La motivación como proceso psicológico básico

La motivación como proceso psicológico básico

Concepto de motivación

La motivación es un proceso psicológico fundamental que ocupa un lugar esencial en la vida cotidiana de cualquier persona. Todos hemos tenido alguna vez el deseo de motivar a los demás, así lo hacen, por ejemplo, los entrenadores con sus jugadores, los padres con sus hijos, los profesores con sus alumnos, los jefes con sus empleados, los políticos con sus eleclores, los vendedores con sus compradores, e incluso muchas veces nos animamos a nosotros mismos. Por eso, podemos afirmar que la motivación es un proceso importantísimo en la vida de las personas, y quien posea la clave de la motivación, poseerá, a su vez, la clave del comportamiento humano (Marina, 2011).

Qué entendemos por motivación?

Si preguntáramos a la s personas qué significa para ellas la palabra «motivación», la inmensa mayoría intentaría contestar en el sentido de «estar o sentirse motivado»; y más concreta mente, «que algunas veces nos sentimos con ganas de querer hacer algo y otras veces no». Por ejemplo, si está leyendo este libro es porque ahora se siente motivado para leer lo que dice y así poder adquirir los conocimientos necesarios para poder superar esta asignatura, y en un futuro cerca no logra r el título de Graduado en Psicología. Pero no siempre podemos decir que estamos motivados, ya que hay ocasiones en las que deseamos hacer algo y en otras no. Así, para la mayoría de la gente el concepto de motivación se utiliza en un sentido binario: estar molivado o estar desmotivado, utilizando el término motivado para indicar que tenemos ganas de hacer algo y desmotivado para señalar que no las tenemos. Sin embargo, si analiza mos más concreta mente esas situaciones, nos daremos cuenta de que estar desmotivados es en realidad no querer realizar una determinada conducta. Por ejemplo, si un lector está desmotivado para estudiar este libro, pero le llama un amigo por teléfo no para invitarle a salir a tomar una copa, entonces se sentirá motivado e inmediatamente aceptará la invitación. Todo esto significa que el concepto de motivación debe entenderse como un flujo permanente de la conducta que puede ser enca uzado de muchas y distintas maneras (Birch, Atkinson y Bongort, 1974). Por tanto, cuando nos sentimos desmotivados, puede ser que estemos en realidadmotivados para realiza r algo distinto a lo que estamos obligados a hacer, como puede ser estudiar.

Este argumento nos permite indicar que la motivación es un proceso dinámico e interno, que hace referencia al deseo de querer cubrir una necesidad, y que en definiti va viene a indicarnos que la motivación nos activa o nos mueve a realizar unas conductas y a no hacer otras, dependiendo de nuestros motivos expresados como deseos, pulsiones o necesidades, que se produ cen en cada momento. Por ejemplo, en el lenguaje cotidiano se dice: «Juan está muy motivado en conseguir el mayor éxito posible en su trabajo», vincu lando el concepto de motivación o impulso con el éxito en el trabajo; o, «lo que me motiva es el deseo de complacer a mis padres», que hace referencia a un proceso intern o de deseo para lograr que un resultado personal implique a otras personas. En ambas declaraciones se utiliza el término motivación como impulso y como deseo, y están orientadas hacia una meta (conseguir un éxito en el trabajo o complacer a los padres). En cambio, en otras ocasiones, decimos: «vamos a terminar rápido, porque tengo hambre»; aquí, el proceso interno de motivación (el hambre) no hace referencia a un resultado u objetivo, sino a la importancia de cubrir una determinada necesidad. Por tanto, está claro que muchas expresiones se han utilizado en el lenguaje cotidiano para referirse al proceso interno de motivación, con términos como «impulso», «volun tad», «necesidad», «deseo», etc.

En psicología, el concepto de motivación ha surgido principalmente para conocer las causas que desencadenan el comportamiento de los organismos. Por tanto, la psicología de la motivación intenta dar respuesta al «por qué» de nuestro comportamiento, es decir, estudiar cuáles son las causas de que hagamos o dejemos de hacer determinadas cosas, por qué nos comportamos como lo hacemos, o por qué realizamos unas determinadas conductas; por ejemplo, por qué entramos en un cine y vemos una determinada película y no otra. Al formular estas preguntas nos estamos interesando por la motivación como proceso explicativo de la conducta, es decir, para comprender lo que nos mueve a los individuos a actuar de una u otra manera. El objetivo de este proceso es pues bastante ambicioso pero, a su vez, fundamental para intentar conocer de verdad la conducta humana.

En esta línea, Fernández-Abascal et al. (2001, 2003) señalan que la fin alidad de la psicología de la motivación debe ser explicar cómo y por qué se inicia una conducta o acción determinada, o cómo y por qué se produce un cambio en la actividad. Así, la motivación es un concepto que se puede utilizar para explicar los diferentes momentos en el comportamiento observable de una persona, como son el ini cio de una nueva actividado conducta (activación), el mantenimiento de un comportamiento o una actividad en curso (persistencia), la dirección u objetivo que tiene el comportamiento (direccionalidad), la intensidado fuerza con que se realiza un comportamiento (vigor), y la finalización o terminación de un comportamiento. Con ello, se describe la activación o energía que activa a un organismo a iniciar una conducta, se explica el vigor y la persistencia de las diferencias en la intensidad de esa conducta, se comprende la direccionalidad o dirección de la conducta, para conseguir un fin determinado.

Deigual forma, la mayoría de los investigadores han considerado la motivación como un concepto explicativo relacionado con la fuerza o energía que activa, dirige y mantiene el comportamiento. Numerosos planteamientos parten del supuesto básico de que toda conducta debe estar motivada y que ninguna acción puede ocurrir a menos que se libere alguna forma de energía. Sin embargo, la forma de entender esa fuerza o energía, y su relación específica con el comportamiento, es lo que ha diferenciado a los distintos investigadores y a las diversas teorías que se han planteado sobre la motivación, según se refleja en los principal es conceptos utilizados para explicarla, como son: instinto, impulso, pulsión, incentivo, etc., como veremos posteriormente.

Desde un punto de vista etimológico, la palabra motivación deriva del verbo latino movere que significa moverse. El concepto de movimiento está implícito en las ideas que se tienen sobre la natural eza de la motivación, ya que supone algo que queremos alcanzar, algo que nos mueve y que nos ayuda a completar las tareas. Según el Diccionario de la Lengua Española, el término motivación hace referencia a «dar causa o motivo para una cosa», la palabra motivo significa «que mueve o tiene eficacia o virtudpara mover», y el concepto de movimiento indica «acción y efecto de mover o moverse». Por tanto, se puede establecer una cierta similitudentre los significados de las palabras «motivo» y «movimiento», ya que ambos términos hacen referencia ados dimensiones comunes: la dirección y la intensidad. Además, los dos conceptos son constructos hipotéticos o teóricos, que se supone que existen y que sirven para explicar un efecto concreto, aunque no sean observables directamente, puesto que podemos observar las conductas motivadas pero no los motivos, de la misma forma que podemos observar los objetos en movimiento pero no el movimiento en sí. Deigual modo, la inteligencia también es un constructo hipotético, que sabemos que existe pero no podemos observar ni medir directamente, como si fuera un objeto, sino indirectamente, a través de tests o pruebas específicas que demuestran su existencia. Nadie sería capaz de afirmar que la inteligencia no existe porque no la ve, aunque no se pueda medir de forma directa como si fueran las dimensiones de una mesa, por eso, podemos decir que tanto la motivación como la inteligenci a son constructos hipotéticos que sabemos que existen pero que no son realidades directamente tangibles.

Prácticamente todos los conceptos motivacionales utilizados en psicología, como son el instinto, la necesidad, el impulso, el incentivo, etc., hacen referencia a algún tipo de proceso no directamente observable que proporciona la fuerza o la energía que activa y mantiene el comportamiento. La motivación es también, como hemos dicho anteriormente, un constructo hipotético no observable, que solo puede inferirse in directamente a partir de la observación de conductas específicas y por los sucesos estimulares antecedentes y consecuentes a tales conductas. Por ejemplo, si vemos a una niña subirse a una silla y dar saltos encima de ella, podemos preguntarnos cuál es su motivación, ya que podemos no estar seguros de por qué lo hace, pero si observamos que cerca de ella hay un ratón podemos inferir claramente que su motivación es el miedo.

En psicología, se han clasificado los sucesos observables en dos grandes categorías:

  • los estímulos (E) que constituyen la entrada al organismo (O).
  • las respuestas (R) que constituyen su salida.

Si bien ha habido un intento bastante generalizado de explicar todo el comportamiento basándose estrictamente en el modelo Estímulo-Respuesta (o modelo E-R), rechazando los sucesos no observables, la mayoría de los psicólogos interesados en el estudio de la motivación han optado por un modelo Estímulo-Organismo-Respuesta (o modelo E-O-R), más abierto, en el que se aceptan los sucesos no observables, admitiendo que entre los estímulos y las respuestas existen procesos mediadores que tienen lugar en el interior del organismo, y que son los que en realidadpermiten dar una explicación del comportamiento. La manera de cómo se han entendido y con ceptualizado dichos procesos, así como las relaciones de los procesos motivacional es entre sí y con otros procesos psicológicos básicos, como el aprendizaje, la emoción, la atención, la memoria, el pensamiento, etc., ha sido y continúa siendo muy diversa, constituyendo la clave para entender la evolución de la psicología de la motivación.

Es importante advertir que la motivación es un proceso adaptativo que tiene una función fundamental en la vida de todos los organismos, como es prepararnos para adaptarnos al medio ambiente que nos rodea, con la única finalidad de conseguir la supervivencia. Todas las conductas que realizan los individuos de todas las especies, están encaminadas a conseguir una mayor probabilidad de supervivencia, aunque en el caso del ser humano, hoy por hoy, no tengan connotaciones de vida o muerte. En este caso, la motivación está relacionada con los comportamientos que nos hacen mantener o alterar nuestra propia trayectoria vital, buscando diferentes objetivos o metas, como pueden ser la reproducción o la propia realización personal (por ejemplo, la motivación artística).

¿Qué diferencia existe entre motivación y motivo? La motivación es el proceso psicológico que hace reíerencia a la causa de la conducta en general, y el motivo es la causa concreta de la conducta motiva da (por ejemplo, el hambre es la motivación y estar a dieta un día es el motivo concreto). Si bien ambos términ os se utilizan muchas veces como sinónimos, hemos de tener presente que cuando nos referimos al concepto de «motivación» nos estamos refiriendo al proceso en sí y no a una causa con creta (motivo).

Por eso es importante señalar que existe una gran cantidad de motivos, y es ahora necesario agruparlos en dos grandes categorías:

  • Los motivos innatos, también denominados biológicos, son motivaciones centrales que desde el nacimiento están funcionalmente relacionadas con la subsistencia del individuo y de la especie (Palmero, 1997). Entre los principales motivos innatos se encuentran el hambre, la sed, el sueño y el sexo; aunque también existen otros motivos innatos como el motivo maternal, el motivo de lucha para defenderse de una agresión, el motivo de escape o huida ante un peligro eminente, el motivo de refugio o guari da para protegerse de las inclemencias del tiempo, etc.
  • Los motivos adquiridos, también denominados sociales, son motivaciones centrales que, despu és de un proceso de aprendizaje, están relacionadas con el crecimiento general de los sujetos. Entre los principales motivos adquiridos están el motivo de logro, el motivo de poder y el motivo de afiliación.

La distinción entre motivos innatos y adquiridos es esencial para poder entender bien la psicología de la motivación, puesto que, si bien escierto que los motivos innatos son comunes a todas las especies, los motivos adquiridos, aunque también están presentes en algun as especies animales, parecen ser exclusivos de los seres humanos. En los capítulos 4 y 5 se tratarán los motivos con mayor profundidad.

En función del origen de la conducta también debemos di ferenciar entre dos modos distintos de sentirse motivados: motivación extrínseca y motivación intrínseca. La motivación extrínseca actúa cuando los individuos realizan una activida dcomo medio para con seguir un fin; por ejemplo, los estudiantes de una clase que están muy atentos a las preguntas que pueda hacer el profesor, con el único fin de obtener algún elogio o recompensa. En cambio, la motivación intrínseca actú a cuando los individuos realizan una actividad no ya como un medio para conseguir un fin, sino por la propia satisfacción que le proporciona realiza r dicha actividad; por ejemplo, el cocinero que disfruta creando un nuevo plato de cocina. En los capítulos 7 y 8, se tratarán más detenidamente ambos modos de motivación.

La motivación está relacionada con la actividad cognitiva de dos maneras distintas: una, por la relación que guarda con los restantes procesos psicológicos básicos (como el aprendizaje, la atención, la memoria, etc.), interactuando con todos y con cada uno de ellos; y otra, por los determin antes cognitivos de la propia motivación, que relacionan a la persona con su ambiente a través del pensamiento, indicándo le cómo actuar con respecto a la situación en la que está interesado; por ejemplo: si una persona quiere conseguir un as entradas para un concierto interesantísimo, buscará las estrategias cognitivas necesarias (estrategias de pensamiento o determinantes cognitivos) para obtenerlas de la mejor manera posible.

De entre todos los procesos psico lógicos existentes, la motivación guarda una relación muy estrecha con el proceso de la emoción, puesto que ambos son considerados procesos activadores, porque tienen la mi sión de activar la conducta. Por ejemplo, el hecho de que una persona consiga sus metas u objetivos le va a producir emociones positivas o placenteras, mientras que el no alcanzarlas le va a producir emociones negativas o desagradables; y, viceversa, las emociones positivas nos motivan para obtenerlas, puesto que buscamos aquello que nos produ ce sa tisfacción, y lo que nos produce emociones nega tivas nos motiva a su evitación o desa parición. Por consiguiente, toda con ducta motivada produce reacciones emocionales pos iti vas, mi entras que la no obtención de los objetivos deseados producirá emociones nega tivas. De este modo, las consecuencias emocionales sirven como refuerzos o casti gos para nuestro comportamiento motivado.

Una distinción importante dentro de la motivación es la establecida entre la propia motivación, el proceso motivacional y la conducta motivada. Así:

  • La motivación es el proceso psicológico bási co que hace referencia al constructo hipotético que explica la consecución de objetivos relacion ados con el mantenimiento o mejoras en la supervivencia de un organismo.
  • El proceso motivacional hace referencia a la interacción entre un in dividu o y su medio ambiente, puesto que en el caso de que ocurra dicho proceso, este acabará con una conducta motivada dirigida hacia una meta particular en un momento con creto, por parte de un individuo determinado; por ejemplo, las acciones que lleva a cabo un sujeto hambriento para buscar comida.
  • La conducta motivada es la consecuencia o resultado del proceso motivacional; por ejemplo, la conducta de comer.

Recordando el ejemplo que pu simos anteri ormente de una niña que se subía a una silla y daba sa ltos encima de ella, podemos decir que aquí la motivación (el proceso psicol ógico que explica la conducta) es el miedo a los ratones, el proceso motivacional (interacción que se produ ce entre el sujeto y su medio) es la acción de subirse a la silla y dar saltos, y la conducta motivada (resultado de esa acción) es ponerse a salvo del ratón. Es bastante frecuente identificar la motivación con el proceso motivacional, puesto que muchas veces se consideran sin ónimos el interés de un individuo en un objetivo con las acciones llevadas a cabo para conseguirlo, pero aunque no es incorrecto, es aconsejable diferenciar la motivación del proceso motivacional. Ahora bien, si lo que queremos es identifi car la motivación con el proceso motivacional, es necesario tener en cuenta además a la conducta motivada, es decir, cómo el individuo decide escoger la meta específi ca entre los diversos objetivos, y cómo va verifi cando la proximidada la meta a medida que va realizando su conducta motivada, y, por último, cómo lleva a cabo la correspondiente atribución de causas al resultado de su con ducta motivada (Palmero, et al., 2002). Todo esto lo veremos en el si guiente capítulo.

Por último, Ferguson (2000) diferencia entre estado motivacional y rasgo motivacional.

  • Se refiere a estado motivacional cuando se hace referencia a un proceso motivacional dinámico y transitorio; es decir, cuando se produce una acción motivacional en una situación temporal u ocasional determinada. Por ejemplo, cuando vamos a ver un partido de fútbol, estamos en esos «momentos» motivados para ver el encuentro y pasarlo bien; lo que cuenta aquí es la situación con creta en la que está inmerso el individuo, más que sus propias características personales.
  • En cambio, se refiere a rasgo motivacional cuando la motivación es descrita como una predisposición respecto a las tendencias de acción; es decir, hace referencia a las características individuales o predisposición (como pu ede ser su personalidad) que tiene cada persona ante una acción. Por ejemplo, una persona con carácter melancólico o tr iste se siente menos motivada que una persona alegre o jovial a la hora de ir a bailar a una discoteca; aquí, lo importante no es la situación, sino las características o la predisposición que tiene la persona para afrontar esa situación.

Los estudios sobre el estado motivacional han buscado las diferencias de motivación en las distintas situaciones (en el fútbol, en el trabajo, en los estudios, etc.), mientras los estudios sobre el rasgo motivacional han subrayado las di ferencias entre los individuos, buscando, entre otros aspectos, los diferentes rasgos de personalidad.

Cómo podemos definir la motivación?

Además de las ideas cotidianas que ya hemos visto, han aparecido en las publicaciones especializadas numerosas definiciones científicas de motivación, con grandes discrepancias entre ellas sobre la naturaleza precisa de este proceso psicológico. Kleinginna y Kleinginna (1981) han recopil ado 102 definiciones o enunciados de motivación diferentes, destacando entre ellos algunos de los aspectos que ya hemos mencionado anteriormente, como son activación, vigor o persistencia, o direccionalidad de la conducta. Por consiguiente, la motivación ha sido definida de muchas y diferentes maneras, llegando incluso a ser considerada como un conjunto de fuerzas internas, que unas veces han sido llamadas instinto, otras veces, voluntady otras, deseo. Así, las antiguas teorías conductistas consideraban que la motivación era aquello que incrementaba o mantenía una respuesta a un estímulo. Por otro lado, las actuales teorías cognitivas defi enden que los factores que más influ yen en la motivación son los pensamientos de los indi vidu os, sus creencias y sus emociones. Para Locke y Latham(2004), el concepto de motivación se refiere a factores internos que impulsan la acción y a factores extern os que pueden actuar como incentivos; destacando tres aspectos de la acción que pu eden ser afectados por medio de la motivación, estos son: dirección (elección), intensidad (esfuerzo) y duración (persistencia). Ferguson (201 O) señala que la motivación conduce a la insti gación, a la persistencia, a la energización y a la dirección del comportamiento.

Aunque hemos comprobado que existen discrepancias sobre la natu raleza precisa de la motivación, sería muy importante contar con una definición general de la motivación que tuviera en cuentalos principa les elementos considerados por la mayoría de los investigadores y profesionales dedicados al estudio de este proceso. De este modo, podríamos definir la motivación como: «el proceso adaptativo que energiza y dirige el comportamiento hacia un objetivo o meta de una actividad, a la que instiga y mantiene».

Analizando, por partes, esta defi nición, podemos decir que la motivación:

  • es más un proceso adaptativo que un producto. Así, como proceso, no lo podemos observar directamente, sino que lo tenemos que inferir a través de ciertas conductas. Y es, a la vez, un proceso adaptativo porque es el resul tado de un estado interno del organismo, que le impulsa y le dirige hacia una acción en un sentido determinado.
  • es el concepto que usa mos para describir las fuerzas que actúan sobre el organismo para que inicie, active y dirija la conducta. Esto quiere decir que existen muchos factores externos e internos que activan al organismo, y que le dirigen hacia la consecución de algún objetivo o meta que le sea gratificante.
  • implica la existencia de unos objetivos o metas que dan ímpetu y dirección a la acción, actuando como incentivos o expectativas. En este proceso interactivo de la motivación son fundamental es dichos objetivos o metas, que son representaciones cognitivas de un acontecimiento futuro que actúan funcionalmente en un momento dado, independientemente de si la previsión de los resultados ocurre realmente.
  • requiere cierta actividad física o mental. Actividad física porque implica esfuerzo, persistencia y otras acciones manifiestas; y actividadmental porque inclu ye varias acciones cognitivas como la planificación, la organización, la supervi sión, la toma de decisiones, la resolución de problemas, etc.
  • es un proceso que instiga y mantiene a la conducta motivada. Si dirigirse hacia una meta es un paso difícil e importante, porque involucra un comportamiento hacia la acción, lo es mucho más ser capaz además de sostener la acción. De hecho, muchas de las metas se producen a largo plazo, como conseguir el título de grado en psicología, obtener un buen trabajo o ahorrar dinero para comprar un piso.

Así, podemos decir, en resumen, que la motivación es un proceso adaptativo del individuo que le impulsa y le dirige hacia la ejecución de una determinada acción o conducta. Con el estudio de la motivación se intenta explicar cómo responden las personas a las dificultades, a sus problemas, a sus fracasos y a los inconvenientes que aparecen cuando se persiguen esas metas a largo plazo. De hecho, los procesos motivacionales implican expectativas, atribuciones y afectos, que sirven para ayudar a iniciar y a mantener cualquier motivación, como veremos en los próximos capítulos.

Cómo podemos estudiar la motivación?

El problema que nos surge ahora es cómo estudiamos y, por consiguiente, medimos un constructo hipotético, como la motivación, pues sabemos que es un proceso interno y, por tanto, no observable directamente.

Como hemos visto anteriormente, existen dos grandes categorías de sucesos observables: los estímulos y las respuestas. Valiéndonos de estos dos sucesos, intentaremos concretar cómo se puede medir experimentalmente la motivación.

Por un lado, podemos crear un estímulo o una situación estimular que sepamos que induce un estado de motivación en un individuo y, a continuación, medimos cómo afecta a su conducta. Por ejemplo, sabemos que la privación de alimentos, por un periodo de tiempo determinado, induce a la motivación del hambre; en este caso, lo que estamos creando es una situación estimular, entonces si lo que queremos es saber cómo afecta a la realización de una tarealomotivada que esté una persona, debemos comparar esa situación estimular creada (privación de alimentos) con una situación de control (no privación de alimentos). Para comprenderlo mejor veamos cómo se midió la motivación en una investi gación realizada en los EEUU. Erwin y Ferguson (1979) realizaron un pequeño experimento con 12 universitarios para saber cómo influía la motivación del hambre en una tarea de reconocimiento de palabras con recompensa de golosinas. A seis de los estudiantes se les tuvo sin comer durante 12 horas y a los otros seis se les dio una gran co mida una hora antes de realizar la sesión experimental. Luego, los dos grupos fueron comparados con respecto a sus resultados en la tarea experimental, es decir, se comparó la condición de privación con la condición de saciedad en la tarea de reconocimiento de palabras. Estas dos condiciones constituyeron la variable independiente: el hambre (con baja o alta motivación) que fue la vari able motivacional, y la medi da en la ejecución de la tarea experimental realiza da por los sujetos que fue la variable dependiente. Como cabría esperar, los estudiantes hambrientos realizaron signifi cativamente mejor la tarea que los sujetos saciados, con el propósito de conseguir más golosin as para saciar su hambre.

Por otro lado, se puede medir también la motivación por el tipo de respuestas que realiza un individuo, es decir, medimos las respuestas que realizan uno o varios sujetos con distinto nivel de motivación, y las comparamos entre sí. En este caso no creamos una situación estimular, sino que averiguamos en qué nivel de motivación se encuentran los sujetos, en función de las respuestas que ellos emitan. Siguiendo con el motivo de hambre, es posible estudiar el nivel de motivación a través del tipo de respuestas que emite un individuo. Por ejemplo, en una clase de psicología se solicitan voluntarios para un experimento, formu lando a estos una serie de preguntas, entre las que se pide su posición subjetiva acerca de su sensación de hambre en ese momento. Después, los estudiantes que se han clasificado así mismos como muy hambri entos pueden ser seleccionados y comparados con aquellos que se han clasificado como saciados o nada hambri entos. Posteriormente ambos grupos pueden ser comparados en una tarea determinada, midiendo sus respuestas: como la tasa de rapidez en comer. Por tanto, se puede establecer que un nivel alto de hambre se puede definir por la rapidez en comer y un nivel bajo, por la lentitud. De este modo, podemos comparar dos grupos de sujetos con distinto nivel de motivación en base a las respuestas que han realizado: un grupo de alta motivación (rápidos) frente a un grupo de baja motivación (lentos).

En algunas situaciones experimentales es preferible una medición de la respuesta y en otras es más útil una medición del estímulo, debido a que un as y otras tienen ventajas y/o limitacion es; sin embargo, Underwood(1957) describió las ventajas de un tercer tipo, la medición estímulo-respuesta, que incluye tanto las ventajas de la situación estimular como las de medición por respuestas y proporcionaba un mayor rigor experimental, permitiendo, además, la identificación de variables extrañas ajenas a las intencion es de los experimentadores, que sería imposible de identifi car utilizando solo los otros procedimientos. Un ejemplo de este tipo de medición se pu ede ilustrar en los estudios sobre el motivo de hambre realizados con animales. Una investigación desarrollada por Bolles (1967), determinó que la forma más útil para definir la variable hambre era medir tanto las horas de privación de al imentos (medición por estímulo), como medir la cantidad de pérdida de peso co rporal (medición por respuesta) en los animales experimentales. Comprobó que la variable de tiempo de privación estaba relacionada con la variable del porcentaje de pérdida de peso. La ventaja que presentaba la medición estímulo-respuesta es que le permitía la identificación de los animales enfermos y con pérdidas de peso anormal debido a factores distintos a la privación especificada en la investi gación (variables extrañas). Los estudios con humanos también se pu eden beneficiar por el uso de una medición estímulo-respuesta, frente al empleo de solo una úni ca medición del estímulo o de la respuesta de la motivación.

En resumen, la motivación puede medirse con el procedimiento utilizado para inducir a la motivación (estímulo), con la medición de las respuestas que reflejan la motivación (respuesta), o mediante el uso de ambos tipos de procedimientos (estímulo-respuesta). Todos ellos implican procedimientos explícitos u operacionales distintos y adecuados, pero que necesariamente deben presentar las condiciones experimentales tanto de fiabilidadcomo de validez. Entendemos por fiabilidada la condición experimental que indica que algo se pueda replicar o repetir; y por validez a la condición experimental que nos indica que se mida lo que se supo ne que debe medir. Los términos «fiabilidad» y «validez» forman parte de las características necesarias que toda prueba psicométrica debe tener; así, cuando los psicólogos crea mos un test o esca la, este debe tener necesariamente estas dos características fundamentales: fiabilidado precisión del test como instrumento de medida, y que, por tanto, se pueda utilizar repetidas veces para replicar una prueba; y validez o modo de determinar que ese test mide exactamente lo que se pretende medir. En la asignatura de Psicometría se tratará en profundidadambas condiciones experimentales.

Para terminar este apartado sobre el concepto, debemos señalar una premisa fundamental: el estudio de la motivación debe ser entendido siempre desde la perspectiva de la dimensión humana, aunque para ello tengamos a veces que recurrir a investigaciones con animales, las cuales nos pu eden aportar importante información sobre cómo es en realidad la motivación humana.

ANTECEDENTES EN EL ESTUDIO DE LA MOTIVACIÓN

Veamos, en este apartado, cu áles han sido los antecedentes más importantes en el estudio de la motivación, puesto que ha pasado por una compleja combinación de ideas y conceptos filosóficos, fisiológicos y psicológicos, que han tratado de descifrar los motivos que activan y diri gen la conducta humana.

Algunos estudios han intentado analizar la motivación desde una orientación más filosófica y otros lo han hecho desde un punto de vista exclusivamente fisiológico; pero sin duda, tanto la filosofía como la fisiología han ofrecido a la psicología sus conocimientos y sus aportaciones que han sido de gran ayuda para comprender este proceso.

Sería imposible tratar en este apartado todas las ideas y aportaciones que han realizado filósofos, fisiólogos y psicólogos a lo largo de los tiempos; simplemente nos limitaremos a resumir algun as ideas y conceptos de la filosofía, de la fisiología y de los primeros psicólogos que han influi do verdaderamente en el conocimiento de la motivación y que son importantes conocer ahora.

Antecedentes filosóficos de la motivación

Desde los principios de la humanidad, los seres humanos han tratado de entenderse así mismos y al mundo que les rodea, para intentar explicar, entre otras cosas, el por qué las personas y los animales se comportan de la manera en que lo hacen. Esta labor ha sido llevada a cabo a lo largo de los siglos, por sabios, pensadores y filósofos de tocios los lu gares y de todos los tiempos. Por eso, podemos decir que la psicología modern a es, en parte, fruto del pensamiento filosófico cuyo origen se remonta a los principios de la humanidad.

Con respecto a la motivación humana, Steers, Mowday y Shapiro (2004) afirman que los primeros in tentos que se hicieron para tratar de entenderla datan del tiempo de los filósofos griegos, quienes se enfoca ro n en el concepto del hedonismo como la principal fuerza motivacional que conduce al comportamiento; en esta época los individuos eran vistos como alguien que enfocaba sus esfuerzos para buscar el placer y evitar el dolor. Sócrates (470-399 a. C.) fue el primero en emplear y promover el diálogo como el mejor medio para motivar a sus discíp ul os a alcanzar el conocimiento y la verdad. Su método, la dialéctica, consistía en hacer preguntas a sus discípulos para que fueran ellos mi smos los que llegaran a sus propias conclusiones. Confiaba en que cada un o ele nosotros tiene y conoce la verdad, y que tan solo neces ita el diálogo, el debate y la motivación para alcanzarla; para él, la sabiduría no consistía en saber muchas cosas sino en comprender la verdadera naturaleza de nuestra existencia, incluidos los límites de lo que podemos conocer. Pero sin duda, los dos principales filósofos griegos que han realizado las más importantes aportaciones al mundo de las ideas y que han tenido una trascendencia fundamental en el desarrollo de la psicología y en el estudio de la motivación, han sido: Platón y Aristóteles.

Platón (427-34 7 a. C.), discípulo de Sócrates, contrapuso el mundo de los senti dos al mundo de las ideas, afirmando que el ser humano esta ba formado por el cuerpo, que estabaligado indi so lublemente al mundo de los sentidos, y el alma, que era la mo rada de la razó n, que existía antes que el cuerpo, y que pertenecía al mundo de las ideas. Sostenía que conforme el ser humano va sintiendo las di versas formas de la naturaleza, va adquiriendo un vago recuerdo de su alma previa y olvidada, por lo que todos los fenó menos de la naturaleza son sombras de las ideas innatas, etern as y reales; es decir, que el aprender era so lamente acordarse del conocimiento poseído en una vida anterior y que, por tanto, el alma debía haber existido con anteri orida dal nacimiento. Con estos razo namientos, di o mucha importancia a la razó n, dejando de lado al mundo de los sentidos, ya que consideraba que la experiencia no era suficiente para justificar el conocimiento que tenemos del mundo.

Por el contrario, Aristóteles (384-322 a. C.), discípulo de Platón, filósofo que influyó notablemente en el pensamiento psicológico, pu so especial interés en el mundo de los sentidos, lo que le llevó a defender que el conocimiento provenía de nuestra experiencia, y que las ideas eran conceptos creados por nosotros mismos; por consiguiente, no existía nada que no hubiera estado ya previamente en los sentidos. Para él, aun que la razón o la mente era la característica más importante del ser humano, se encontraba to talmente vacía antes de que se sinti era algo, por lo que el ser humano no podía nacer con idea alguna; es decir, la mente es una «tabula rasa» en el mo mento de nacer, donde se van grabando en una tabla en blanco todos los conocimientos que proporciona la experiencia. Esta idea aristotélica de que la mente es una tabula rasa ha ejercido una gran influencia en la psicología, ya que condujo a la propuesta de que la mayor parte de las conductas se aprenden. Sin embargo, esta idea provocó en la psicología posterior una importante polémi ca: la controversia entre herencia y experiencia. Los psicólogos que aceptaron las ideas de Aristóteles sobre la adq ui sición de la conducta a través de la experiencia, pensaban que esta era la fuerza moto ra del desarrollo de la conducta; pero otros que se opusiero n rotundamente, propusieron que gran parte de la conducta estaba programada por la herencia. Los psicólogos han oscilado entre ambas posturas, de modo que la controversia no ha sido resuelta a entera satisfacción de todos, si bien, hoy en día la mayor parte de los psicólogos admiten que la verdadas iste en parte a las dos posturas, puesto que la conducta es una combinación de herencia y de experiencia. Esta controversia es importante en el estudio de la motivación, ya que ambas se combin an para activar los estados motivacion ales; así, algunos motivos se explican mejor como consecuencia de las secuencias programadas genét ica mente, y otros es evidente que se aprenden. Por consi guiente, la motivación es resultado de una combinación compleja de la herencia y de la experiencia.

La otra idea importante de Aristóteles que ha influido en el estudio de la motivación es la que sostuvo sobre el animismo, esto es, que el alma es libre (con libre albedrío) y que existe en todos los seres vivos. Según el animismo, las conductas de los animales son libres y no están determinadas previamente. Durante los primeros dieciséis siglos de nuestra era, se creyó muy firmemente esta idea aristotélica de que las tendencias a la acción eran manifestaciones de libre albedrío del alma, por eso todas las civilizaciones anti guas era n animistas, incluyendo la egipcia. Las almas, propiedad exclusiva de los seres vivientes, aportaban la voluntad deliberada de actuar, controlando la conducta en un mundo físico (« lo hago porque así lo deseo»). De esta forma, las almas poseían el poder de lucha para influir sobre conductas alternativas libremente elegidas, y así ejercer la libre voluntad del alma sin estar sometida por la razón, con el fin de saciar los apetitos deseados o sus necesidades bás icas (a limentarse, reproducirse, etc.).

A partir del siglo XVII, los filósofos empezaron a cuestionar estas ideas animistas y surgió la corriente filosófica del determinismo. Para el determinismo todo fenómeno considerado efecto tiene una causa que lo produce; de este modo los deterministas (contrarios al animismo),creían que todo en el universo dependía absolutamente de leyes causa les y todo estaba sujeto a ellas; así, las conductas que realizan los animales no eran libres sino que actuaban como verdaderas máq uinas automáticas, comparables a las máq uin as físicas (como seres mecánicos), con tendencias a la acción producidas por poderosas fuerzas intern as, comparables al funcion amiento de los motores físicos. Esta nueva idea llamada mecanicismo se basa en dos principios fundamentales: el principio de causalidad y la existencia de leyes físicas universales por la que se rigen el comportamiento de las cosas. El mecanicismo fue rápidamente aceptado por los deterministas, que defendían que todas las conductas no eran libres sino que provenían de las condiciones que las antecede, es decir, que tenían sus causas y que estas se encuentran determinadas previamente; por eso el mecanicismo es uno de los principios en los que se basa el determinismo. En general, podemos señalar que posteriormente la psicología modern a prefirió las ideas deterministas a las animistas.

El filósofo francés René Descartes (1596-1659), del que se puede decir que estableció los principios de la filosofía moderna, ejerció una influencia semejante a la de los dos filósofos griegos. Fu e famoso por sus argumentos en torno a la naturaleza dualista (dos formas de realidad distintas) del ser humano, diferenciando claramente el alma y el cuerpo. El dualismo cartesiano (como así se conoce a su doctrina) establece que la conducta humana es, por una parte, fruto de un alma libre y racional y, por otra, resultado de los procesos automáticos e irracionales del cuerpo. Para Descartes, el único ser de la naturaleza que posee un alma es el hombre, y siendo libre está impulsado por su propia alma (a través de lo que se llamó voluntad) y por el cuerpo (a través de lo que posteriormente se llamó instinto). Como consecuencia, ataca el animismo de Aristóteles rechazando que los animales poseyesen alma y considerándol os esencialmente como autómatas o seres mecánicos (defiende el mecanicismo). La mayoría de los filósofos están de acuerdo en que Descartes asigna un automatismo completo a los animales (ya que no actú an libremente), dejando al hombre cierto grado de libre albedrío, tal y como se lo exigía su propiaigles ia. Este enfoque mecanicista de los seres y la propuesta cartes iana sobre las ideas innatas (s imilar a la postura que planteó Platón), se convirtieron en los fundamentos de la psicología del instinto, que alcanzó una alta popularidada finales del siglo x,xy principios del xx. La idea de que los an imales se comportaba n de una mane ra determinada debido al impulso de una motivación instintiva, y que los hombres reflejaban en su conducta tanto la experiencia como los instintos, res ultaba un buen argumento para sustentar los principios teóricos de los psicólogos del instinto. Por tanto, podemos decir que muchos de los aspectos de la fa mosa controversia herencia-experiencia, tienen su origen tanto en las ideas filosófi cas de Aristóteles como en los planteamientos doctrinales de Descartes.

Posteriormente, los filósofos ingleses realizaron dos importantes aportaciones al conocimiento: una fue el interés que mostraron por el estudio de la subjetividad en la experiencia sensorial, y la otra fue el desarrollo del pensamiento asociacion ista relativo a la asociación de ideas.

Con respecto a la primera aportación, John Locke (1632-1704), máximo representante de los empiristas ingleses, propuso la idea fundamental de que toda experiencia sensorial que ocurre por la acción de un estímulo, y que incide sobre un órgano sensorial, es un fenómeno subjetivo, porque las cualidades físicas que sentimos de los estímulos no se encuentran en los estímulos mismos, sino en la mente de los individuos que los detectan. Para entenderlo mejor, vamos a poner un ejemplo de un experimento clásico realizado por John Locke, en 1690, en el cuál se demuestra claramente este aspecto subjetivo de la experiencia sensorial. Locke co locó tres recipientes juntos, en uno había agua fría, en otro agua caliente y en el tercero, agua templada. Introdujo una mano en el recipiente con agua fría y la otra en el recipiente con agua caliente. A los pocos mi nutos, cuando cada mano se había acostumbrado a las diferentes temperaturas, las sacó a la vez y las introdujo en el tercer recipiente. La sensación que obtuvo era que el agua de este tercer recipiente tenía, a la vez, dos temperaturas distintas. En una mano sentía frío y en la otra, ca lo r. ¿Cómo podía ser posible sentir dos temperaturas distintas, si se sabe que el agua tiene una so la temperatura? De este modo, Locke demostró que las cualidades aparentes de los objetos no se encuentran en los objetos mismos sino en la mente de los indi viduos que lo sienten. En este experimento, si el ca lor que sentimos fuera real en el objeto mismo, como aparenta ser, nos sería imposible sentir dos sensaciones de temperatu ra distintas al mismo tiempo en un mismo objeto. Este experimento es un cla ro ejemp lo que nos indica la diferencia entre la vi sión objetiva de la reali dady la visión subjetiva.

La segunda aportación, relacionada con el pensamiento asociacionista, señalaba que las ideas son las unidades elementales de la mente, que nacían de la experiencia. Según Locke (1690), las ideas pueden ser de dos tipos: simples o complejas. Las ideas simples son las uni dades elementales y no se pueden analiza r; en cambio, una idea compleja se p uede descomponer en otras más simples. Este p lanteamiento le llevó al concepto de asociación, en el sentido de que las ideas complejas no son más que la asociación de otras más simp les. Por ejemplo, Locke (1690) se ñalaba que dos ideas simp les como eran las alas y un ca ballo, formaban una idea compuesta que sería un Pegaso (ca ballo vo lador). De este modo, nuestro conocimiento de las cosas se produce de acuerdo con las leyes de la asociación de ideas; en este caso, asociar las alas devo lar con un caballo (ideas simples) para dar lugar a un a idea compleja como es un ca ballovo lador. De esta ma nera, el concepto de asociación se va a ir convirtiendo en uno de los axiomas fundamentales de la psicología, porque se pu ede establecer que las conexiones entre los diferentes contenidos mentales dependen de la experiencia. De la misma forma, también se pueden establecer asociaciones entre estímulos, entre estímulos y respuestas, entre respuestas, y entre respuestas y recompensas, siendo todas ellas las que han servido de fundamento para implantar las bases de la psicología del aprendizaje. Igualmente, el concepto de asociación es también muy importante en el estudio de la motivación, porque muchos motivos, sobre todo los humanos, se aprenden de la misma manera. Frecuentemente algunos motivos humanosres ultan muy comp lejos, pero adquieren sus propiedades motivadoras al asociarse con otros más elementales; así, a través de repetidas asociaciones, algun os motivos adquieren tal fuerza que se prescinde de otros más básicos con los que se acompañaron originalmente. En el ca pítulo 6 se estudiará detenidamente los factores motivacionales del condicionamiento clás ico en donde se recogerán varios ejemplos de asociación estímulo-respuesta, que explicarán los fundamentos teóricos de algunos motivos humanos mucho más complejos.

Sin embargo, el asociacionismo presentaba algunos problemas graves, como el desinterés por todo lo mental y por la reducción de la percepción a meras sensaciones pas ivas que no requería de la participación de la mente; es decir, sensaciones no elaboradas por el pensamiento. Ante esto, Immanuel Kant(1724-1804) intentó dar una solución señalando que tanto la razón como la percepción determinaban el conocimiento del mundo. Para él, el hombre no recibe sensaciones pasivas, sino la propia conciencia contribu ye a formar nuestro concepto del mundo estableciendo una relación causa-efecto; de tal manera, que todo conocimiento empi eza en la experiencia pero no todo procede de la experiencia, puesto que las sensaciones que provi enen del mundo exteri or han de ser primero ordenadas en el pensamiento. De este modo, el hombre a través del conocimiento puede elaborar su s construcciones mentales, lo que dio lugar al llamado constructi vismo kantiano. Por último, es importante destacar que Kant estableció tres ca tegorías psicológicas principales: el conocimiento (o cognición), el sentimiento (o emoción) y el término «conación» pa ra denominar a la motivación. Con el término conación pretendió describir una condición implícita en las personas que les permitía realizar sus acciones siguiendo las leyes de la razón; de esta manera, una persona que era ca paz de convencerse así misma (es decir, que seguía las leyes de la razón), actu aba movida por la conación (lo que nosotros ahora llamamos motivación).

A principios del siglo XIX, el positivismo, fundado por el filósofo y matemático francés Augusto Comte (1798-1857), impregnó gran parte del pensamiento de la época, pretendiendo legitimar el estudio científico del ser humano, entendido tanto de forma individual como colectiva. Esta corriente filosófica se interesó en estudiar al hombre por medio de la observación y la experiencia empíri ca, utilizando el método inductivo, defendiendo que solo a través del análisis de lo particular a lo general se podrían establecer leyes generales y universa les; así, el positivismo consideró que el único procedimiento vá lido del conocimiento es el que viene del métodocientífico, despreciando la creación de teorías basadas en principi os que no habían sido conseguidos objetivamente. Distinguió la conducta de los seres humanos y de los animales recurriendo a posiciones dualistas, en la que los animales, por ser irracionales, se comportaban de determinada manera por el impulso de una motivación instinti va; y en cambio, los seres humanos al ser racionales y estar impulsados también por los instintos, reflejaban en su conducta tanto la experiencia como los instintos.

Por supuesto que otras corrientes y movimientos filosóficos han acrecentado el conocimiento de la motivación, pero no es posible incluirlas todas en este apartado. Solo hemos pretendido dar unas pin celadas bás icas que puedan ayudar a entender algunos conceptos o teorías que se estudiarán a lo largo del curso.

Antecedentes fisiológicos de la motivación

En este apartado vamos a limitarnos a reseñar los principa les descubrimientos fisio lógicos que han influido, especialmente, en el desarrollo de las ideas sobre la motivación.

Lo primero que debemos mencionar es que la mayoría de las ideas actuales referentes a la función de los mecanismos cerebrales de la motivación, surgen de los descubrimientos fisiológicos sobre el funcionamiento del sistema nervioso; concretamente nacen de los estudios que tienen interés en saber cómo el sistema nervioso obtiene la información y cómo este controla la conducta.

Desde tiempos antiguos, se creía que los nervios permitían el flujo de impulsos animales entre varias partes del organismo. De hecho, el concepto de reflejo proviene de la idea animista de que los «espíritus animales» procedentes de los órga nos sensoriales se transmitían a través de una vía, y que eran devueltos (o reflejados) a los múscul os a través de otra vía. En este sentido, el médico griego Claudio Galeno (129-199) pronosticó la existencia de nervios sensoriales y nervios motores independientes, pero tuvieron que transcurrir muchos siglos hasta que el británico Charles Bell(1774-1842) y el francés Francois Magendie (1783 -1855) demostraran de forma independiente, de una manera científica y experimental, la distinción entre nervios sensoriales y motores. De este modo, los nervios (o fibras nerviosas) sensoriales y motores dejaron de ser considerados «tubos huecos» que transmitían «espíritus», para tener la función específica de la conducción nerviosa. Este importante descubrimiento produjo un interés por el estudio de la sensación y de las respuestas motoras, y fuetan relevante para la psicología, que permitió el futuro anális is de conducta entre estímulos y respuestas.

En 1838, una vez demostrada la existencia de nervios sensoriales y motores, se llegó a la conclusión de que diferentes fibras nerviosas transmitían distintos tipos de información al organismo; así, el fisiólogo alemán Johannes Müller (1801-1858) propuso la ley sobre la energía específica de los nervios sensoriales, según la cual «cada sensación depende de la clase de receptor y del tipo de fibra nerviosa que se excita y no de la clase de energía física que inicia la excitación»; es decir, que a cada sentido se le suministra una información acorde con el nervio sensorial excitado y no depende de la estimulación física que produce la sensación. Según Müller, cada órga no de los sentidos recoge su propia energía específica, que se manifiesta ante cualqui er influjo procedente del mundo exterior. Esta idea implica algo fundamental, y es que el ser humano no pu ede percibir el mundo de una manera objetiva, sino única mente a través de sus propi os estados subjetivos, ya que estos reflejan la actividad de sus órga nos en los sentidos; por ejemplo, si la sensación de frío dependiera exclusivamente de la energía física exteri or, todos tendríamos la misma sensación de frío, y sabemos que no todos te nemos la misma sensación de frío ante la misma temperatura. En general, podemos decir que esta teoría fue muy importante porque signi fica ba que el sistema nervioso pasaba a considerarse ya como un mecanismo activo y descodificador, y se constataba la existencia de una energía diferente para cada sentido.

Sin embargo, la neurofisiología contemporánea ha refutado esta posición tradicional, poniendo en duda que cada modalidad sensorial tenga su propia terminación especializada, ya que se ha demostrado que una misma fibra sensorial puede recibir impulsos de hasta tres mil terminaciones distintas, y también que, a la vez, una sola neurona central puede recibir estimulaciones procedentes de muchas fibras sensoriales. Además, con el descubrimiento de las «áreas de proyección cortica les» en el cerebro, se confirma que, con independencia de la clase de energía que inicie una estimulación sensorial, existían zonas específi cas en el cerebro que actuaban ante una determinada estimulación sensorial (aferencias) y que en estas áreas se daban las correspondientes respuestas (eferencias) que permitían que el sujeto percibiera una sensación. Del mismo modo, distintas áreas del cerebro manifestaban dife rentes cualidades de un mismo estímulo, puesto que un mismo tipo de energía estimular podía ser sentido, por ejemplo, como un color o como un sonido, en función de su punto de incidencia cerebral; es decir, el estímulo puede ser el mismo pero si el área en la que se descarga la estimulación es di ferente, la sensación que se tiene es distinta. En general, y dicho de una manera sencilla, se podría decir que existen diferentes zonas en el cerebro que se activan ante un estímulo y, a la vez, que diferentes estímulos se activan en la misma zona cerebral.

Antes de continuar, hay que recalcar, como indicaba José Luis Pinillos (1970), que desde un punto de vista estructural ca be distinguir en el sistema nervioso tres momentos básicos de honda significación psicológica:

  1. una primera fase de «entrada» o recepción de estimulación y de transmi sión de los correspondientes impulsos nerviosos hacia el centro del sistema, al que llamamos «aferencia»;
  2. un período de «elaboración» central de las aferencias a distintos niveles de complejidad, al que llamamos «integración»; y
  3. una fase final en la que, eventualmente, el cerebro inicia los impulsos de «salida» que han de inervar los movimientos glandulares o musculares correspondientes a la acción, a la que llamamos «eferencia».

Otro importante hecho científico para la comprensión de la fisiología de los sentidos fue el descubrimiento de que la conducción nervio sa era básica mente un proceso eléctrico. En 1789, el físico y fisiólogo italiano Luigi Galvani (1737-1798), observando la contracción de la pata de una rana decapitada al conectar su músculo con una batería eléctrica, descubrió que la energía que fluía por el nervio podría ser de naturaleza eléctrica. Con este simple experimento, demostró que la contracción muscular se pu ede realizar de modo aná logo al que ocurre realmente cuando se estimula el músculo directamente por su nervio motor, y que esta acción muscular es también comparable a los movimientos voluntarios que realiza la rana intacta. En definitiva, el descubrimiento de Galvani fue que la energía que flu ye por el nervio motor es eléctrica, de modo que se podía producir un movimiento de un músculo determinado avo luntad del experimentador, simplemente aplicando una corriente eléctrica, y que también permitía registrar la actividadeléctrica que se producía en ese músculo o en otro músculo cualquiera. Como señala Boring (1950), este descubrimiento demostró la naturaleza eléctrica del impulso nervioso y también pos ibilitó estudiar la función del sistema nervioso aplicando métodos experimentales. En la actualidad, existen muchas técnicas de registro psicofisiológicas que, basadas en este descubrimiento, son ca paces de detectar cualquier tipo de variación eléctrica en diferentes partes del cuerpo, incluyendo la actividad cerebral.

A comienzos del siglo XIX, se inició el estudio científico sobre la estructura y las funciones del cerebro, y los intentos de localización directa de las funciones psíquicas en zon as con cretas de la corteza cerebral. Gracias a ello, hoy en día conocemos muy bien las funciones de ciertas zon as del cerebro y, por ejemplo, las teorías sobre la motivación se han fortalecido con el descubrimiento de que la actividad del hipotálamo, que es una región situada en el interior del cerebro, se relaciona directamente con los cambios en varios estados motivacionales.

Por último, vamos a mencionar a la escuela fisiológica de la reflexología rusa que, ya entrado el siglo XIX, centró su interés en el concepto de reflejo y en la conducta refleja. El principal representante de esta escuela fue Iván M. Sechenov(1829-1905) quién, en su obra Reflejos del Cerebro (1863), mantuvo que toda acción humana, incluidos los procesos mentales, no eran más que ca denas complejas de reflejos; y que toda actividad psíquica estaba iniciada siempre por estimulación extern a y que tenía un ca rácter reflexivo (que hace referencia a la actividad refleja fruto de la estimulación externa, y de ahí viene el nombre de reflexología). Para él, la actividad psíquica era consecuencia de la asociación de varios elementos, siendo el principal el «reflejo»; por eso, su psicología estaba basada en la fisiología y concretamente en el estudio de los reflejos, porque consideraba que todas las reacciones del organismo (ya fueran fisiológicas o psíquicas) eran cadenas complejas de reflejos o puros actos reflejos. Pero sin duda, el miembro más conocido de esta escuela rusa fue el fisiólogo Iván Petrovich Pavlov (1849-1936), que centró sus investi gaciones sobre la fisiología del sistema nervioso superi or y sobre el estudio de los reflejos condicionados, que tuvo una gran repercusión en la psicología posterior. Pavlov (1927), tras obtener el premi o Nobel de Medicina por sus estudios sobre las glándulas digestivas y las secreciones gástricas, investigó cómo se podían condicionar los reflejos. Por la importancia de este descubrimiento y por sus grandes aportaciones a la psicología, es te autor será objeto de especial estudio y se verán con mayor extensión sus investi gaciones en el capítulo 6.

Evidentemente, hubo muchas más aportaciones fisiológicas al estudio de la psicología en general, y al estudio de la motivación en particular, pero no es el momento de extendernos más en esta exposición.

Antecedentes psicológicos de la motivación

A finales del siglo XIX, el estudio de la motivación empezó a trasladarse de la filosofía a la nueva ciencia conocida como psicología, porque hasta entonces sol o aquella lo explicaba. La motivación ha tenido numerosos significados a lo largo de la historia de la psicología, y para definirla se han utilizado términos como voluntad, instinto, impulso, pulsión, incentivo, etc. La importancia y el significado de este con cepto reflejan las perspectivas teóricas y empíricas del conocimiento en un momento dado de la historia.

Los primeros psicólogos interesados en el estudio de la motivación utilizaron términos diferentes para describir este proceso. Así, el primer psicólogo preocupado en la motivación fue el famoso William James (1890), quien hizo mucho hincap ié en llamarla «voluntad». Para él, la mente era una corriente de conciencia y la conducta era solo su resultado; así, el análisis de la conciencia se realizaba en el acto de lavo luntad, puesto que la conducta ocurre cuando la idea de un acto dado, ga nadomini o sobre las ideas de los otros (Fernández Trespalacios, 1980). James destacó el concepto de voluntad porque lo consideraba como el argumento fundamental de la libre decisión del hombre para emitir la conducta motivada. La idea principal era que la voluntad conjugaba tres elementos fundamentales en la emisión de una conducta: la elección, la toma de decisiones y el propio pensamiento; así, con dicho concepto se podía explicar la emisión de la conducta motivada incluso en situaciones difíciles y adversas. El concepto cogni tivo devo lun tad de James proporcionaba la fuerza necesari a para iniciar, mantener y modificar una determinada tendencia de conducta, dependiendo del resul tado que se obtuviera de esa situación. Este concepto era compati ble con la psicología del momento, puesto que en el umbral del siglo xxla psicología se preocupaba del estudio de la mente, aunque escierto que los primeros laboratorios experimentales de psicología se centraron en conocer la estructura de la mente, estudiando la emoción y los sentimientos, más que la motivación. Sus ideas anticiparon el va lor que van adquirir los procesos cognitivos en la comprensión de la motivación.

Posteriormente, en América y en las primeras décadas del siglo XX, la corriente funcionalista y, más tarde, el conductismo, pusieron de manifiesto la importancia de observar las acciones adaptati vas, y la psicología sevolvió hacia el estu dio del comportamiento de los humanos y de los animales. La corriente funcionalista, heredera del paradigma filosófico asociacionista e influida por las teorías evo lucionistas de su época, pretendió estudiar la mente con el único objetivo de conocer cómo funciona esta en su adaptación al medio ambiente, de ahí procede el nombre de «funcionalismo». La trascendencia del funcionalismo, en psicología, fue su in terés por estudiar el comportamiento de los animales, que posteri ormente recogió y retomó la corriente conductista; para esta corriente psicológica, la mente ha de estudiarse en función del ambiente, de modo que los animales inferiores al hombre también tienen su mente aunque menos compleja y desarro llada, y en consecuencia, muchos de los principios que ri gen la mente de los animales deben regir también en la mente humana, porque esta también está sujeta a la evolución. El funcionalismo hace de la psicología un estudio funcional, iniciando con ello la experimentación animal. Aquel cambio en la psicología también introdujo nuevos términos para la motivación. Para defi nir la motivación, la corriente funcionalista utilizó el término «impulso», mi entras que la corriente conductista prefirió emplear la palabra «incentivo». El primero que abogó por el término impulso fue Woodworth (1918), quién lo utili zó como una forma de un proceso mecáni co, con el propósito de enfatizar la importancia de la energía acu mulada en el organismo para impulsar la conducta, del mismo modo en que una máquina es impulsada por una energía motri z. En esa misma época, en Eu ropa, el psicoanalista Freudtambién utili zó el término impulso o «pulsión», pero conceptualizado de una manera totalmente diferente a como lo hizo Woodworth, como veremos en el capítulo 6.

En 1920, la psicología empleó por primera vez el concepto de motivación, ya que este había adquirido una gran relevancia, pero su significado y su relación con la teoría distaban mucho de ser uniforme. En aquella época, el concepto de motivación ya hacía refe rencia a un hipotético evento intern o que no se podía observar directamente, pero que estaba vinculado teóri ca y empíri ca mente a eventos extern os observables. En América, los funcionalistas dieron al concepto de motivación un papel principal dentro de la psicología, enmarcándo lo dentro del enfoque científico, puesto que ayudó a explicar las variaciones que se producían en el comportamiento humano.

El norteamericano McDougall (1923) introdujo el término «instinto» para referirse a los procesos de motivación, aunque llegó a emplearlo de un modo exagerado para explicar la ejecución de todo tipo de conducta; así, para él, cualquier conducta era explicada por un instinto, por ejemplo, el acto de comer era instintivo, el acto de sentarse en la mesa era instintivo o tomar la cuchara con la mano también lo era, e incluso lo utilizó para tratar de explicar la conducta social humana. En el capítulo 6, trataremos más a fondo las aportaciones de este autor.

Sin embargo, los conductistas rechazaron el concepto de instinto para favorecer el estudio del aprendizaje, puesto que mostraban una verdadera oposición a todo lo que significaba el enfoque mentalista de la psicología. De hecho, surgió una corriente conductista muy estricta (conductismo radical) basada única mente en la asociación entre el estímulo y la respuesta, en donde la conducta era principalmente una reacción al medio ambiente. De esta manera, el conductismo, que fue la corriente dominante de la psicología hasta alrededor de la década de los 60 del siglo pasado, asentó las bases para analizar la contribución del aprendizaje a la motivación e in spiró el surgimiento de la motivación por «incentivos». La motivación por incentivos signi fica motivar a través de premios y castigos, siendo esta la manera quutilizaron los conductistas para conseguir que un sujeto aprendiera una nueva resp uesta. En los capítulos 6 y 7 se estudiará en profundidadesta cuestión.

Durante el último cuarto del siglo XX, el estudio de la motivación disminuyó en favor del estudio de los procesos cognitivos, como la memoria, la atención, el pensamiento y el lenguaje. Tras el auge cognitivo en la psicología y el impacto de los modelos computarizados de cognición, la psicología se convirtió en la ciencia de la mente y del comportamiento, y se prestó menos atención a la investigación de los aspectos activadores o dinámicos del comportamiento que se había producido en la primera mitad del siglo xx. En el presente siglo, el estudio de la motivación se ha reavivado extraordinariamente siendo uno de los pilares básicos en la conducta de los seres humanos y de los animales. Las perspectivas contemporáneas del estudio de la motivación incluyen multitud de nuevos aspectos, entre los que destacamos los neurofisio lógi cos, cognitivos, emociona les y una amp lia ga ma de variables sociales y culturales.

DIMENSIONES EN EL ESTUDIO DE LA MOTIVACIÓN

Han sido diversos los planteamientos teóricos que se han llevado a cabo en el estudio de la motivación y, evidentemente, cada uno de ellos la ha exa minado desde un punto de vista diferente. Pero según los investigadores norteamericanos Petri y Govern (2004), todos los planteamientos teóricos que han es tudi ado la motivación se mueven dentro de unas dimensiones genera les, que nos van ayudar a ordenar y a entender mejor las diferentes teorías, según sea la posición que cada una de ellas tiene dentro de estas dimensiones. A continuación, analizaremos, según su orden de importancia, las cuatro principales dimensiones que nos ayudarán a entender mejor las teorías que estudian la motivación.

La primera y más importante es la dimensión nomotética-ideográfica. Se puede decir que todas las investigaciones que se han realizado sobre la motivación se extienden dentro de un ampli o abanico que va desde los enfoques más estricta mente nomotéticos hasta los enfoques puramente ideográficos. Un enfoque nomotético es un enfoque generalista que pretende establecer leyes genera les que permitan explicar la motivación de una manera universal para todos los seres vivos. Dentro de este enfoque, las investi gaciones se realizan principalmente entre grupos de personas o de animal es, e in tentan conocer en qué se parecen, con el fin de encontrar co incidencias que permitan su generalización. Según sus planteamientos, los hechos descubi ertos al estudiar una especie se ap lican inmediatamente a otras, intentando descubrir las leyes generales aplicables a todas las especies y a una ga ma más ampli a de situaciones. Un ejemplo de una investigación nomotética podría realizarse con ratas de laboratorio y consistiría en averi guar cómo una región del cerebro, como es el hipotá lamo, interviene en la conducta motivada tanto de animales como de humanos. En teoría, sería nomotética una hipotética ley que explicara por qué se produce la motivación en todos los seres vivos. Por otro lado, el enfoque ideográfico es un enfoque diferencia lista, cuyo objetivo es contrario al anterior, puesto que no intenta establecer leyes genera les sino que pretende comp render en qué se distingue la motivación entre individuos de una misma especie. Dentro de este enfoque, uno de los objetivos es conocer las prop iedades de los individuos que los hacen únicos. Por ejemplo, un estudio ideográfico sería aquel que se interesa en averiguar quiénes se motivan más en una escuela determinada de Badajoz, los niños o las niñas. En la actualidad, el enfoque nomotético es el que predomina en las investi gaciones sobre el estudio de la motivación.

La segunda es la dimensión innato-adquirida. Esta dimensión, que ha sido objeto de discusión a lo largo de las investigacion es sobre el estudio de la motivación, ha dado lu gar a una fuerte controversia entre los investigadores que defienden que la motivación procede de tendencias innatas (que nacen con el individuo) y los que defienden se obtiene según tendencias adquiridas (que el individuo aprende). Las primeras teorías de la motivación, como la de McDougall (1923), defendían que la motivación estaba controlada principalmente por los motivos innatos a los que denominaron con el término «instinto»; y aunque estas teorías tuvieron relativamente poca vigencia, numerosos etólogos y psicobiólogos contemporáneos han seguido investigando las tendencias instintivas de la conducta motivada. Sin embargo, las tendencias adquiridas fueron las predominantes en gran parte del siglo pasado, debido principalmente a los investigadores interesados en conocer los factores de aprendizaje en la conducta motivada. Según estos, el objetivo de estudio de la motivación era conocer cómo se adquiere la conducta motivada y cómo se puede ap licar a la adquisición de los estados motivacionales.

La tercera es la dimensión interna-externa, que hace referencia al origen o procedencia de los motivos. La discusión estriba en si la motivación procede de motivos internos o externos, puesto que hay teorías que dan más peso a su origen intern o y otras a su origen externo. Los planteamientos teóricos que basan la motivación en los motivos internos parten de la idea de que los estados motivaciona les pueden conceptuarse como neces idades intern as que tiene el individuo, dentro del organismo, como por ejemplo el motivo de hambre. Para estas teorías, son dichas necesidades las que aparecen como las verdaderas fuentes internas de la motivación, ya que activan y dirigen la conducta motivada hacia los elementos ambientales (como una manzana), que ali vian los estados de privación. Normalmente, dentro de este enfoque, las necesidades son expresa das en términos puramente fisiológicos (como por ejemplo, la necesidad de comer), pero algu nos autores también inclu yen en sus mode los las necesidades socia les y las psicológicas. En cambio, las teorías que basan la motivación en los motivos externos indican que la causa que los produce está en el ambiente exterior, es decir, fuera del organismo; por ejemplo, los motivos de logro, poder y afi liación ponen de relieve las fuentes extern as creadas por los objetivos o metas. Según estas teorías, la motivación es activada por los cambios que se producen en el ambiente externo. Para realizar sus investigaciones, los planteamientos teóricos de este enfoque examinan los efectos motivadores de los objetivos-meta o de las relaciones socia les. Tanto los motivos internos como los motivos extern os serán extensamente tratados en los capítulos 4 y 5.

La última dimensión que vamos a analizar es la dimensión mecanicista-cogn iti va, que hace referencia a la controversia entre aquellos enfoques que sostienen que los procesos controladores de la motivación están desencadenados auto máticamente por los cambios producidos tanto en el medio interno como en el externo, y los que defienden que dichos procesos están bajo el control exclusivo del pensamiento racional. Evidentemente, los primeros representan al enfoque mecanicista y los otros al enfoque cognitivo. Más concretamente, el enfoque mecani cista supone que los cambios de ciertos factores activan e impulsan al organismo a realizar una determinada conducta, de una manera automática sin que el organismo tenga ningún tipo de conciencia o intención del pensamiento. Por ejemplo, motivos internos como el hambre, la sedy el sexo, son desencadenados automática mente por factores fisio lógicos como la concentración de azúcar en la sangre, el desequilibrio de líquidos en el cuerpo y la secreción de hormonas, sin que el organismo tenga ninguna conciencia de ello. En genera l, los investigadores de este enfoque mecani cista tienen un interés especial por estudiar los estados de necesidadinterna y por los patrones innatos de la conducta motivada. Por el contrario, el enfoque cognitivo seña la que la forma de interpretar la información influye en los estados motivacionales, y que los organismos son conscientes de lo que les ocurre, por lo que defienden que los procesos motivacionales tienen un origen en el pensamiento. Un ejemplo, dentro de este enfoque, es el atribuir que el fracaso de una tarea debido a su dificul tadinfluirá más en la motivación futura que si se atribuye a una fa lta de capacidad. Normalmente, los partidarios del enfoque cognitivo están interesados en estudiar los estados causados por la motivación externa y por los motivos adquiridos. Así, la diferencia entre los dos enfoques estriba en que el enfoque cognitivo tiene en cuentala información que se recibe y que esta influ ye en la motivación, mientras que el enfoque mecan icista señala que la motivación viene impulsada de una manera automática sin tener en cuenta esa información, es decir, sin intervención del pensamiento.

Se puede decir que el estudio de la motivación es tan complejo que permite suponer que todos los enfoques citados anteriormente poseen una cierta parte de verdad, dado que algunas veces se entiende mejor la conducta motivada como procedente de estados internos que activan el organ ismo, y otras veces se entiende mejor como resultado de la información extern a que se procesa como consecuencia de las experiencias pasadas.

En general, la combinación de las distintas dimensiones nos puede ayudar a explicar y encuadrar mejor las distintas teorías dedicada al estudio de la motivación; así, Petri (1981) seña la, por ejemplo, que la motivación desde una teoría del instinto se situaría en una perspectiva nomotética, porque intentaría establecer leyes genera les que explica rían la motivación para todos los seres vivos; mecanicista, porque entendía la motivación de una manera automática sin intervención de ninguna forma de conciencia; innata, controladas por los motivos innatos y no por los adquiridos; e in terna, porque se basa en los motivos o neces idades intern as que tiene el individuo dentro de su propio organismo, aunque sea reactiva tanto a estímulos internos como externos, es decir, que la motivación se activa tanto ante estímulos internos (como puede ser una sensación intern a de hambre) como ante estímulos externos (como puede ser la percepción de la hembra por parte del macho). En cambio, las teorías conductistas se encuadrarían dentro de una dimensión nomotética, adquirida, externa y mecanicista. Cualquier teoría u orientación de la motivación podrá ser clasificada en base a estas cuatro dimensiones y, por tanto, se podrá diferenciar de otras en función de su posición en cada una de ellas.

A modo de conclusión, podmo afirmar que por ahora no contamos con una úni a t oríagneral que explique la motivación de una manera integral y mejor que las demás, aunque algunas explican ciertos estados motivacionales mejor que otras. En los próximos capítulos estudiaremos las principales teorías de la motivación que intentan justificar este proceso desde los distintos enfoques y dimensiones que acabamos de exponer.

NIVELES DE ANÁLISIS EN EL ESTUDIO DE LA MOTIVACIÓN

Puesto que la motivación abarca muchas áreas y especialidades de la psicología, consideramos que es necesario conocer los principales niveles de análisis que se establecen cuando se estudia este proceso. Vamos a estudiar cuatro niveles de análisis en el estudio de la motivación: nivel fisiológico, nivel individual, nivel social y nivel filosófi co.

Nivel fisiológico

La mayoría de las investigaciones sobre la molivación a nivel fisiológico se han desarrollado con ani males, aunque otras muchas lo han sido solo con hu manos. El principal motivo de investigar con anima les se debe a que la mayoría de los estudios se han ocupado del control que el cerebro ejerce sobre los estados motivacionales, y evidentemente trabajar con ,rn imales facilita enormemente esta actividad; sin embargo, con el desarrollo de las modern as técn icas de neuro imagen la tendencia está cambiando a favor de la investigación con humanos.

A este nivel, por ejemplo, se ha investigado cómo y porqué las estructuras cerebrales desencadenan la motivación, cómo se procesa la información relevante para la motivación en grupos de cé lulas específicas del cerebro, o qué neurotransmi sores intervienen en los cambios que se produ cen en los estados motivacionales. Otro gran número de investi gaciones han centrado su interés en conocer las implicaciones que el sistema nervioso tiene en el proceso motivacional. Para ello, se han efectuado diferentes manipulacionesenzo nas muy localizadas del cerebro de animales a través de distintos medios quirúrgicos, químicos o eléctricos.

En las investigaciones en las que se realizaba una manipulación quirúrgica del cerebro, normalmente se extirpaba una parte de este (por ejemplo, el hipotálamo) para comprobar cómo se alteraba la motivación del animal. La técnica de la estimulación cerebral de los animales con medios químicos, consistía en introducir una cá nula en una región específica o inyectar una solución determinada y observar cómo cambia la conducta motivada. Pero sin duda la técnica que más se ha utilizado para estudiar la motivación, a nivel fisiológico, es la técnica de estimulación eléctrica que se ha efectuado en el cerebro de los animales. Un ejemplo es el experimento clásico de Olds y Milner (1954) en el que se estimulaban eléctrica mente con electrodos diversas partes del cerebro de una rata. Con este experimento, los autores consiguieron demostrar que las ratas estimuladas eléctricamente estaban más motivadas y se esforzaban mucho más en realizar la tarea experimental que las ratas no estimuladas eléctrica mente. De los resultados de estas tres técnicas se puede concluir que muchas conductas motivadas (como comer, beber y las conductas de excitación sexual, mi edo y agresión), pueden ser modificadas fácilmente manipulando ciertas zonas del cerebro.

Otra técnica menos invas iva que las anteriores es el registro de la actividadeléctrica natural del cerebro obtenida durante los estados motivacionales; esta técnica, que se realiza a través de los registros electroencefalográficos (también conocidos como EEG), permite el registro de la actividadeléctrica de grupos específicos de neuronas en el cerebro o, incluso, el registro de neuronas individuales en zonas determinadas utilizando unos electrodos especiales de profundidad.

En la actualidad, gracias a los avances técnicos y metodológicos en neurociencia cognitiva, las investigaciones se valen de las modernas técnicas de neuroimagen funcional, que permiten identificar en directo, los correlatos neuroa natómicos de los procesos cognitivos y motivacionales, visualizando las zonas del cerebro que intervienen en determinadas actividades relacionadas con la motivación. Técn icas como la medición del Flujo Sanguíneo Cerebral Regional (FSCR), la Tomografía por Emisión de Positrones (PET), la Resonancia Magnética funcional (RMf) y la Tomografía Computarizada por Emisión de Fotón Único (S PECT), posibilitan la eva luación de las regiones del cerebro que se encuentran activas cuando se están ejecutando determinadas conductas motivadas. Debido a la escasa invasividad de estas técnicas, nos permite realizar sin problemas cualquier investigación con sujetos humanos, convirtiéndose, de este modo, en las técnicas de neurociencia más utiliza das en los últimos tiempos.

El estudio de la motivación a nivel fisiológico se abordará profundamente en la asignatura de Psicología Fisiológica, durante el primer semestre del segundo curso.

Nivel individual

Los estudios de la motivación a un nivel de análisis individual pretenden determinar los factores motivacionales que influ yen en la conducta person al de un individuo. Más concretamente, se investigan los cambios motivacionales que se producen en un individuo como consecuencia de la alteración de las condiciones intern as o externas a las que se le somete. Las investigaciones en este nivel se efectúan tanto con humanos como con animales. En los experimentos con humanos, se intenta inducir al sujeto experimental a un estado de motivación determinado mediante el uso de instrucciones precisas. Por ejemplo, en los experimentos de McClelland et al. (1949) sobre la motivación de logro, se estimuló esta necesidad en los individuos diciéndoles que habían fracasado en una determinada tarea que era importante para ellos. En los experimentos con animales, que normalmente se efectúan con ratas de laboratorio, se recurre a cualquier forma de privación, como es la privación de alimento, para observar los cambios de conducta que se producen en el individuo como consecuencia de esa falta de comida.

Un ejemplo típico de investigación, a nivel individual con sujetos humanos, son los estudios de Albert Bandura et al. (1961) sobre la agresión en niños utilizando el aprendizaje observacional o por imitación. Los resultados de este importante estudio indicaro n que los niños que observaban una conducta agresiva en sus compañeros, se volvían tan agresivos como ellos, mientras que los niños que observaban una conducta tranquila y muy motivada en el juego, también imitaban el mismo comportamiento. Esta investi gación nos ayuda a entender mejor la motivación en el plano individual, puesto que nos demuestra que algunas conductas se aprenden con mucha faci lidada través de la observación.

En resumen, cuando queremos estudiar la motivación que se produce en un individuo, debido a las variaciones intern as o externas que pueda padecer, decimos que hacemos un análisis a nivel individual.

Nivel social

Es un hecho constatado que nuestra propia conducta difiere mucho de estar solos a estar acompañados; así, cuando estudiamos las consecuencias de la motivación en este último caso, estamos realizando un análisis de la motivación a nivel social.

Las investigaciones que llevan a cabo los psicólogos sociales en este nivel de análisis intentan estudiar los motivos que impulsan a las personas a comportarse de manera diferente cuando están en grupo. A modo de ejemplo, son interesantes en este nivel de análisis las investi gaciones del psicólogo social Asch(1952, 1965) sobre conformidad social. En este estudio, se observó que la mayoría de los parti cipantes adoptaban una decisión grupal a pesar de ser conscientes de que dicha decisión era totalmente errónea. La conclusión más destacable de este estudio es que se demostró que, cuando se pertenecía a un grupo, los participantes manifestaban un gran deseo de mostrar conformidadco n el grupo, inclu so si las decisiones iban en contra de sus propios principios. La principal consecuencia de estos resultados señala que la pertenencia a un grupo puede influir en los motivos personales y, junto con las variables situacionales, modificar el comportamiento individual.

La diferencia fundamental entre los nive les de análisis indivi dual y social, en el estudio de la motivación, se debe principalmente a las pretensiones que realizar ambos análisis; así, mientras que en el nivel de análisi s indi vidual se busca determinar cuáles son los factores motivaciona les que influyen en la conducta personal de un sujeto, en el nivel de análisis social lo que se busca saber son los motivos que impulsan a las personas a comportarse de una manera distinta cuando estas actúan como grupo, esto es, se investiga cómo la pertenencia a un grupo puede influir en los motivos de las personas de modo que les lleve incluso a modifica r o cambiar su propio comportamiento.

En resumen, cuando queremos estudiar la influencia que un grupo ejerce sobre uno o varios individuos, lo llamamos análisis a nivel social. Por la importancia que tiene el estudio de la motivación desde este punto de vista, se tratará más profundamente en varias asignaturas de la carrera: en Psicología Social (primer curso), en Psicología de Grupos y Psicología de las Organi zaciones (ambas en el tercer curso), y en la asignatura de Psicología Social Aplicada (en cuarto curso).

Nivel filosófico

En este último nivel de análisis, más que deducciones experimentales se utilizan meros argumentos filosóficos, y las teorías que se sustentan en este tipo de análisis a menudo formulan sus argumentos en unos términos que resultan muy difíciles de probar experimentalmente. Son varias las teorías sobre la motivación que reflejan en sus planteamientos principios filosóficos muy sutiles, y en nosotros está el aceptarlas o rechazarlas porque ca rezcan de datos empíricos objetivos y verificables.

Un claro ejemplo de este nivel de análisis son las famosas teorías psicoanalíticas formuladas por SigmundFreud, en las que la motivación era considerada en forma negativa, y su existencia provocaba un cierto estado de tensión en el individuo. Concretamente, para él, el concepto de «pulsión» (o impulso), que empleaba como motor o impu lso que determinaba las principales acciones y decisiones de sus pacientes, implicaba la presencia de una tensión creciente que desembocaba en una distensión que provocaba cas i siempre angustia o do lor. De hecho, uno de sus más fa mosos postulados era el de «pulsión de muerte» o impulso destructivo que era el argumento que utilizaba para explicar cómo muchos de sus pacientes estaban predispuestos a acabar con sus vidas. En contra de esta posición, los psicólogos humanistas presentan un fuerte contraste con esta concepción negativa. Rogers (1961) y Maslow (1973) sostienen que la conducta humana busca ante todo la autorrealización, por lo que la motivación es un estado positivo que nos impulsa a alcanzar el pleno potencial de la persona. Sin embargo, ambos enfoques constituyen un claro ejemplo del aná lisis filosófico porque la descripción que realizan de la motivación y sus efectos depende de la filosofía del teór ico que lo plantea, y porque sus argumentos y razonamientos son especulaciones y lucubraciones personales que son difíciles de probar experimentalmente. Como ejemplos de estudio de la motivación a nivel filosófico sirven, pero debemos rechazar este nivel de análisis porque las teorías que las sustenta n se basan en argu mentos filosóficos más que en datos empíricos, separándose cla ramente del campo experimental y, por tanto, de la psicología científica actual.

La motivación a nivel filosófico se estudiará somera mente en la asignatura de Historia de la Psicología (pri mer curso) y en la asignatura optativa de Introducción a los Tratamientos Psicodinámicos, Experienciales, Constructivistas, Sistémicos e Integradores (en cuarto curso).

PARADIGMAS DE INVESTIGACIÓN EN EL ESTUDIO DE LA MOTIVACIÓN

Al no existir un enfoque único en la psicología actual es necesario describir los modos de actuación de los principales paradigmas o modelo de investigación más utilizados en psicología de la motivación, cuyo conocimiento es imprescindible para comp render las distintas investigaciones relacionadas con este proceso psicológico que se han realizado hasta ahora.

Después de recopilar multitud de diseños de investigación implicados en el estudio de la motivación, los norteamericanos Pintrichy Schunk (2002), llevaron a cabo un estudio comparativo entre los paradigmas de investigación más utilizados. Para ellos, los tres pa radigmas de investigación más importantes eran: el experimental, el correlaciona / y el cua litativo. En su estudio, intentaron describir de una manera clara y objetiva sus principales características, procurando contrastar los paradigmas entre sí con el fin de evidenciar mejor sus ventajas e inconvenientes.

La principal característica del paradigma experimental es que el investigador es quien manipula una o más variables y determina de esta manera los efectos que esto pueda tener en otras var iables. Un ejemplo clásico de investigación experimental en motivación fue manipular las horas de privación de alimento en un grupo de ratas de laboratorio, para comprobar su nivel de motivación (hambre). Se formaron tres grupos de ratas, y se los mantenía sin comida durante tres intervalos distintos de tiempo (1 hora, 8 horas y 24 horas); posteri ormente se ponía a cada rata en el extremo de un corredor recto y en el otro extremo se depositaba una bolita de comida. Se suponía que cada grupo de ratas tenía un nivel de motivación distinto, y que las ratas más motivadas en consegu ir la co mida (las de privación de 24 horas) correrían más rápidamente por dicho corredor para obtenerla. Aquí, el experimentador man ipuló una variable: las horas de privación de comida (variable independiente), y observó sus efectos en la velocidad de la carrera de la rata por el corredor (variable dependiente), que se suponía medía la motivación. En esta investigación experimental, la motivación se tiene que estimar indirectamente a través de los sucesos observables de estímulos (E) y respuestas (R). En este caso, el E es una situación esti mular (la privación de comida) y que R son las respuestas del sujeto como consecuencia de esa situación esti mular (velocidad de carrera por el corredor recto); así, en el paradigma experimental, el experimentador manipula la situación estimular y observa sus efectos en las respuestas del sujeto. Aunque se estudiará más a fondo en la asignatu ra de Introducción al Análisis de Datos (de pri mer curso), es fundamental diferenciar entre variable dependiente y variable independiente; así, la variable dependiente en una investigación experimental es aquella que «depende» exclusivamente del sujeto experimental (la velocidad de carrera en el ejemp lo anterior) y la variable independiente es aquella que no depende (es «independiente») del sujeto experimental sino del experimentador (las horas de privación de comida en el ejemplo anterior).

En el paradigma correlacional, más que manipular variables, el investigador busca encontrar las relaciones existentes entre ellas. Por ejemplo, un investigador que está interesado en encontrar la relación entre la motivación de unos estudiantes ante una determinada tarea y la autopercepción que ellos tienen de sus propias capacidades, debe realizar una investigación correlacional. Para comprobarlo, tiene que valerse de utilizar un instrumento adecuado para medir la autopercepción de sus propias competencias (por ejemplo, un cuestionario o un autoinforme) y relacionarlo con otro instrumento que indique el grado de motivación en una determinada tarea (por ejemplo, el grado de interés en el desarrollo de esa tarea). Si de dichos instrumentos se obtienen puntuaciones estadísticas que nos indiquen que ambas medidas correlacionan positivamente, podemos afirmar entonces que las dos variables están relacionadas, y podemos confirmar que los estudiantes que más confianza tienen en sus capacidades de aprendizaje, más alta tendrán su motivación. Otro ejemplo de una investigación correlacional, podría plantearse si queremos averi guar la relación entre una variable de personalidad(introversión-extroversión) con una variable de interés por desempeñar una determinada tarea (nivel de motivación), con el fin de poder llegar a conocer qué relaciones existen entre la personalidady la motivación de un individuo en la realización de esa tarea.

Como se puede deducir, una primera distinción entre los modelos correlacionales y experimentales hace referencia a la manipulación o no de las variables de investi gación; si en el paradigma experimental se manipulan variables y se observa y mide el efecto que tiene esta manipulación, en el paradigma correlaciona! no se manipula ninguna variable, solo se busca entender la relación que hay entre dos o más variables.

Al estudiar los procesos motivacionales, cada investigador suele elegir un paradigma de investigación. Cada paradigma tiene sus ventajas y sus inco nven ientes. Así, las investigaciones correlacionales si rven para clarificar las relaciones entre las variables, y sus resultados pueden ayudar a comprender situaciones motivacionales distintas y a planificar futuras investigaciones; sin embargo, presentan el inconveniente de que con este tipo de paradigma no se pueden identifica r causas y efectos. En cambio, las investi gaciones experimentales pueden clarifi car las relaciones causa-efecto, y el hecho de conocer las relaciones causa les nos puede resultar de gran utilidadporque nos ayudan a entender la naturaleza de la motivación; sin embargo, estas suelen ser bastante limitadas ya que su alcance no es muy amplio, puesto que al manipular solo unas pocas vari ables e intentar controlar el resto, resultan difíciles de ejecutar y, por tanto, sus resultados son poco naturales, puesto que muchas investigaciones se realizan en situaciones artifi ciales (laboratorios). Además, en las investigaciones experimentales es necesario siempre replicar o repetir de diferentes maneras los experi mentos realizados, y tener en cuenta otras variables para entender bien los efectos que se producen. Sin embargo, hay que reconocer la importante labor que ha realizado, y realiza, la investigación experimental.

El paradigma cualitativo, también conocido como método interpretativo, enfatizael estudio de una manera más intensa, más descriptiva y con mayor carga interpretativa. Aunque este paradigma no es nuevo en las investi gaciones de las ciencias sociales, sí es bastante reciente su implantación en los campos de la psicología y de la psicopedagogía. Es un paradigma muy variado y versátil, no tiene un procedimiento concreto, puesto que puede cambiar mucho de una investigación a otra. Lo importante de este paradigma es elrigorcientífico de los instrumentos y medios que se utili cen para investigar, y la interpretación de los resultados que se deriven de ellos. No intenta experimentar ni correlacionar variables, solo conocer en profundidad los aspectos más concretos de una investigación. La investigación cua litativa es especialmente útil cuando los investigadores están interesados en la estructura de las situacion es, y en conocer los diferentes significados y perspectivas que mantiene un grupo de individuos. Por ejemp lo, cuando se quiere conocer la estructura de un grupo de individuos dentro de una empresa, co legio o partido político, y se pretende averi guar las relaciones que ellos mantienen entre sí, se aplica el paradigma cuali tativo. Una investigación típica dentro de este paradigma son los estudios realizados sobre el motivo de afi liación entre un grupo de personas que trabajan en una empresa, efectuados a través de comp lejos sociogramas, con el fin de conocer los mejores compañeros de trabajo y crear así un ambiente más propi cio y productivo. También se utiliza el paradigma cualitativo cuando no es posible emplear investigación experimental porque se corre el ri esgo de falsear la realidad, o cuando no se puede llevar a cabo una investigación correlacional porque no es posible medir las relaciones entre variables. Por ejemp lo, se utiliza mucho en los estudios motivacionales de pacientes con anorexia, en donde no es posible hacer una investigación experimental y correlacional, y lo que verdaderamente importa es aplicar las pruebas psicológicas necesarias para conocer el ni vel motivacional del paciente, con el fin de proceder a concretar lo mejor posible un futuro tratamiento. La investigación cualitativa se caracterizapor la profundidady la ca lidad del análisis y de la interpretación de los datos, y aunque proporciona una fuente de datos mucho más profunda y exhaustiva que los obten idos con diseños experimentales o correlaciona les, no busca las generalizaciones de los mismos, de manera que es difícil sacar conclusiones prácticas que ayuden a proporcionar respuestas ap licables a otros entornos. Por lo general, los estudios realizados bajo este paradigma cuentan con pocos participantes, lo que provoca que los resultados que se obtienen tengan problemas de fiabilidady de falta de repr sentatividad de la población objeto de estudio. Cundo se investigan casos únicos (o con grupos muy reducidos de sujetos), en los cuales es difícil utilizar la metodología experimental y la correlacional, es muy útil el paradigma cualitativo porque permite un análisis e interpretación de los datos mucho más adecuado, aunque tenga el problema de la generalización de los resultados. Muchas de las investigaciones en el campo de la psicopedagogía están dentro del paradigma cualitativo, puesto que hacen mayor hincapié en la descripción el’ los casos y, por consiguiente, se realiza más labor ínte rpretativa, como sucede en los estudios sobre la Mlaptación de niños con deficiencias psíquicas, en es( uelas especializadas, en donde hay pocos sujetos y se entran preferentemente en cuestiones más interpretativas. Según Cubo, Martín y Ramos (2011), es muy importante tener en cuentala seguridadcientífica de los resultados obtenidos a través de este paradigma; para ello, debemos tener siempre en cuenta el concepto de credibilidad (Cuba, 1983), que consiste en establecer una relación ideal entre las interpretaciones del investigador y sus fuentes de información. En las asignaturas implicadas de esta carrera surgirán muchos ejemplos de investigaciones pertenecientes a este paradigma.

Además de los tres paradigmas que acabamos de comentar, podemos indicar la distinción que tiene que ver con el lugar en donde se realiza la investigación; esto es, los estudios de laboratorio, que son situaciones artificiales muy controladas, o los estudios de investigación de campo, que se dan en entornos naturales (o hábitat natural) como son el lugar de trabajo o la escuela, sin mucho control experimental. A continuación estudiaremos las características, las ventajas y los inconvenientes de los estudios de laboratorio y de los de campo.

Las primeras investigaciones sobre la motivación fueron realizadas en laboratorios de psicología, utilizando distintas especies animales, como perros, gatos o ratas. Este tipo de investigación era adecuada en esos momentos debido a la influencia que tenían las teorías conductistas en la psicología, que propiciaban el uso de animales al suponer que los mismos procesos que se producían en ellos tendrían sus correspondencias en los humanos. Además, investigar con anima les tenía la ventaja de que permitía un mayor control experimental de las situaciones, porque se podían ais lar con mayor faci lidad las variables y evitar la influencia de factores extraños. También se ha recurrido a los seres humanos en los estudios de laboratorio de psicología, con experimentos en situaciones controladas, pero a medida que ha ido aumentando el interés por el estudio de la motivación en los entornos aplicados, como la familia, el trabajo o la escuela, se han incrementado los estudios de campo, de tal manera que muchas de las investigaciones actua les se centran más en este tipo de trabajo.

La mayor ventaja que proporcionan los estudios en laboratorio es que los experimentos permiten un mayor control sobre los factores extraños, que pueden contaminar las respuestas de los sujetos experimentales; así, se puede llegar a controlar un gran número de variables, como la intensidad de la lu z, la temperatura, el nivel de son ido de la sala experimental, etc. Por el contrario, en los estudios de campo no es posible este tipo de control, ya que aparecen continuamente multitud de distractores, como repentinos sonidos de timbre, apertura o cierre de puertas, etc., que son sin duda algunos factores extraños que pueden afectar a los resultados de un estudio. Sin embargo, una clara ventaja de las investigaciones de campo es que sus resu ltados se pueden generalizar fácilmente a otros entornos similares porque se han desarrollado en situaciones reales; en cambio, la generalización de los resultados de las investigaciones de laboratorio a la vida real se suele hacer con menor confianza. Esto no quita ningún mérito a las investigaciones de laboratorio, ya que han producido frecuentemente resultados importantes para entender los procesos de motivación; en este sentido, muchos investigadores han intentado reproducir y traspasar sus resultados del laboratorio a las situaciones de la vida real.

A modo de conclusión, podemos decir que el que escojamos un procedimiento de laboratorio o de entorno natural dependerá tanto de las condiciones como del propósito final de la investigación, de la disponibilidad de los participantes, de los costes y del uso que se pretenda dar después a los resultados obten idos. Así, si escogemos trabajar en el laboratorio, ganamos control pero perdemos generalización, y al contrario sucede con los estudios de campo, puesto que perdemos control pero ganamos en posibilidades de generalización. Por consigu iente, cuando se realicen estudios de campo, es preciso minimizar las influencias extrañas, contaminantes de los datos, de modo que se pueda confiar más en que los resultados se deban a los factores experimentales que se están estudiando.

Una vez concretado y definido el concepto de motivación, vamos a estudiar en el siguiente capítulo cómo se produce el proceso motivacional, haciendo antes hincapié en los dos aspectos esencia les de este proceso: la activación y la dirección, así como describir los principales determinantes que lo justifican.