Metodos Investigacion
Los datos que solemos utilizar para afirmar que estamos experimentando una emoción son de tipo subjetivo-fenomenológico (forman parte de nuestra experiencia, y podrían comunicarse a través del lenguaje), fisiológico y expresivo-motor (estos dos últimos pueden ser observados a través de instrumentación sofisticada).
Hay personas muy hábiles para ocultar sus estados afectivo, no siempre la apariencia de voz y rostro, del cuerpo, nuestro comportamiento o los informes verbales son señales inequívocas de lo que alguien siente.
Se puede disponer de diferentes datos, pero ninguno de ellos por sí solo es un índice inequívoco de que tal emoción está siendo experimentada.
Para Öhman una determinada situación puede ir asociada a cambios fisiológicos, expresivo motores, y subjetivos. Tanto la situación como la medida de estos tres sistemas de respuesta pueden observarse empíricamente, sin embargo, la emoción solo puede inferirse a partir de la información proporcionada por los datos de estos tres sistemas. Intentar igualar la emoción con las medidas de esos sistemas, sería un error, ya que ninguna medida es condición necesaria y suficiente de la emoción. Lo importante es apoyar las inferencias en un conjunto de datos amplio, variado y contrastado.
Para Lang los tres sistemas de respuestas emocionales son independientes y no covarian entre sí. Sus relaciones son complejas y dependen a veces de características entra-individuales, inter-individuales, o del contexto.
Algunos teóricos de la aproximación evolucionista, han igualado la emoción con la expresión facial o vocal, y basaron investigaciones en las que esa era la única medida de la emoción, asumiendo que los cambios faciales eran los únicos determinantes de la emoción y su intensidad.
Teóricos de la aproximación psicofisiologica, solo se han ocupado de las mediciones en sistemas fisiológicos periféricos asumiendo que sus cambios ocasionaban las vivencias afectivas.
Desde la perspectiva cognitiva se considera el proceso de valoración (appraisal) como determinante directo.
Todas estas, son actitudes reduccionistas, desde las que se ha ofrecido una visión restringida de los procesos que hacen posible nuestro estado de ánimo, proporcionando información limitada al respecto.
Öhman también dice que no se debe confundir procesos de emoción y la emoción como algo consciente, o sea, la emoción como proceso y la emoción como resultado. No se debe igualar el sentimiento subjetivo de que estamos experimentando una emoción, y que nos señala su existencia, con los procesos que la desencadenaron.
Algunos teóricos no aceptan que puedan existir procesos no conscientes que puedan mediar el fenómeno emocional. Sin embargo, es evidente que los automatismos son habituales en los momentos iniciales del lanzamiento de la reacción afectiva, y en etapas más tardías la información afectiva se elabora adicionalmente y de modo más completo.
Debemos aclarar que a veces se inducen emociones y otras veces afecto o estado de ánimo (cualquier experiencia que incluya un componente evaluativo, experiencia afectivas: doloroso/placentero, bueno/malo, etc.). Cada uno con procesos implicados distintos.
EMOCIÓN | ESTADO DE ÁNIMO |
Estado mental generado por un evento externo. | |
Inicio definido. | Difícil establecer un inicio y un fin. |
Aumenta hasta uno o más picos de intensidad y declina. | Duración prolongada. |
La intensidad se puede medir por la conducta, fisiológicamente o por autoinformes verbales. | Intensidad más reducida. |
Duración reducida. | |
Su función es reordenar las prioridades de objetivo, preparar para la acción y cambiar el flujo de procesamiento. | Mantienen una preparación distintiva que continua a pesar de eventos perturbadores. |
Requieren la activación de redes semánticas y esquemas afectivos elaborados. | Se apoyan en estructuras de información globales e indiferenciadas. |
Aspectos expresivos
Darwin fue el primero en enfatizar la relevancia de los aspectos expresivos emocionales en su libro “La expresión de las emociones en los animales y el hombre”.
Postulo que las emociones han evolucionado con funciones de adaptación definidas y son primarias para incrementar las posibilidades de supervivencia de las especies. Igualo expresión emocional con estado afectivo interno, asumiendo que el emoción es un referente del estado afectivo. También realzo su valor comunicativo. La utilidad de las expresiones emocionales (Ejemplo: gritos sirven de reclamo de ayuda, contracción muscular facilita la conducta de huida, etc.) es la que ha garantizado su perduración en la filogenia. Supone que se han establecido vínculos asociativos entre la expresión y estado interno. Utiliza el término expresión para referirse a la apariencia corporal, facial o vocal, y el estado interno.
Darwin también enfatizo el papel de señalización de las expresiones emocionales, las considero un lenguaje primitivo y universal que sirve para que los individuos comuniquen entre si sus estados internos.
Al final de su libro, sugiere que la expresión abierta de una emoción por medio de signos externos la intensifica, mientras que la represión de todos los signos externos, la debilita. Con esto acepta que la apariencia modula el estado interno, sugiriendo una regulación emocional emocional.
Según la formulación de Darwin, se puede predecir que las emociones deberían estar presentes en la especie humana, y las infrahumanas, y que el reconocimiento y la expresión de las emociones debería ser transcultural pues está garantizado por nuestra carga genética.
Para apoyar su determinación filogenética, Darwin utilizo fotografías de niños de corta edad y primates. Y para avalar la universalidad, contacto con embajadores que tenían relación con étnicas primitivas y les pidió que cumplimentasen cuestionarios sobre aspectos expresivos de los miembros de las tribus cuando se encontraban en diferentes situaciones.
Estudios posteriores (P. 135-136) han demostrado el supuesto de universalidad, aunque hay otras interpretaciones como la de Russell que ha denominado universalidad mínima que es el patrón de coincidencia de juicios sin necesidad de recurrir a explicaciones genetistas.
Modulación de la intensidad afectiva a través de cambios en la apariencia facial
William James y su teoría del feedback en la que postulo que la percepción del cambio corporal autonómico-visceral es el proceso básico que lleva a la experiencia emocional, no convenció, ya que no se encontró evidencia empírica que la confirmara.
Esto hizo que en los años setenta, bajo la influencia darwinista, surgiera la hipótesis del feedback facial. Lo que hicieron fue cambiar el foco de interés de las vísceras a la musculatura facial. Y postularon que los cambios faciales y su feedback explican, de manera más completa y versátil que la hipótesis de las eferencias viscerales, nuestras numerosas y diversas emociones. Entendían que esto sería posible ya que las configuraciones faciales eran más variadas que los patrones de cambios fisiológico que se conocían en aquella época.
No hay una única hipótesis del feedback facial, por ejemplo, algunos vincularon las configuraciones faciales con la experiencia subjetiva, y otros lo hicieron con las dimensiones de valencia y activación.
Las estrategias que idearon para poner a prueba la hipótesis fueron:
Simulación facial: consiste en que los participantes simulen expresiones faciales emocionales concretas, luego se le presenta material (viñetas, dibujos, películas) con diverso contenido emocional y se registra la actividad fisiológica y por último se evalúa la experiencia emocional.
Inhibición / Exageración de la apariencia facial: consiste en que los participantes deben suprimir o exagerar sus expresiones faciales en presencia de estímulos emocionales como descargas eléctricas o películas de diferente contenido emocional. Y como en el caso anterior, se obtiene un auto informe verbal, y autonómico-visceral.
Tourangeau y Ellsworth pusieron a prueba el supuesto de que el feedback de los músculos faciales es importante para la experiencia subjetiva. Y contrastaron las siguientes hipótesis:
Hipótesis de necesidad: si la expresión facial apropiada es necesaria para la experiencia subjetiva de emoción, no debería producirse la emoción, a no ser que el rostro muestre esa apariencia.
Hipótesis de suficiencia: si la adopción voluntaria de una expresión es suficiente para la experiencia de emoción, cuando responde el rostro, debería seguir la emoción, incluso en ausencia de estímulos emocionales.
Hipótesis de monotonicidad: existe una relación positiva y monotonica entre la expresión facial y la experiencia emocional.
EXPERIMENTO TOURANGEAU Y ELLSWORTH
Se indica a los participantes que se va a estudiar la percepción subliminal, mediante la presentación de películas que generan tristeza, miedo, o ninguna emoción.
Se indica que se registraran diferentes medidas fisiológicas y se filmaran movimientos de ojos y labios.
Gracias a la colocación de electrodos, se manipula la pose de los participantes (sin que ellos sean conscientes) para que unos adopten una pose de miedo, otros de tristeza y otros de no emoción. A otro grupo no se lo manipula, y se indica que ignoren los electrodos y adopten una actitud natural.
Por último se obtienen auto evaluaciones de miedo y tristeza y dos jueces entrenados evalúan las expresiones faciales de miedo y tristeza.
Resultado: los resultados no apoyan la hipótesis del feedback facial y se confirman la hipótesis de necesidad y suficiencia.
EXPERIMENTO STRACK, MARTIN Y STEPPER
Se indica a los participantes que se quiere conocer la habilidad de la gente para ejecutar diferentes tareas con partes corporales no habituales (como lo hacen las personas con lesiones)
Se presentan tareas de evaluación de viñetas, unir dos puntos con una línea recta o trazar una línea uniendo diez dígitos. Siendo la tarea relevante, la primera, y se debía hacer sosteniendo un lápiz con los dientes (se favorece la activación de la sonrisa) o con los labios (se dificulta la activación de la sonrisa).
Se evalúa la diversión y la dificultad.
Resultados: las evaluaciones de diversión eran superiores cuando se sostenía el lápiz con los labios, y esto se interpreta como que la pose facial determina la intensidad del estado afectivo.
EXPERIMENTO LARSEN, KASIMATIS Y FREY
Se indica a los participantes que el objeto de estudio es comprobar su ejecución mientras hacen dos tareas a la vez.
Debían mantener separados o unidos los tees (soportes de pelotas de golf) mientras realizaban otra tarea.
Cuando se intenta mantenerlos unidos se activa el entrecejo y los dos corrugators.
Resultados: indican que los participantes proporcionaban superiores evaluaciones de tristeza cuando intentaban unir los tees.
EXPERIMENTO COLBY, LANZETTA Y CLECK
Se indica a los participantes que el objeto de estudio pretende estudiar las respuestas fisiológicas ante el dolor.
Se indica que van a recibir descargas eléctricas que debían soportar todo lo que pudiesen y cuando quisieran podían detenerlas con un botón.
Se manipula la pose facial, indicando que actuasen como si la descarga fuera mayor o menor a lo que era realmente.
Los autores querían comprobar la hipótesis de que la mayor tolerancia y los menores cambios psicofisiologicos se producirían cuando los participantes actuaban como si la descarga fuera menos molesta.
Resultados: la hipótesis se comprueba parcialmente. La expresión fácil modulaba el estado afectivo molesto pero no influía en la tolerancia.
Cambios fisiológicos periféricos
Según postulo James a finales del siglo XIX, la emoción es la percepción de los cambios corporales que experimentamos, o sea, los cambios corporales anteceden a la emoción.
Para James, la diferencia entre procesos sensoriales (objeto aprendido) y procesos emocionales (objeto sentido), es que en los emocionales, se producen cambios corporales y la corteza tiene información de ellos. O sea, que la emoción sentida seria consecuencia de la percepción de los cambios corporales que acontecen de modo casi reflejo antes ciertos estímulos ambientales. Esto implica que hay tantas configuraciones de cambios corporales como matices emocionales y que tenemos capacidad para percibir esos cambios por muy sutiles que sean.
James logro convencer a la comunidad científica, sin embargo, no aporto datos empíricos, solo se baso en la introspección, las anécdotas y las reflexiones ad hoc.
Cannon fue su principal crítico, a principios del siglo XX.
Para dar apoyo a la teoría de James, era necesario contrastar empíricamente que existen diferentes patrones de cambio corporal, especialmente autonómico-viscerales.
A partir de la década de los 80 del siglo XX, se han recogido datos sistemáticos y acumulativos de diferenciación, entre patrones de cambio autonómico visceral que diferencien las emociones. El objetivo era registrar numerosas variables psicofisiologicas mientras los participantes experimentan diferentes emociones, mediante procedimientos de inducción de estados emocionales, y a su vez, obtener informes verbales sobre intensidad y cualidad.
Levenson utilizo como modos de inducción, la tarea de acción facial dirigida que consiste en que el participante realice una pose facial que aparente alguna de las seis expresiones emocionales estudiadas, aunque no se le instruye específicamente para ello; y la técnica del recuerdo emocional, que consiste en que el participe una experiencia en la que sintió cada una de las seis emociones estudiadas. Los resultados fueron:
Actividad cardiaca de tristeza, miedo e ira > actividad cardiaca de asco y alegría.
Temperatura del dedo de ira > temperatura del dedo del miedo.
Conductancia de la piel del asco y asco > conductancia de la piel alegría.
Esto muestra la existencia de distintas configuraciones de cambios corporales periféricos, pero no se establece su utilidad ni relevancia. Se cree que en situaciones en las que está en juego la supervivencia, es más relevante la puesta en marcha de acciones adaptativas inmediatas, que la mediación cognitiva.
Para contrastar la hipótesis de James de que todos somos capaces de detectar los innumerables cambios que se producen en nuestro cuerpo, en una situación afectiva, Sherrington y Cannon realizaron investigaciones en las que seccionaban las vías aferentes entre vísceras y cortezas con el fin de comprobar si en esas condiciones (cuando la información sobre los cambios corporales no llega a la corteza y por tanto no hay percepción) se seguía mostrando la respuesta de rabia o de miedo. Cannon demostró que efectivamente los animales seguían huyendo o atacando, cuando la situación ambiental lo requería. Por tanto las aferencias no eran necesarias tal como insistía James. Aunque posteriormente otros investigadores demostraron que dichas aferencias son necesarias para adquirir respuestas emocionales, pero no para ponerlas en práctica una vez fueron aprendidas, probablemente porque medien centros cerebrales distintos en cada caso.
Estos estudios solo aportaban datos sobre la conducta y no sobre estados internos, y en animales. En los años sesenta, Hohmann publico un estudio en el que informaba los cambios en vivencias emocionales que acontecen a pacientes con lesiones en diferentes niveles de la medula espinal. Se entrevisto a pacientes lesionados, que debían describir y comparar la intensidad de sus vivencias, en situaciones de excitación sexual, miedo, ira, tristeza y sentimentalismo, antes y después del traumatismo. Se observo disminución en la intensidad en todos los estados afectivos, menos en el sentimentalismo. Y las reducciones eran mayores, conforme la lesión se situaba en zona superiores de la medula (cuando las aferencias viscerales son menores). Esto apoya las ideas de James, pero la ausencia de un grupo de control, restringe su consistencia. Además, estudios posteriores, demostraron que lesionados en la medula pueden experimentar emociones de modo semejante a no lesionados.
La tarea de discriminación de Whitehead y sus colegas, era un referente objetivo para medir la autopercepcion. Consistía en presentar a los participantes unos estímulos exteroceptivos los cuales podían ocurrir muy cerca en el tiempo con la onda R de su ECD o un poco retrasado. La tarea era discriminar la latencia, corta o larga, con que eran presentados los estímulos en relación con los latidos del participante. La ejecución de la tarea seria deficiente a no ser que el participante detecte sus latidos.
Hantas y sus colegas hace un estudio en el que utilizan esta técnica para diferenciar un grupo de buenos y otro de malos perceptores cardiacos, en función a la ejecución de una tarea semejante a la de Whitehead.
Posteriormente, les presentan fotografías de accidentes para que indique el grado de tranquilidad vs alteración que sentían. Se observo actividad cardiaca similar en ambos grupos, pero los buenos detectores se sentían más molestos y alterados ante las fotografías.
Interpretación cognitiva
Las ideas de James, no incorporaban los aspectos cognitivos, la interpretación que se hace de lo que está aconteciendo como variable mediadora entre el estimulo y la reacción afectiva.
Con las críticas de Cannon y el conductismo el planteamiento de James queda postergado, hasta que en los años sesenta, aparecen explicaciones cognitivas más versátiles. Se pasa a planteamientos más flexibles en los que la construcción de significado, el aprendizaje y la experiencia, juegan un papel importante en la explicación de la emoción.
Schachter reformula las ideas de James, lo que da lugar a la tradición bifactorial en el estudio de la emoción. Se continúa postulando que los cambios fisiológicos periféricos son necesarios para que se produzca emoción, pero además se asume que son relevantes los procesos de etiquetado verbal (la construcción de significado de lo que está aconteciendo).
De forma independiente, Arnold y Lazarus, postulan que el antecedente inmediato de una emoción es el proceso de valoración (appraisal). Según ellos, la cadena de acontecimientos se iniciaría con la percepción de un acontecimiento, proseguiría la valoración, luego la vivencia emocional, y en esta última fase ocurriría la movilización fisiológica, en muchos casos, por acciones motoras.
Planteamiento bifactorial
Schachter y Singer afirman que el arousal fisiológico, los cambios corporales periféricos, son necesarios para que se produzca una emoción. Pero no son suficientes. Se requieren también procesos cognitivos que interpreten y rotulen verbalmente lo que está aconteciendo. El arousal ahora se considera inespecífico, y por esto, no se requieren patrones de cambio fisiológico periférico para justificar los variados matices emocionales que sentimos. La cualidad emocional está determinada por la cognición. Dos individuos, pueden sentir diferente, ante la misma situación ya que le atribuyen significado diferente a la situación.
Esta interpretación se puede modificar y así cambiaran la cualidad de los sentimientos.
Schachter y Singer, además de contrastar empíricamente sus publicaciones, plantearon un modelo teórico susceptible de ponerse a prueba mediante la experimentación.
Establecieron tres predicciones empíricas:
Dado un estado de arousal fisiológico para el que un individuo no tiene una explicación inmediata, éste etiquetara dicho estado y describirá sus sentimientos en términos de las cogniciones que tiene disponibles. Esto implica que el arousal es inespecífico, y que son los mismos cambios corporales los que estarían presentes en todas las emociones.
Dado un estado de arousal fisiológico para el que un individuo tiene una explicación completamente apropiada, no surgirán necesidades de evaluación, y no es común que el individuo etiquete esos sentimientos en términos de las cogniciones alternativas disponibles. Esto implica que si ya se ha proporcionado un significado, no haremos interpretaciones adicionales.
Dadas las mismas circunstancias cognitivas, un individuo reaccionara emocionalmente o describirá sus sentimientos como emociones solo en la medida en que experimente un estado de arousal fisiológico. Enfatiza que los cambios fisiológicos son necesarios, y aunque se den las circunstancias para una interpretación emocional, no habrá emoción sin cambios fisiológicos.
EXPERIMENTO SCHACHTER Y SINGER
Todos los participantes creen que el objeto de estudio es conocer los efectos de un complejo vitamínico sobre la visión, sin embargo, no se les administra ninguna vitamina.
Algunos reciben epinefrina (que produce activación simpática) y otros reciben placebo (en este caso no habrá activación fisiológica).
A algunos se les informa que van a experimentar cambios corporales a causa del fármaco, a otros no se les indica nada, y aun tercer grupo se le da información errónea sobre lo que van a sentir.
Algunos pasan a una sala de espera donde se favorece la cognición de diversión sobre lo que acontece, y otros esperan en otra habitación, donde prima la interpretación de ira-enfado.
Las condiciones experimentales son:
EUFORIA | IRA |
Informado / Epinefrina | Informado / Epinefrina |
Ignorante / Epinefrina | Ignorante / Epinefrina |
Mal informado / Epinefrina | Placebo |
Ignorante / Placebo |
Resultados del experimento:
Las predicciones de los investigadores eran:
El grado de euforia en condiciones de diversión debería ser:
- MAL INFORMADO/EPINEFRINA > IGNORANTE/EPINEFRINA > INFORMADO/EPINEFRINA = PLACEBO.
El grado de irritación en la condición de ira debería ser:
- IGNORANTE/EPINEFRINA > INFORMACION/EPINFRINA=PLACEBO.
Pero estas predicciones no se confirmaron estrictamente. Ya que tanto en situación de ira como de diversión, la condición de placebo no difería de la ignorante / epinefrina. Ocurrió en un caso en medidas de auto informe, y otro en la observación conductual.
Solo se obtuvo el patrón de resultados esperado, cuando se eliminaron a los participantes auto-informados (aunque no recibieron instrucciones sobre los efectos de la epinefrina, en los cuestionarios dijeron que habían atribuido su estado corporal a los efectos del fármaco) y a los participantes auto-activados (a pesar de no recibir epinefrina, se observo activación fisiológica).
Recién 25 años después, se replico el experimento. Y se comprobó que en condiciones de activación fisiológica y ausencia de explicación de su causa, tendemos a interpretar lo que acontece de modo negativo, más como ansiedad o malestar, que como alegría o excitación. A pesar de ello, las replicaciones matizaban los resultados pero no restaban a apoyo a la convicción de que la cualidad emocional estaba estrechamente vinculada a las cogniciones.
Paradigma de transferencia de excitación:
Es una aplicación de los supuestos de Schachter a estados de arousal que ocurren secuencialmente. Fue desarrollado por Zillmann en la década de los setenta, y se basa en el hecho de que el arousal fisiológico no termina bruscamente al cesar las condiciones generadoras, sino que, a causa de los lentos procesos hormonales envueltos en el control de la activación simpática, la activación decae con relativa lentitud.
Si un sujeto ha sido activado fisiológicamente en la situación A y posteriormente se encuentra en la situación provocadora de la emoción B, aun puede mantener en B el arousal residual de A que se añadiría al provocado por los estímulos emocionales de B, haciendo que el nivel de arousal total experimentado en B sea elevado. El sujeto en estos casos, atribuye el arousal total en B a los estímulos emocionales de B, con lo que la reacción emocional se intensifica mediante lo que sería una atribución errónea de la excitación residual de A a la situación B.
EXPERIMENTO ZILLMANN
Los participantes creen que el objeto de investigación es conocer la manera en que el castigo puede influir sobre el aprendizaje.
Los participantes actuaran como profesores y otro compañero (un aliado del experimentador) será el alumno.
Para que se vayan conociendo, al comienzo de la sesión, se plantean diversos tópicos para que expresen su opinión al respecto.
Cada vez que no coincidían las opiniones el alumno administraba una descarga al profesor y así el profesor sentía enfado con el alumno.
Seguidamente el participante ve una película bien de contenido agresivo, o bien erótica o bien neutral. Cada una generaba distintos niveles de activación.
Se observa que la activación producida por la película erótica > agresiva > neutral.
A continuación el profesor hace preguntas al alumno sobre la película, y este contesta erróneamente la mayoría de las veces.
Para cada respuesta incorrecta el profesor /participante, administra una descarga al alumno. La intensidad de la descarga reflejaba la intensidad del enfado.
Resultados: se comprueba el paradigma de transferencia de excitación, y la descarga más intensa la administraron los participantes que vieron la película erótica, seguidos de los que vieron la película agresiva, y por último los que vieron la película neutra.
Numerosos estudios han corroborado el efecto de transferencia de la excitación. A nivel teórico, esto coincide con la suposición bifactorial de que los cambios corporales son inespecíficos y que determinan su intensidad y no su cualidad. Si el arousal presente en cada situación fuese distinto, no podrían favorecer la intensidad de la emoción siguiente.
Los resultados también sugieren que las percepciones autonómicas no son especialmente finas, atribuimos por defecto su causa a los acontecimientos del presente, aunque realmente estén en el pasado.
Paradigma de feedback fisiológico falso:
Valins en los años sesenta, inicio algunas investigaciones en las que intento comprobar si la creencia de estar activado fisiológicamente, aunque realmente no se esté, puede ser suficiente para que se genere la experiencia emocional. Desde su punto de vista, no se necesitaría el arousal fisiológico real para que se desencadene una emoción (= que Schachter), sino que la mera sugestión de que nos acontecen cambios corporales puede ser suficiente para experimentarla. Esto demostraría que la emoción seria consecuencia meramente de cogniciones. Y las propias creencias podrían ser tan eficientes como la epinefrina.
EXPERIMENTO VALINS
Se informa a los participantes, que el objetivo del estudio era conocer sus reacciones fisiológicas ante estímulos sexuales.
La tarea consiste en ver 10 fotografías de mujeres semidesnudas y evaluar la atracción que sentían respecto a ellas mientras que se registra su actividad cardiaca.
Se manipularon sus creencias respecto a los cambios corporales que les acontecían durante la visualización a través de instrucciones.
A dos grupos se les dijo que escucharían de forma amplificada los latidos de su corazón. En un grupo simulaban un incremento de tasa cardiaca durante 5 de las 10 fotos, y en las otras 5 se simulaba una estabilización de la actividad cardiaca. En el otro grupo, en lugar de un incremento se simulo una disminución en la mitad de las fotos, y una estabilización en la otra mitad.
A los otros dos grupos, se les indico que oirían sonidos pero que debían ignorarlos porque intentaban distraerlos.
Los sonidos no eran los reales sino que estaban pregrabados.
Resultados: corroboraron la predicción de Valins, según la cual, si lo importante son los cambios fisiológicos que la persona cree experimentar y no los reales, los participantes que pensaron que habían reaccionado fisiológicamente ante una fotografía, aunque en realidad no fue así, consideraron que esa fotografía era atractiva. Según Valins, estos resultados también se hubieran obtenido si se hubiera inducido farmacológicamente los cambios de la tasa cardiaca, ya que la emoción resultante era resultado exclusivo de los procesos cognitivos.
Las condiciones experimentales eran:
Grupo 1: sonido= latido. Incremento en frecuencia cardiaca.
Grupo 2: sonido= latido. Disminución en frecuencia cardiaca.
Grupo 3: sonido= distractor. Incremento en frecuencia cardiaca.
Grupo 4: sonido= distractor. Disminución en frecuencia cardiaca.
Lo más relevante de estos trabajos es que demandan de nosotros, una distinción clara entre arousal fisiológico real, y arousal percibido. Aunque normalmente nuestra percepción de arousal se corresponde con el arousal real, esto no siempre es así.
Planteamiento appraisal
Los teóricos del appraisal han realizado numerosas investigaciones con el objetivo de encontrar configuraciones de patrones de valoración específicos para los estados emocionales distintivos.
Intentaban superar las deficiencias de la aproximación evolucionista (quienes encontraron el referente de las emociones en los aspectos expresivos y los cambios corporales periféricos, pero en casos como la envidia o los celos, no había aspectos expresivos distintivos) explicando los matices emocionales tanto los determinados filogenéticamente como los que están influenciados culturalmente, a través de los patrones de valoración.
No hay una única teoría de valoración emocional, pero los teóricos coinciden en que el proceso de valoración informa si el objeto o situación en que nos encontramos, nos afecta personalmente y cómo lo hace.
Cada uno tiene en cualquier momento una serie de objetivos, deseos y metas. El proceso de valoración nos informa respecto a la relevancia que tiene lo que está aconteciendo, para nuestro entramado de metas e intereses, y la manera en que nos afecta. El estado afectivo seria consecuencia de la valoración que es un proceso que media entre las demandas, limitaciones y recursos del ambiente, por un lado, y la jerarquía de objetivos y creencias personales del sujeto, por el otro. Las valoraciones siempre están sujetas a revisión, ya que el proceso de valoración esta siempre activo, por tanto nuestros estados emocionales están en continuo flujo.
Se habla de criterios o dimensiones de valoración ya que el proceso suele ocuparse de distintos aspectos de la situación, dependiendo de las peculiaridades de esta.
El problema a la hora de investigar es que no se puede observar directamente la valoración como antecedente del estado emocional de un sujeto. Lo único que se puede usar es el autoinforme verbal, pero esta información siempre será retrospectiva y por tanto, no se tienen garantías fiables de que la información facilitada se refiera al proceso que lanza la emoción o al conocimiento cultural que todos aprendemos sobre las emociones.
El proceso es inmediato, automático, e involuntario. Sin embargo, el autoinforme es reflexivo y puede que no sea un buen referente del proceso.
EJEMPLOS DE PROCEDIMIENTOS PARA ESTUDIAR EL PROCESO DE VALORACION
Presentar al participante una lista de emociones, para que los evalúen en cuanto a presencia o ausencia de un criterio de valoración particular. Esto proporciona información sobre las dimensiones de apreciación que son relevantes para las diferentes emociones y sirve para hacer un análisis semántico de los términos emocionales.
Se elaboran historietas sobre situaciones en que se hace variar sistemáticamente las dimensiones de valoración que quieren estudiarse. Se presentan las historietas a los participantes para que las imaginen e indiquen la emoción que sentirán si la viviesen. Los participantes proporcionan respuestas imaginadas a simulaciones emocionales y a veces la mezcla de dimensiones proporciona descripciones inusuales.
El investigador recopila una serie de descripciones de situaciones emocionales experimentadas por una muestra inicial de participantes. Otro grupo emite juicios sobre el modo en que diferentes dimensiones de valoración están presentes en cada situación así como la emoción que les genera.
EJEMPLOS DE PROCEDIMIENTOS PARA ESTUDIAR EL PROCESO DE VALORACION
Los participantes recuerdan emociones intensas que les hayan ocurrido, y emiten juicios sobre las dimensiones de valoración que creen que estaban presentes en su activación.
Los participantes emiten juicios sobre las valoraciones presentes en situaciones emocionales en el momento que las están viviendo. Mientras sienten la emoción enjuician su estado emocional y las dimensiones de valoración que lo hacen posible.
Lazarus identifico 15 emociones diferentes de las cuales 9 son negativas (ira, susto, ansiedad, culpa, vergüenza, tristeza, envidia, celos y repugnancia), 4 son positivas (alegría, orgullo, alivio y amor), y 2 son tienen valencia equivoca (esperanza y compasión).
Cada una resulta de procesos de valoración diferentes y van vinculadas a una tendencia a la acción. En términos molares cada una tiene un significado global distintivo, y las configuran diferentes valoraciones moleculares.
Las dimensiones de valoración primaria detectan el modo en el que la situación afecta al bienestar y son: relevancia del objetivo, congruencia, y tipo de implicación del ego.
Las dimensiones de valoración secundaria informan respecto al modo de encarar los acontecimientos y son: la atribución causal, el potencial de afrontamiento, y las expectativas futuras.
Las diferentes salidas de estos criterios de evaluación explicarían los quince núcleos emocionales que ocupan su teoría. Ejemplo:
IRA | CULPA | ANSIEDAD | TRISTEZA | |
SIGNIFICADO GLOBAL | Ofensa degradante para mí o los míos. | Transgresión de un imperativo moral que hace uno mismo. | Enfrentarse a una amenaza existencial, a una incertidumbre. | Cuando experimentamos una perdida irrevocable. |
TENDENCIA A LA ACCIÓN | Ataque. | Impulso para reparar el daño. | Evitación o escape de la amenaza. | No hay tendencia a la acción. Sería la no-acción. |
VALORACIONES PRIMARIAS | Relevancia, incongruencia, ego para restituir autoestima. | Relevancia, incongruencia, el ego se resentiría por su transgresión moral. | Relevancia, incongruencia, el ego intenta sostener creencias o convicciones. | Relevancia, incongruencia, el ego se ve debilitado. |
VALORACIONES SECUNDARIAS | Atribución causal al otro. Potencial de afrontamiento y expectativas futuras no son necesarias pero podrían modular su intensidad. | Atribución causal: a uno mismo. Potencial de afrontamiento y expectativas modulan su intensidad. | No son relevantes ya que la ansiedad aflora por todos lados. | No hay responsable. El potencial de afrontamiento es nulo y el futuro esperanzador. |
EXPERIMENTO SMITH Y LAZARUS
Pusieron a prueba el análisis anterior utilizando el procedimiento de demanda de respuestas imaginadas ante simulaciones emocionales.
El participante leía una serie de narraciones en las cuales se iban incorporando distintas valoraciones y la tarea consistía en indicar la emoción que sentirían al vivir realmente lo que se describía. Dos narraciones iban asociadas a la ira y dos a la tristeza.
Los resultados indicaron que en todos los episodios se hicieron valoraciones elevadas de relevancia e incongruencia. Además en la situación de ira se atribuía la responsabilidad a otro, y a uno mismo en situación de culpa. En el caso de la tristeza, no se confirmaron los resultados esperados.
Relaciones emoción-cognición
La psicología tradicionalmente se ha interesado más por los procesos cognitivos que de los afectivos. En la década de los 80, Zajonc intento alterar este panorama. Para él, las reacciones afectivas tenían lugar en momentos muy tempranos, básicamente antes de que se alcanzase la elaboración completa de su significado. Afirmo también, que algunas reacciones afectivas podían tener lugar fuera de la conciencia y podían influenciar el propio procesamiento cognitivo por vías independientes. Muchos lo replicaron, por ejemplo, para Lazarus era inaceptable desvincular los afectos de las cogniciones. El resultado de esta polémica fue el acercamiento progresivo al estudio de estas dos áreas disociadas: las cogniciones y los afectos. Se intentaba ir acotando las relaciones emoción-cognición en términos de procesos y mecanismos.
Öhman a finales de los setenta desarrollo un modelo teórico (que ha ido modificando a lo largo del tiempo) en el que se delimitaban las características automáticas versus controladas de los mecanismos implicados en la generación de una emoción. Postula que los humanos como otros mamíferos, somos capaces de registrar gran número de canales perceptivos para localizar en nuestro entorno, eventos relevantes. Esa abundante información entrante es acogida por algunos mecanismos preatencionales para ser analizada, tanto física como semánticamente. Si se detectan estímulos relevantes, el procesamiento automático pasa a ser controlado, y se analizaría de modo más elaborado, la información. La detección de relevancia también va asociada a una respuesta afectiva automática, poco precisa, que incorporaría ciertos elementos de orientación y defensa. Se diferencia entre procesos automáticos y controlados, vinculados a la emoción. Postula que las emociones tendrían orígenes no conscientes o preatencionales, y que la conciencia emocional solo tiene lugar en una etapa de procesamiento tardía. La reacción afectiva la sitúa en el paso de información desde unos mecanismos a otros.
Para contrastar estas ideas empíricamente, Öhman necesitada una tarea de laboratorio en la que se pueda disociar el procesamiento automático del controlado, y que ofreciese información de que el primero había lanzado la reacción afectiva. Uso el paradigma de condicionamiento aversivo.
EXPERIMENTO ÖHMAN
Los participantes pasan por una tarea de condicionamiento, en la reciben cuatro ensayos de habituación, doce de adquisición, y seis de extinción.
En un grupo los EC ́s son dos diapositivas de rostros alegres, y dos de rostros tristes, el EI una descarga eléctrica, y se registra la conductancia de la piel como variable dependiente.
En el ensayo de habituación se presenta exclusivamente el EC.
En el ensayo de adquisición se presenta en la mitad de ocasiones un EC+ acompañado de EI. Y EC-solo, sin EI, siendo EC+ y EC- rostros de la misma categoría.
En los ensayos de extinción se presenta solo el EC.
Entre EC+ y EI transcurren 500 ms. Y la duración del EC es entre 50 y 200 ms.
Resultados:
En el primer y segundo ensayo de habituación, se observa respuestas de actividad electrodermal que desaparecen en los siguientes ensayos.
En la adquisición, al principio se observa actividad electrodermal solo cuando aparece el EI. Pero luego, tras algunos emparejamientos, se observa actividad cuando aparece el EC+ ya que se está aprendiendo a anticipar el EI. Ante el EC- no hay respuestas.
En la extinción, en el primer y segundo ensayo ocurre lo mismo que la adquisición, pero en ensayos posteriores ya no hay respuestas ante el EC+. También se observa el efecto de resistencia a la extinción, según el cual los EC+ que han estado filogenéticamente vinculados al sistema de defensa (rostros de ira, serpientes, etc.) requieren más ensayos para conseguir la extinción.
Öhman incorpora manipulaciones adicionales para poner a prueba su modelo teórico utilizando el enmascaramiento hacia atrás para impedir que en la fase de extinción los EC ́s tengan acceso a la conciencia.
Antes la duración del EC en la extinción era de entre 50 y 200 ms, y ahora en la extinción el EC se presenta duran 30 ms y va seguido inmediatamente por otra diapositiva neutral que actúa como mascara y aparece otros 30 ms. Así el participante no es capaz de reconocer el EC.
La clave es si bajo estas condiciones de procesamiento no consciente los participantes siguen mostrando el efecto de resistencia a la extinción. En caso de que sea así, la reacción afectiva estaría lanzada desde mecanismos automáticos.
Los resultados confirmaron estas predicciones y así se apoya la hipótesis básica del modelo, que los estímulos emocionales son capaces de evocar respuestas fisiológicas después de un análisis muy rápido e incluso aunque su acceso a la conciencia quede bloqueado.
Memoria y emoción
Las investigaciones de Bower de los últimos veinticinco años, ponen de manifiesto que la percepción, la atención, el aprendizaje, el recuerdo, y los juicios que hacemos sobre los acontecimientos cotidianos pueden estar muy influenciados por los estado de ánimo que sentimos cuando tienen lugar esos procesos cognitivos.
Sus investigaciones cuestionan el mito de la racionalidad humana. Podemos ser objetivos y analíticos, y reflexionar fríamente, pero muchas de nuestras decisiones e interpretaciones de los acontecimientos, están influenciadas por nuestros afectos y estados de ánimo.
Para estudiar la influencia del estado de ánimo con el aprendizaje y la memoria, se usa tareas en las que suele manipularse el contenido emocional de lo que hay que aprender o recordar, y el estado afectivo del quien aprende o recuerdo en el momento de codificar el material o recuperarlo.
Lo habitual es manipular más de una variable e investigar sus interacciones. Cada uno de los efectos de la interacción tiene una denominación específica.
Hay tres posibles manipulaciones:
Aprendizaje congruente e incongruente con el estado de ánimo.
- El aprendizaje es congruente si la ejecución es superior cuando coinciden las valencias del estado de ánimo de quien aprende y el materia aprendido. El aprendizaje es incongruente si el recuerdo es superior cuando difieren dichas valencias.
Recuerdo congruente e incongruente con el estado de ánimo
- El recuerdo es congruente cuando se ve favorecido porque coincide el estado afectivo de quien recupera y la valencia de la información. El recuerdo es incongruente si se ve favorecido cuando son diferentes.
Recuerdo dependiente del estado de ánimo
- Cuando coincide el estado de ánimo en el momento de codificación y de recuperación, el recuerdo se ve favorecido en comparación a cuando el estado de ánimo es distinto.
EXPERIMENTOS BOWER
Caso 1: Efecto del aprendizaje congruente con el estado de ánimo.
Mediante hipnosis, se induce a un grupo de participantes un estado de alegría, y a otro grupo de tristeza.
En este estado debían leer una narración sobre dos compañeros de colegio que jugaban al tenis, estando uno de ellos triste y fracasado y el otro alegre y triunfador.
Después de leer, el participante debía identificarse con uno de ellos.
Al día siguiente bajo un estado emocional neutral se le pedían que recordasen la narración.
Resultados: quien estaba alegre durante la lectura, se identificaba con el personaje alegre, y recordaba mas hechos relacionados con él. Y ocurría el caso inverso, con los que estaban tristes durante la narración. Se manipulo la valencia del material que debían aprender y el estado de ánimo al codificarlo.
Caso 2: Efecto del recuerdo dependiente del estado de ánimo.
Los participantes en tres momentos diferenciados aprendían una lista de prueba, otra de interferencia, y recordaban la primera. Cada lista tenía 16 palabras y se uso una lista de recuerdo libre.
Mientras hacían estas tareas se manipulo mediante hipnosis, el estado de ánimo. Se podía experimentar el mismo estado de ánimo, al codificar la primera y al recordarla, o experimentar estado de ánimo distintos en cada momento.
Y el estado de ánimo durante el recuerdo podía coincidir o no con el que estaba presente en el momento de aprender la lista de interferencia.
La condición de control mantenía el mismo estado de ánimo en los tres momentos.
Resultados: se obtenía mejor resultado en la lista de prueba, cuando coincidía el estado de ánimo al aprender y al recordar, y éste era distinto al que tenían cuando aprendían la lista de interferencia.
Caso 3: Efecto de recuerdo congruente con el estado de ánimo.
Mediante hipnosis se induce alegría o tristeza a dos grupos de participantes.
Debían describir una serie de incidentes que les hubiesen ocurrido durante los 15 años.
Al día siguiente, bajo estado emocional neutral, debían categorizar las situaciones recordadas como placenteras, no placenteras o neutrales.
Bower explica estos efectos con un modelo de red asociativa, semejante a los que previamente había utilizado para explicar el recuerdo de material no afectivo. Pero incorporo nodos de emoción que estaban sujetos a los procesos de activación y expansión de la activación, como cualquier otro nodo de la red. Este modelo tuvo un poder explicativo importante pero pronto mostro sus limitaciones. Los modelos posteriores incorporaron aspectos motivacionales y de autorregulación afectiva.
Aportaciones de la neurofisiología
LeDoux utilizo en sus investigaciones con animales, técnicas de lesión y rastreo. Primero hace que las ratas pasen por un procedimiento de condicionamiento aversivo, y luego les lesiona diferentes partes de los núcleos cerebrales, para observar de qué modo afecta a la reacción de miedo condicionado. El EC era un sonido o una luz y el EI una descarga.
Los resultados demostraron que una lesión en la corteza sensorial auditiva no provocaba cambios en la reacción ante el miedo. Sí lo hacia una lesión del tálamo sensorial. Según esto, estableció, que hay dos vías de lanzamiento de miedo. Una es rápida y conecta el tálamo auditivo con la amígdala. Y la otra es más lenta, y conecta el tálamo, a través de la corteza auditiva, con la amígdala. También se comprobó en otros estudios que el hipocampo se comunica con el núcleo lateral de la amígdala probablemente aportando información contextual sobre la situación de condicionamiento, y que una lesión en el núcleo central de la amígdala impide la reacción de miedo.
Lo importante es que se aporto evidencia neurofisiológica convergente respecto al lanzamiento no cortical de la reacción de miedo.
Tanto Öhman como LeDoux establecen que la reacción de miedo condicionado temprano, no requiere mediación cortical (en términos de Öhman procesamiento consciente o controlado).
Damasio ha estudiado clínicamente pacientes con lesiones cerebrales con el fin de comprender mejor los diversos núcleos que están implicados en el procesamiento afectivo. Los resultados indicaron que los pacientes con lesiones bilaterales en la amígdala no adquieren respuestas condicionadas aunque decían que recordaban lo ocurrido (no procesaban afectivamente la tarea, pero si lo hacían en términos declarativos).
El paciente con lesión bilateral en el hipocampo mostraba condicionamiento pero no era capaz de recordar la secuencia de estímulos (no procesa en términos explícitos). Y por último, en los pacientes con lesiones bilaterales tanto en hipocampo como amígdala, no había condicionamiento ni recuerdo. Esto apoya la disociación entre aprendizaje emocional y declarativo en los humanos.
Whalen hizo una investigación para ver si la amígdala se activa en respuesta a estímulos que no se reconocen explícitamente. Recrearon el procedimiento de enmascaramiento hacia atrás usado por Öhman.
Los resultados mostraron que la amígdala se activaba en respuesta a los rostros de miedo enmascarado, mientras disminuía su activación ante rostros alegres.