La alegría, la tristeza y la ira

La alegría, la tristeza y la ira

Alegría

DEFINICION: es el sentimiento positivo que surge cuando la persona experimenta una atenuación en su estado de malestar, cuando consigue una meta o cuando tiene una experiencia estética. Su duración es breve y ocasionalmente se experimenta un estado de placer intenso o éxtasis. Se encuentra dentro del nivel más básico de las emociones de bienestar. Sus manifestaciones especificas y su intensidad estarán determinadas por el grado de deseabilidad del acontecimientos, por la realidad del desencadenante (aprobar un examen vs. Hacernos millonarios), la proximidad psicológica del acontecimiento, la cualidad de inesperado y el nivel de activación o excitación fisiológica previa.

DESENCADENANTES: Algunos atenúan o eliminan contingencias negativas: alivio de dolor físico, posibilidad de tener contacto social, resolución favorable de una situación crítica, o la mitigación de emociones negativas.

Otros desencadenantes se relacionan con la ocurrencia de acontecimientos positivos: estimulación placentera, experiencia estética, o recibir reconocimiento.

Ambos tipos pueden ocasionar alegría aun cuando los sufre otra persona. La alegría por el mal ajeno se refiere a sentirnos alegres por la desventura que sufre otro. La alegría hilarante (aquella que cursa sonrisas y risas o carcajadas) se desencadena por la exposición a situaciones cómicas, la estimulación táctil, la contemplación de otros que se hayan bajo este estado, por uso de determinadas sustancias químicas, o por la transgresión de determinadas normas.

MODULADORES El carácter extrovertido se asocia con mayor experiencia de afecto positivo. La jovialidad (rasgo de la extroversión) facilita la inducción de este afecto positivo. La seriedad y el mal humor, sin embargo, frenan el afloramiento de júbilo. El modelo factorial de jovialidad estado-rasgo, analiza estos tres factores. Según éste modelo, se concluye que el nivel de jovialidad es mejor predictor del nivel de alegría, que la extroversión. Además personas con puntuación alta en jovialidad muestran signos faciales de alborozo con más frecuencia, intensidad, y duración que aquellas que puntúan bajo. También se observo un efecto acumulativo según el cual, la exposición a sucesivos episodios de alegría producen un aumento en el nivel de jovialidad.

El consumo de alcohol y drogas psicoactivas son capaces de modificar el umbral de inducción de la alegría, inhibiendo o facilitando su manifestación en función de la dosis, la tolerancia y el tiempo transcurrido. La intoxicación inducida puede llevarnos a estados de euforia intensa, bajo el que estímulos irrelevantes son poderosos activadores de alegría.

Por último, el contexto sociocultural determina cuando, donde y con quien puede expresarse esta emoción. Este efecto regulador de la socialización no tiene un carácter discreto sino que se extiende a lo largo de un continuo de intensidad.

PROCESAMIENTO COGNITIVO: el proceso se inicia ante un objeto que aparece de forma muy rápida, y sorpresivamente. Por lo que su grado de predictibilidad es bajo. Ese estimulo se valora como positivo, posee una alta relevancia para el sujeto y aunque su ocurrencia no era esperada, sí los son sus consecuencias. Este suceso suele ser valorado como consonante con los planes de la persona y como una ayuda a su culminación. En un primer momento, el suceso acapara toda la atención, pero luego, la atención se libera y el grado de urgencia para afrontar la situación es bajo. La causa suele ser otra persona o un objeto, por lo que el sujeto puede ejercer poco control, y dado que es agradable, se adapta fácilmente. El grado de intimidad y proximidad afectiva determinaran el modo de expresión emocional. Aunque al ser un sentimiento desbordante, muchas veces es difícil la modulación normativa.

FUNCIONES: atenúa la respuesta fisiológica al estrés, y agiliza el reajuste homeostático del organismo tras afrontar una situación estresante. Atenúa los correlatos psicológicos propios de las emociones negativas (ej.: reduce ansiedad). Facilita la posibilidad de explorar nuevas alternativas de afrontamiento. Es un reforzador intrínseco que lleva a la persona a esforzarse y persistir en sus metas. Regula la interacción social (informa de nuestra buena disposición para mantener una relación). Algunos componentes son aprendidos y están cargados culturalmente como la sonrisa fingida, y otros tienen una alta carga genética como la sonrisa de un bebe que ejerce una poderosa atracción sobre el adulto induciéndolo a interactuar positivamente con él. Su retirada le indicara también al adulto, que el niño está sobrecargado o que la interacción ya no es agradable. Además de favorecer las interacciones amistosas, inhibe el comportamiento hostil. También favorece nuestra disposición a desarrollar conductas prosociales.

EFECTOS SUBJETIVOS: es experimentada como una vivencia placentera y de carácter reforzante.

El sujeto se siente complacido, embargado por el júbilo, contento, lo que da pie a una actitud optimista, favorece el incremento de la autoestima y la confianza en las propias capacidades. La experiencia optima o de flujo, también llamada autotélica o autogratificante, es una clase de vivencia que resulta tan enriquecedora y gozosa que aunque no tuviera ninguna consecuencia positiva para la persona, merece la pena en sí misma.

ACTIVIDAD FISIOLOGICA: disminuye el tono muscular y los movimientos paroxísticos del tronco y hombros. No se altera el ritmo respiratorio, pero se da una mayor frecuencia expiratoria. Se producen movimientos sacádicos de baja amplitud y alta frecuencia que se corresponden con el carcajeo y tienen su origen en las contracciones del diafragma y los abdominales. Se produce una ligera aceleración de la frecuencia cardiaca, aumento de la presión sistólica y diastólica, y del volumen sanguíneo. Se dan fluctuaciones notorias en la actividad electrodérmica. Se observo que la alegría puede motivar modificaciones endocrinas diversas (incremento de endorfinas) aunque aún está pendiente de contrastación empírica. También se relaja el esfínter y se llora “de la risa”.

EXPRESION CORPORAL: se elevan los pómulos y se estrecha la apertura palpebral, se elevan y retraen bilateralmente la comisura labial, y se separan los labios.

La sonrisa sentida, genuina, o autentica acompaña al sentimiento de una emoción positiva. Implica la contracción de los músculos cigomático mayor, de la porción orbital del orbicular del parpado, lo que hace que se estiren los labios, se eleven las mejillas, y se agoste la apertura de parpados. El gesto confluye con el sentimiento de alegría.

La sonrisa falsa o fingida es un gesto afectivamente vacio, que trata de aparentar un sentimiento positivo que realmente no está ocurriendo. Se simula experimentar alegría. Juega un papel clave en la interacción social, indicando aceptación, disposición para interactuar, o para dar buena imagen de nosotros. La contracción muscular es menos intensa y la expresión del gesto menos marcada.

La sonrisa enmascarada o miserable se da cuando una persona está experimentando una emoción negativa e intenta ocultarla aparentando un sentimiento positivo. No solo se compone una expresión afectiva, sino que se debe inhibir otra.

En las dos sonrisas falsas hay una baja o nula activación del orbicular de los parpados, y se observa asimetría en el rostro. La expresión emocional se desdibuja súbitamente o se manifiesta durante periodos de tiempos exageradamente largos. En estos casos solo está implicada la corteza motora y su sistema piramidal. El gesto se construye de forma voluntaria. Una lesión en el cortex motor impedirá al paciente reírse voluntariamente, a propósito, pero sí lo hará de forma espontanea o involuntaria. Una lesión en el sistema límbico o en los ganglios basales permite al paciente reírse voluntariamente pero sin emoción. Se presenta la parálisis facial inversa o emocional, que hace que no se active la sonrisa emocional o autentica.

La risa, implica además un soporte muscular más complejo que la sonrisa. Y a medida que vaya aumentando el nivel de júbilo, se van produciendo movimientos de extremidades, del trono, caída al suelo, búsqueda de apoyo, convulsiones o temblores.

AFRONTAMIENTO: la alegría plantea un bajo nivel de demanda, la persona dispone de recursos suficientes para hacer frente a los requerimientos asociados a la experiencia emocional. También actúa como un atenuador, ya que facilita el restablecimiento de diferentes parámetros biológicos y psicológicos alterados durante procesos emocionales negativos. A nivel cognitivo, genera una actitud más positiva en cuanto a la categorización y afrontamiento de la realidad. Se optimiza el rendimiento cognitivo y se mejoran las tendencias afiliativas y relacionales de la persona.

MEDIDA: FACS, MAX. FAST (Facial Affect Scoring Technique) facilita el reconocimiento de diferentes expresiones faciales proporcionando una especie de catalogo de las mismas. La STCI (State-Trait Cheerfulness Inventory) facilita la medida de los tras constructos (jovialidad, seriedad y malhumor) del modelo de “Jovialidad estado- rango”.

CONSECUENCIAS: facilitan el recuerdo de información positiva. Nos volvemos más cautelosos con el fin de preservar el mayor tiempo posible este estado afectivo. Para ello desatendemos información negativa y evitamos implicarnos en actividades complejas o poco gratas. Se promueven conductas que alienten el gozo. Se incrementa la flexibilidad cognitiva, nos resulta fácil planificar y adoptamos decisiones de forma rápida.

La alegría influye sobre nuestra conducta social, ya que somos más generosos, prestamos más ayuda, y asumimos responsabilidades, nos sentimos más abiertos, y nos sentimos más afines con aquellos que también están alegres.

A veces la alegría puede perder su carácter adaptativo. La hipomanía es la manifestación mas moderada, y la manía, la más extrema. Durante un episodio maniaco, se producen alteraciones cognitivas que se traducen en sentimientos de grandiosidad y exaltación de la propia estima. Las creencias delirantes representan una exageración de las capacidad y posibilidades reales del paciente. Se reduce la necesidad de sueño, y se manifiesta una marcada hiperactividad. El humor eufórico puede convertirse en irritabilidad, hostilidad y agresividad. Y a veces se puede derivar en depresión.

Tristeza

DEFINICION: es el sentimiento negativo que se caracteriza por un decaimiento en el estado de ánimo habitual que se acompaña de una reducción significativa en su nivel de actividad cognitiva y conductual y cuya experiencia subjetiva oscila entre la congoja leve y la pena intensa. Los estados de “gozosa tristeza” se dan cuando nos complacemos con la conmiseración propia, e inmersos en un estado de autarquía afectiva, sentimos piedad por nosotros mismos. La tristeza también puede surgir como respuesta a una emoción positiva tan intensa que se torna dañina (saberse por fin libre de una enfermedad), en estos casos se genera un gozo tan intenso que desborda la capacidad de la persona para manejarlo, estimulando de este modo la emergencia de un estado de aflicción más o menos intenso que sume al individuo en un desconcierto emocional transitorio.

DESENCADENANTES: la tristeza surge ante situaciones que suponen una pérdida de una meta valiosa para la persona, o porque aparece una contingencia aversiva. La decepción y el desagrado son comunes en la ira y en la tristeza. Y una misma situación puede desencadenar ambas emociones. esto dependerá del convencimiento de la persona sobre la posibilidad de hacer algo o no para recuperar la meta o neutralizar el estimulo aversivo. Si la persona cree que no existe plan alguno que le permita restablecer la meta, sentirá tristeza que lo empujara al abandono de la meta o a su sustitución. En caso contrario sentirá ira que hará que se centre en la recuperación de la meta.

En el procesamiento emocional de la tristeza el resultado de la evaluación deber ser de pérdida o fracaso de una meta u objeto, que no debe ser necesariamente permanente y puede no ser personal, sino que afecta a otros. Las metas con respecto a las que se evalúa la perdida pueden tener diferente proyección temporal situándose en el pasado, presente o futuro. La experiencia subjetiva oscilara entre una tristeza leve y de corta duración a una melancolía intensa y perdurable que puede tener hasta consecuencia patológicas para la persona.

MODULADORES: la personas con neuroticismo acusado muestran alta inestabilidad emocional, autoimagen negativa, baja autoestima, tendencia a la autocritica, alta propensión a experimentar culpa, y mala dinámica relacional, todo esto hace que la persona sienta frecuentemente tristeza, desesperanza y depresión.

La extroversión anima al neurótico a la búsqueda de relaciones sociales. Esto puede ser beneficioso porque favorece la formación de una red de apoyo social, y también puede ser un factor de descompensación afectiva ya que incrementa las posibilidades de que el sujeto se vea inmerso en situaciones de conflicto.

En el caso del introvertido, las limitadas relaciones sociales lo preservan de situaciones interpersonales potencialmente comprometidas, pero le priva del refuerzo positivo.

La persona pesimista tiende a creer que las contingencias positivas se deben a causas externas, inestables y especificas. Este estilo atributivo produce las carencias propias de la indefensión aprendida, entre ellas, la tristeza.

La persona melancólica suele tener un excesivo afán por el orden, la sobriedad, el sentido del deber, la escrupulosidad moral y la pulcritud. Esta estructura excesivamente rígida, debido a su poca capacidad de adaptación, se afecta gravemente cuando se plantea una perdida.

El estado psicológico de indefensión aprendida se desarrolla cuando la persona tiene el convencimiento de que sus conductas voluntarias no influyen en forma alguna en el logro de resultados deseados. El sujeto, por tanto, reduce su nivel de actividad, desarrolla una actitud pesimista y se siente apático y triste en extremo. Si la persona hace atribuciones del tipo de internas, generales y estables ante los sucesos negativos, tendera a generar un estado de indefensión marcado por el sentimiento de tristeza.

El autocontrol que incluye la autovaloración y el autorrefuerzo es una variable que se relaciona con el sentimiento de tristeza y depresión.

También se observo que existen esquemas cognitivos que distorsionan la percepción de la realidad, llevando a la persona a cometer errores en sus procesos de razonamiento. Esto le induce a elaborar una visión negativa del entorno, de sí misma, y de su proyección de futuro.

La persona deprimida tiende a sesgar negativamente la percepción de la respuesta afectiva del otro. Esto se asocia con la producción de conductas y respuestas menos adaptadas.

La persona deprimida filtra sus recuerdos activando con más frecuencia los de carácter negativo.

Esto se da solo cuando la tristeza es no patológica.

Desde una perspectiva estrictamente conductista se cree que la reducción drástica de la cantidad de reforzamiento positivo, y la carencia de habilidades sociales que modulan la posibilidad y cantidad de refuerzo social que recibimos de los demás, son factores desencadenantes de tristeza extrema.

Desde otra perspectiva, se considera que el déficit en el refuerzo no se debe tanto a las habilidades sociales, sino a la capacidad para resolver problemas interpersonales. Estudios demuestran que los pacientes más tristes, tienen una capacidad menor para hacer frente a situaciones socialmente conflictivas, pero no a situaciones conflictivas no sociales.

No en todas las culturas la tristeza se considera como algo negativo. Por ejemplo en culturas asiáticas tiene un valor hedónico positivo ya que se considera un paso más en el camino del perfeccionamiento que lleva a la salvación.

También ha tenido distinta valoración a lo largo de la historia: en la Inglaterra del siglo XVII se sentía orgullo ya que se relacionaba la tristeza con el enfrentamiento de dificultades, pero en Francia entre el siglo XVIII y XIX, paso de considerarse como algo grato, a reprimirse y considerarla como signo de falta de control.

La falta de autocontrol y la solicitud de ayuda a otros, son los dos rasgaos que matizan su aceptación o rechazo en un sociedad. En sociedades individualistas, la carencia de autodominio y las actitudes dependientes no son bien vistas, sin embargo en sociedades colectivistas la tristeza estrecha los vínculos sociales, y anima al comportamiento compasivo y altruista.

PROCESAMIENTO COGNITIVO: la tristeza aparece ante situaciones poco sorpresivas, habiendo dos estadios, en el primero el causante es altamente sorpresivo y aparecen otras emociones como ira, miedo o ansiedad. Y es una vez que se llega al convencimiento de que no hay otra opción posible, cuando aparece la tristeza. La familiaridad con el suceso es baja y su ocurrencia poco predecible.

La persona lo valora como una contingencia desagradable y que hace que se sienta desamparada ante él. El suceso tiene una gran importancia para el sujeto y le aboca al abandono de sus metas.

Sus consecuencias negativas ya habían sido anticipadas antes de que se desencadenara la emoción. La urgencia de intervención es baja. El sujeto es consciente de su bajo potencial de respuesta a esta situación y de su escaso control que puede ejercer sobre ella. Dada la falta de planes de acción para afrontar el suceso emocional la valoración de su adecuación a las normas externas, es nula. No se solicitara ayuda y apoyo si se considera que dañara nuestra autoimagen.

FUNCIONES: ralentiza el nivel funcional del sujeto, afectando a sus procesos cognitivos y a su conducta manifiesta. Impide un derroche innecesario de energía. Reduce la atención centrada en el entorno y favorece la enfocada a uno mismo. Lo que contribuye a economizar recursos, autoprotegernos (impide el procesamiento de estímulos inductores de tristeza) y favorecer la introspección y el análisis constructivo. Con cierta frecuencia tendemos a buscar cobijo afectivo y apoyo social ante situaciones de conflicto intenso. La persona triste genera empatía en los otros, haciendo que se identifiquen con su estado emocional (emoción mimética) pero al no estar tan desesperanzados y desalentados, le permiten ver a la persona triste, las cosas desde otra perspectiva, aplicar sus procesos cognitivos (no influenciados por la tristeza), buscar soluciones creativas, facilitándole apoyo y comprensión; reforzándose así, los vínculos sociales. Aunque una persona crónicamente triste acabara a menudo siendo evitada por el grupo.

EFECTOS SUBJETIVOS: la persona se siente abatida, impotente, afligida, desanimada, y sin fuerzas.

En su expresión más intensa se produce un intenso desconcierto y bloqueo funcional. Los procesos cognitivos se ralentizan y sesgan los aspectos más negativos de uno mismo y del entorno. Se adopta una actitud pesimista y la atención se orienta hacia adentro. Estamos predispuestos a realizar reflexiones de largo alcance.

ACTIVIDAD FISIOLOGICA: activación del cortex prefrontal medial que tiene una función general en el procesamiento emocional o sea que se activa con otras emociones, y activación del cortex cingulado subcalloso que está vinculado más específicamente a la tristeza. La serotonina y la noradrenalina actúan sobre las áreas cerebrales implicadas en el proceso emocional de la tristeza, e intervienen en la regulación del “eje hipotálamo-hipofiso-adrenal” (HPA). Este sistema es clave en la regulación de las reacciones de enfrentamiento-huida y de las respuestas al estrés. Cuando se detecta una amenaza contra el bienestar físico o psicológico, el factor liberador de la corticotropina segregado por el hipotálamo hace que la hipófisis anterior produzca la hormona adrenocorticotropa. Ésta estimula la secreción de cortisol por la corteza suprarrenal. Todo esto prepara al organismo para la conducta de huida-enfrentamiento. Interrumpiendo cualquier actividad que no esté orientada a la autoprotección. Hace que se reduzca la sensación de hambre y el impulso sexual, e intensifica el estado de alerta. Además, el cortisol aumenta la concentración de azúcar en sangre y el ritmo cardiaco, inhibiendo una respuesta inmunitaria excesiva. Una excesiva activación del eje HPA puede ser perjudicial y favorecer la aparición de depresión.

Se observa hipoactivacion del lóbulo frontal izquierdo en pacientes depresivos, en pacientes que estuvieron depresivos pero no lo están en el momento del estudio y en adolescentes con madres que sufren trastorno emocional; siendo un factor de predisposición para la depresión En cambio, se observa hiperactivacion del lóbulo frontal izquierdo en sujetos libres de depresión y con alto nivel de afectividad positiva.

Se observa elevación del tono muscular, y una reducción cuando la intensidad de la tristeza es alta, el ritmo respiratorio de mantiene estable y se observan cambios en la amplitud de respiración. El corazón late con frecuencia algo mayor, pero el volumen de sangre bombeado se reduce. Aumenta la resistencia vascular periférica y los niveles de presión sanguínea sistólica y diastólica. Aumenta el nivel de conductancia de la piel, siendo la emoción que alcanza los niveles más altos. En la depresión, aumenta considerablemente el nivel de cortisol en sangre lo que refleja una disfunción en el eje HPA que puede constituir una causa de algunos cuadros depresivos.

EXPRESIÓN CORPORAL: elevación de extremos de las cejas, desplazamiento hacia debajo de la comisura de los labios, ascenso de los pómulos y estrechamiento de la apertura palpebral, apariencia más notoria del repliegue nasolabial, inclinación de la cabeza, mirada hacia abajo, o fijada en un punto indeterminado. Intervienen los músculos: frontal, piramidal, superciliar, mentoniano y el depresor del ángulo de la boca. Cuanto más acusada sea la emoción, observaremos que el sujeto esta cabizbajo, con la espalda arqueada hacia adelante, los hombros caídos, los brazos tendidos a lo largo del cuerpo, con un caminar pausado y costoso. La pena se expresa también con llanto que permite comunicar de forma no verbal el sentimiento doloroso, y consigue empatía, atención y consuelo por parte de los otros. En la niñez e infancia, la tristeza aparece de forma sincera, en la edad adulta disminuye ya que las normas sociales fomentan su inhibición.

AFRONTAMIENTO: el retraimiento se refiere a que la persona entristecida se repliega sobre sí misma, aislándose en cierta medida lo que posibilita otras medidas de afrontamiento. La moderación funcional se refiere a que la tristeza modera y atenúa el nivel de funcionamiento general de individuo. Tanto la actividad conductual y cognitiva suelen ser altas en los momentos previos a la emergencia de la tristeza. El impacto social se refiere a que la tristeza es una de las emociones con mayor efecto catalizador sobre el apoyo social y afectivo. Ya que nos hace más propensos a buscar alivio en el contacto social y afectivos, aunque a veces se da la reacción opuesta y rehuimos a la interacción con los demás y mostramos una extrema actitud de retraimiento e introversión (esto ocurre cuando la situación de conflicto daño nuestra autoestima o imagen social).

MEDIDA: FACS, MAX.

Escala de afecto positivo y negativo (PANAS: Positive and negative Affect Schedule): mide de forma rápida el afecto positivo y negativo. Son 10 items a los que se les debe asignar un valor en un continuo de 5 puntos.

Cuestionario de pensamiento automáticos (ATQ: Automatic Thoughts Questionnaire): 60 items que evalúan la frecuencia con la que una persona experimenta pensamientos automáticos de carácter positivo y negativo. Sirve para evaluar los cambios en la proporción de pensamiento positivo-negativo que experimentan pacientes que están en terapia.

Cuestionario de estilo atribucional (ASQ: Attributional Style Questionnarie): mide las tres dimensiones de atribución causal de la teoría de la indefensión aprendida: interno-externo, estable-inestable, global-especifico. Se plantean 12 situaciones y el sujeto tiene que determinar la causa de cada una.

Escala de Hamilton para la evaluación de la depresión (HRSD: Hamilton Rating Scale for Depresion): sirve para determinar la severidad de la depresión y se compone de 21 items.

Inventario de depresión de Beck (BDI: Beck Depresion Inventory): sirve para cuantificar la intensidad de cuadros depresivos. Se compone de 21 ítems y el sujeto valora cada elemento con una escala de 4 puntos.

CONSECUENCIAS: atenúa la atención hacia el ambiente procurando cierto aislamiento estimular que pudiera dañar al sujeto y favoreciendo la autoevaluación y reflexión. Hay una menor propensión a usar juicios heurísticos, y en su lugar, a guiarse por procedimientos rígidos y estereotipados. Se siguen al pie de la letra procedimientos tradicionales y se es incapaz de explorar nuevas alternativas. Sin embargo, no siempre ocurre esto. La tristeza es una señal que nos informa que la situación en la que nos hallamos inmersos es conflictiva y que por eso debemos proceder con cautela. La prudencia hace que prestemos atención a los detalles de la situación, y nos obliga a ser estrictos, rígido y a anular nuestra creatividad.

La tristeza extrema adopta un cariz incapacitante que desemboca en una depresión. Se siente una melancolía profunda que junto con la incapacidad de experimentar placer (anhedonia) impregnan los procesos mentales de la persona y su interacción con el medio. El paciente se instala en una actitud pesimista y de desinterés que alcanza todos los ámbitos de su vida. El pensamiento sufre alteraciones en su curso y en su contenido. La reflexión mental es lenta y costosa, y se dedica preferentemente a la elaboración de contenidos negativos. La atención y la concentración disminuyen de forma notoria. Si se suma la falta de memoria, se llama pseudodemencia depresiva, por su similitud con la expresión propia de cuadros de demencia. Al actividad y nivel de rendimiento del paciente se hallan muy por debajo de lo normal. Se sufren alteraciones de los ritmos biológicos (sueño y apetito). Y se producen efectos fisiológicos como dolor de cabeza, ausencia de menstruación, palpitaciones, cansancio crónico, etc.

Ira

DEFINICION: es el sentimiento que emerge cuando la persona se ve sometida a situaciones que le producen frustración o que le resultan aversivas. Es un proceso vigorizador que urge a la acción, interrumpiendo los procesos cognitivos que se hallan en curso, centrando la atención y la expresión de afectos negativos en el agente que la instiga, y actuando como defensa en situaciones que comprometen la integridad física o autoimagen y la propia estima. No se debe considerar la ira de forma peyorativa, ni que es un afecto básicamente destructivo, ni que la persona debe anular o modular su emergencia. Ya que pocas emociones permiten emprender y mantener planes de acción con la intensidad y determinación con que lo hace la ira. La ira es una emoción primaria que dota de energía y facilita las transacciones del sujeto con el medio. No es sinónimo de hostilidad (conlleva animadversión hacia el agente provocador) ni de agresividad (propensión a desplegar un tipo de conducta que supone confrontación con el agente inductor con ánimo de causarle daño). Aunque pueden manifestarse simultáneamente ninguno de ellos es condición necesaria ni suficiente para la ocurrencia de los otros dos.

DESENCADENANTES: Hay situaciones aversivas (experiencias desagradables o inductoras de dolor) y situaciones que producen frustración (obstrucción del acceso a una meta, transgresión de normas y derechos, o extinción de contingencias aprendidas).

MODULADORES: las personas extrovertidas experimentan menos sentimientos de ira que los introvertidos. pero muestran un alto nivel de activación fisiológica y conductual. Se da una discrepancia entre los sentimientos y los correlatos fisiológicos y conductuales asociados a la misma. Podría ser porque el rechazo de experiencias negativas permitiría a los extrovertidos preservar su estado de bienestar subjetivo.

Una alta inestabilidad emocional (neuroticismo) lleva a experimentar ira de forma más frecuente e intensa. Y se da el efecto contrario que en los extravertidos, muestran una acusada reactividad emocional que no tiene contrapartida a nivel fisiológico y conductual.

Personas con alta autoestima y alto narcisismo son más proclives a la cólera. Puntúan bajo en la escala de control y alto en la escala de reacción a la provocación. Para proteger su autoestima se encolerizan fácilmente.

Personas con alta autoestima y bajo narcisismo tienen una visión mucho más realista de sus cualidades positivas, lo que los hace sentir menos amenazados y frustrados por las valoraciones de los otros, por eso tienen menos predisposición a experimentar ira.

Los sentimientos de ira modulan nuestra conducta interpersonal. Y a través de los agentes de socialización (padres, amigos, etc.) y del contexto cultural, se regulariza su expresión en la interacción con otros.

La ira no está culturalmente sancionada. En todas las sociedades se acepta la expresión normalizada y constructiva de la ira. Además suele asociarse con el éxito académico, profesional y social. En las sociedades individualistas donde entre otras cosas se potencia la expresión de las emociones y la defensa de los propios intereses, la manifestación de la ira es mucho mayor que en culturas colectivistas en las cuales prima el mantenimiento de la armonía grupal y las normas sociales fuerzan el autocontrol de la cólera animando a minimizar la expresión abierta de las emociones.

PROCESAMIENTO COGNITIVO: la ira emerge en respuesta a una contingencia que se plantea de forma súbita y sorprendente. La capacidad de impresionar está determinada porque el sujeto tiene poca o nula experiencia con el estimulo instigador, y porque tenemos poca capacidad para anticipar la ocurrencia de esta situación lo que genera indefensión. Son contingencias poco predecibles y sobre las que tenemos bajo nivel de control. La situación tiene connotaciones desagradables para la persona, la cual se siente trastornada, alienada, descompensada o fuera de sí. El suceso tiene gran trascendencia para el individuo. Y a pesar de ser sorpresivo, no los son sus consecuencias. El suceso demanda actuación urgente, por lo que el sujeto valora la posibilidad de afrontarlo. Identifica a otro individuo como la causa, y le atribuye intencionalidad, premeditación y mala intencionalidad.

La ira solo emerge si tras la valoración creemos que podemos ejercer un grado de control alto sobre las consecuencias del acontecimiento, el poder o capacidad para afrontarlas y para acomodarnos a la nueva situación que generen. La persona airada considera censurable la acción del agente autor del acontecimiento instigador de su ira. Las actuaciones y manifestación explicita de su estado emocional estará modulada por las normas sociales y éticas al uso, por las normas propias del sujeto, y por la opinión y expectativas de otras personas significativas para él.

FUNCIONES: nos permite desarrollar de forma rápida conductas de defensa o ataque ante situaciones desagradables o generadoras de frustración. Actúa tanto sobre los mecanismos de regulación fisiológica del organismo como sobre los procesos psicológicos, movilizando la energía necesaria para poner en marcha este tipo de conductas. Es la emoción que vigoriza la conducta con mayor intensidad y mantiene el estado de activación durante intervalos más prolongados. Gracias a ella, somos capaces de acometer con éxito acciones que normalmente no osaríamos a emprender o que las abandonaríamos rápidamente. Surge cuando estamos convencidos de que podemos actuar para restablecer el statu quo ante previo a la ocurrencia del suceso aversivo. Facilita la autodefensa, y regula la interacción social. Aparece a entre los 4 y 6 meses de edad, se relaciona con que el bebe empieza a conocer las relaciones medios-fines, en sus intentos de querer dominar el ambiente. La cólera infantil es una señal que estimula al cuidador, a mitigar el malestar del bebe.

La ira paterna moldea y pone límites al niño. En la niñez y adolescencia se rige por la normativa familiar y grupal. En la edad adulta, indica al interlocutor que nos está dañando o perjudicando y así le damos la posibilidad de que modifique su conducta y evitemos la confrontación, pero también puede sesgar la valoración que hacemos de la situación social induciéndonos a hacer inferencias hostiles que propician el comportamiento agresivo.

EFECTOS SUBJETIVOS: se experimenta un estado desagradable e intensamente activador. Si es intensa, se acompaña de un comportamiento escasamente reflexivo. Quedamos cegados por la ira.

ACTIVIDAD FISIOLOGICA: son diversos centros, y no uno específico, los que subyacen a la ocurrencia de esta emoción. La ira surge como resultado de interacción de diferentes estructuras cerebrales y tanto el peso como la relevancia de cada una de ellas puede variar de un episodio a otro de irritación. No siempre se sigue un mismo circuito neural.

El hipotálamo es una estructura clave en respuestas de rabia, concretamente sus núcleos anteromediales.

En el sistema límbico es donde se produce la vivencia inconsciente de la ira y de otras emociones.

Esto incluye la amígdala que procesa información básica sobre novedad, agradabilidad intrínseca y controlabilidad del estimulo. Pero al hacerlo a un nivel burdo, a veces propicia que se desencadene la ira inapropiadamente. Desde la amígdala se envía información a diversos centros neurales que incrementaran la activación fisiológico, motivaran las conductas de defensa y ataque, y accederán a recuerdos asociados a otros episodios de ira. Una lesión del septum, núcleo situado en la parte anterior de la corteza cingulada, provoca irritabilidad ante cualquier estímulos, sentirnos quisquillosos, lo que hará que eventualmente desemboque en agresividad incontenible. El sistema límbico envía información al hipotálamo, que vía hipófisis, regula la secreción de hormonas que mediatizan el efecto vigorizador propio de la ira.

En el cortex prefrontal es donde surge la vivencia de emociones conscientes, el sentimiento, y es desde donde modulamos y adecuamos nuestras reacciones emocionales.

En la ira se observa incremento del tono muscular general, nivel de tensión mayor en algunos músculos, aumento de diferentes parámetros cardiacos, aumento del nivel de conductancia de la piel, y del numero de fluctuaciones espontaneas, se activa la secreción de hormonas afines con la movilización de energía que provoca la ira. Aumenta la secreción de catecolaminas más específicamente de adrenalina.

EXPRESION CORPORAL: contracción y descenso de las cejas, elevación del parpado superior, parpado inferior elevado y en tensión, reducción de abertura palpebral, labios en tensión, contraídos y apretados, dilatación de orificios nasales, elevación del mentón, intervienen los músculos superciliar, y su depresor, piramidal, elevador del parpado superior, orbicular de los parpados, orbicular de los labios, elevador del ala de la nariz y mentoniano.

AFRONTAMIENTO: se afinan los mecanismos psicológicos y fisiológicos que permiten al sujeto hacer frente a las amenazas del entorno. Se interrumpe la conducta en curso, y se dirige el foco de atención hacia los factores amenazantes, y se entorpece el desempeño eficaz de los procesos cognitivos, sesgándolos a su favor. Se movilizan y reclutan los recursos más recónditos del organismo, infundiendo vigor y resistencia a las acciones que emprenda el sujeto airado. Si el plan de acción no tiene éxito, la ira se incrementara.

La ira hacia adentro se da cuando suprimimos la emoción, lo que genera irritabilidad e intensos sentimientos de enfado con uno mismo. Y no se intenta resolver el problema.

La ira hacia afuera se da cuando hacemos explicito este sentimiento a quien consideramos que lo causo pero sin emprender ninguna acción para resolver el problema. El sujeto manifiesta la emoción a través de conductas agresivas, físicas o verbales.

Y el control de la ira persigue el dominio y modulación de la expresión de la emoción, que alcanza la contención de gestos faciales y expresiones propias de esta emoción. Se suele complementar con la elaboración de planes de acción con el fin de resolver el problema que instigo la emoción.

MEDIDA: FACS y MAX.

Inventario de ira de Novaco (NAI: Novaco ́s Agent Inventory): son 90 items que luego se redujeron a 80, con escala tipo likert donde el sujeto indica el grado de ira que le provoca la circunstancia planteada. Se usa para evaluar la efectividad del tratamiento cognitivo-conductual en el control de la ira.

Inventarios y escalas de Spielberger: junto a sus colaboradores elaboraron varios instrumentos de medida e investigación entre ellos:

  • STAS: State-Trait Anger Scale: contempla dos aspectos de la ira: la ira-estado, una reacción rápida y pasajera, y la ira-rasgo, una propensión continuada y estable a reacción airadamente en multitud de situaciones. Hay 30 items.

  • AX: Anger Expression Scale: mide la ira hacia adentro y la ira hacia fuera a través de 20 items.

  • STAXI: Stait-Trait Anger Expression Inventory: combina las dos pruebas anteriores. A través de 44 elementos y ocho escalas valora la ira estado, ira rasgo, ira hacia adentro, ira hacia afuera, reacción de la ira, expresión de la ira, control de la ira, y temperamento airado.

Inventario multidimensional de ira (MAI: Multidimensional Anger Inventory): a través de 38 items con escala tipo likert, evalúa la ira hacia adentro, ira hacia afuera, rango de situaciones evocadoras de ira, apariencia hostil, y proclividad general a la ira.

Escala de ira subjetiva (SAS: Subjective Anger Scale): a través de 36 elementos, mide la propensión a experimentar sentimientos de ira.

CONSECUENCIAS: se genera un comportamiento adaptado y socialmente aceptable: la actividad cognitiva queda centrada sobre el instigador de la emoción y se emprenden acciones orientadas a eliminar los agentes frustrantes que bloquean el acceso a una meta. Pero la ira es potencialmente peligrosa, de da una propensión a desarrollar conductas violentas y agresivas si se suma una actitud previa de resentimiento u hostilidad hacia el agente de la frustración.

La ira influye sobre los juicios sociales que realizamos. Hay una predisposición cognitiva a hacer juicios afines con la valencia afectiva. Tendemos a pensar lo peor de los demás. En cuanto a la profundidad del procesamiento, la ira nos hace menos reflexivos, induciéndonos a realizar más procesamiento heurístico espontaneo y superficial, juicios rápidos basándonos en características superficiales o llamativas de la situación. Y personas agresivas hacen más inferencias hostiles que las no agresivas.

Las dificultades en el manejo de la ira, provoca trastornos orgánicos y psicopatológicos. Hay una estrecha relación entre personas que tienen un patrón de conducta tipo A, y el desarrollo de enfermedades coronarias. Determinadas estrategias de afrontamiento de la ira, propician la aparición de problemas cardiovasculares. Son más vulnerables a la hipertensión, las personas que exhiben un estilo de ira hacia adentro.

La ira de carácter poco adaptado y violento es síntoma de trastornos por déficit de atención, el estrés postraumático, el trastorno explosivo intermitente, la esquizofrenia paranoide, la psicosis maniaco-depresiva, o los trastornos sádico, limite y paranoide de la personalidad.