivación sexual apropiada en cada sociedad.

Ahora bien, las culturas determinan lo que en cada sociedadse considera normativo en relación al comportamiento sexual, y ello no tiene por qué ser comú n a todas ellas. De hecho, lo que se considera aceptable puede variar mucho de una cultura a otra. Es más, incluso en los valores sexuales aceptados se aprende a diferenciar los comporta mientos sexuales que se pueden manifestar públicamente; también, aquellos otros que es necesario relegar al ámbito privado en una sociedad concreta (Loizaga, 2008).

Por cons iguiente, cada sociedadtiene sus valores sexuales los cuales deben ser aprendidos por los miembros de dicha sociedad. Ello implica aprender cuáles son los estímulos que son sexualmente relevantes y cómo hay que interactuar con ellos, siendo importante señalar que dicho aprendizaje se efectúa gracias a la información sumin istrada por el entorno familiar, social , cultural y personal en que el individuo se desenvuelve.

Una vez expuestos los motivos innatos de hambre, sed, sueño y sexo, es necesario abordar los motivos adquiridos. Ello se realizará en el siguiente capítulo.

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