Influencia de la herencia y el ambiente en la diversidad psicológica humana
La polémica cuestión herencia-ambiente: un breve recorrido por el siglo XX
Cabe Aludir, como punto crítico de referencia, a Galton, quien realizó los primeros estudios de familias o genealógicos y los estudios con gemelos.
Galton deseaba, en última instancia, la selección humana y la mejora de la raza, acuñando el término eugenesia en 1883 y siendo el fundador del movimiento eugenésico.
La concepción de la inteligencia como una característica hereditaria alcanzó su punto álgido en las primeras décadas del siglo XX. El interés por vincular los resultados de los test a factores genéticos adquirió especialmente auge de la mano de los precursores del movimiento americano a favor del examen mental. Terman y cols. llegaron a afirmar el temible papel desempeñado por la deficiencia mental en la producción del vicio y la delincuencia.
La idea de la inteligencia, como una cualidad innata e inmutable que marcaba severas diferencias en la población, comenzó a encontrar detractores a partir de los años veinte, con el nacimiento y auge de la psicología conductista. Sin embargo, la concepción hereditaria continuó extendiéndose en el ámbito académico y aplicado durante la primera mitad del siglo.
Desde mediados, hasta la década de los 80, podemos decir que la polémica herencia-medio, sobre el CI, se decantó por los argumentos ambientalistas. Sin embargo, paralelamente a este auge conductista, una disciplina que había adquirido independencia y carácter propio en los años 60, denominada Genética de la conducta, cuyo objetivo es dilucidar la influencia hereditaria en los aspectos psicológicos o conductuales, venía generando unas investigaciones cuyos resultados proporcionaron una base empírica a partir de la cual ha podido abrirse de nuevo aquella polémica.
En los últimos años, la creencia de que la genética tiene un importante papel en la determinación de las diferencias individuales va adquiriendo cada vez más fuerza, aun sin menospreciar las argumentaciones ambientales.
Los modelos interactivos priman en la explicación de la conducta humana.
Líneas de investigación actuales
La PD acude a los conocimientos proporcionados por la genética cuando aborda el intento de explicación de las diferencias individuales en un nivel de causas últimas o distales. Dos líneas de investigación resultan relevantes:
- La Genética cuantitativa engloba los estudios dirigidos a dilucidar el peso de genética y ambiente en las distintas características en las que los humanos mostramos diferencias (estudios de familias, de gemelos, de adopciones, y los modelos mixtos).
- El estudio de los efectos de los genes y cromosomas utilizando técnicas moleculares para conseguir la observación de la composición del material hereditario. El interés se desplaza del cuánto al cómo actúan los genes para producir las diferencias individuales.
Estrategias cuantitativas dirigidas a dilucidar el peso de la herencia y el ambiente
La Genética de la conducta ha facilitado el análisis del peso relativo de la herencia y el ambiente en la explicación de distintos comportamientos humanos. Sin embargo, no aporta información sobre las causas últimas de los comportamientos individuales, ni tampoco acerca de las causas que subyacen a las diferencias entre grupos humanos.
Los resultados de la Genética de la conducta quedan limitados a informar sobre la proporción en que la variabilidad que presenta un grupo de individuos, respecto a una característica estudiada, se puede atribuir a factores genéticos o ambientales, valiéndose para ello de una metodología estadística.
Con la finalidad de situarnos teórica y metodológicamente en el lugar correcto, hay que distinguir entre Genética de las Poblaciones, Genética cuantitativa y Genética de la conducta.
La Genética de Poblaciones. Los primeros estudios que relacionaban los rasgos fenotípicos o manifiestos y los genéticos tenían la pretensión de determinar, para cada rasgo, la existencia de un gen. Tal era el interés de la subdisciplina denominada Genética de Poblaciones, cuyas investigaciones se encuentran dirigidas a dilucidar las reglas y los efectos que tiene, en una población de individuos, la herencia monogenética, es decir, estudiar el efecto de genes particulares sobre aspectos concretos.
La Genética Cuantitativa. Surge para hacer frente al estudio de la herencia poligenética, y su objetivo es la determinación, ya no del gen, sino del peso que la herencia, en general, tiene en el aspecto estudiado. La cuantificación de los factores genéticos y ambientales se realiza a través de diferentes diseños y de una metodología estadística que permite estimar, para una variable determinada, su grado de heredabilidad y de ambientalidad en una población.
La noción de heredabilidad se entiende como un parámetro expresado en el índice de heredabilidad (h 2 ), que oscila entre 0 y 1 y que hace referencia a la proporción de varianza que, en una determinada población o grupo de individuos en los que se evalúa un determinado aspecto, es atribuible a la herencia.
La Genética de la Conducta. Este campo de estudio nació como una rama de la Psicología y alcanzó entidad propia hacia los años 60. Mantiene una relación de ciencia afín a la PD, ya que su objetivo es uno de los intereses de la PD, la investigación de la influencia hereditaria y ambiental en los aspectos psicológicos o conductuales. Se acoge a un estudio cuantitativo para estudiar la influencia de la herencia. Los estudios realizados en el seno de la Genética de la Conducta han ido evolucionando desde su nacimiento como disciplina científica. En esta evolución es posible destacar tres cambios:
- El paso de los modelos monogenéticos, típicos de la Genética de Poblaciones, a los poligenéticos, estudiados bajo la perspectiva cuantitativa.
- El paso de una concepción de la herencia bajo la cual se interpreta una relación directa entre genes y conducta, hacia una consideración indirecta de estas relaciones. Actualmente, se asume que la relación entre genes y conducta está modulada por una serie de factores de carácter fisiológico.
- El abandono de los modelos aditivos, cuyo objetivo era averiguar la proporción de varianza debida a los factores genéticos y ambientales, a favor de los modelos interactivos.
La Genética de la Conducta propone un modelo lineal en el que es posible distinguir cinco componentes que conforman la varianza fenotípica de un rasgo en una población:
- La varianza genotípica, referida a la proporción de la variabilidad respecto a una característica que presenta una población explicada por factores genéticos.
- La varianza ambiental, alude a la proporción que es explicada por factores ambientales. En ella se distingue una varianza ambiental común o compartida por los diferentes miembros de una familia (varianza entre-familias), de otra varianza específica o varianza intra-familiar, atribuible a las experiencias particulares y propias de cada miembro. Dentro del ambiente familiar compartido cabría situar variables como el nivel socioeconómico, tipo de vivienda y su ubicación, nivel cultural de los padres, pautas generales de crianza,… en cuanto al ambiente específico, el grupo de amigos, asistencia a colegios diferentes, trato diferencial recibido en función de sexo u orden de nacimiento,…
- La covariación entre genes y ambiente, referida a la exposición diferencial de diversos genotipos a diversas influencias ambientales y puede ser pasiva (los padres transmiten el genotipo y el ambiente), reactiva (el genotipo genera en el ambiente una reacción favorable al desarrollo de dicho rasgo) y activa (el sujeto busca el ambiente apropiado).
- La interacción entre genes y ambiente, relativa a las distintas manifestaciones fenotípicas, ante un mismo entorno, en función del genotipo de los sujetos, así como a las distintas reacciones fenotípicas que pueden producirse partiendo de un mismo genotipo en función del ambiente al que éste sea sometido.
- La varianza error, dando cuenta de la proporción de variabilidad que no podemos atribuir claramente a factores genéticos ni ambientales.
Los términos hasta ahora manejados conformarían la siguiente ecuación (modelo básico de descomposición de la varianza fenotípica):
VF = VG + VA + 2COVGA + VGA + VE
Diseños de investigación en genética cuantitativa
Los estudios de familias
Iniciada por Galton en 1869, se basa en el establecimiento de correlaciones para un rasgo o comportamiento determinado entre los miembros de una misma familia que tienen diferentes grados de parentesco con el sujeto objeto de estudio.
A través de los estudios de familias podemos conocer el límite superior estimado de influencia genética, es decir, tales estudios proporcionan una estimación del valor máximo de heredabilidad. Sin embargo, sus resultados no permiten dilucidar si el parecido observado está causado por el ambiente compartido o por los genes que tienen en común.
Los estudios de gemelos
El método de estudio de los gemelos fue propuesto por Galton en 1876.
La argumentación que sigue a las comparaciones entre gemelos monocigóticos (comparten el mismo genoma) y dicigóticos (o mellizos, que sólo comparten el 50% de sus genes, como cualquier otro hermano) es que si en un determinado rasgo de comportamiento los primeros se parecen más entre sí que los segundos, se puede concluir la intervención en dicho rasgo de factores genéticos.
A pesar de que los estudios de gemelos son más potentes que los de familias, debe quedar claro que establecer una cierta base genética para un determinado rasgo no es lo mismo que afirmar que la causa del mismo sea exclusivamente genética.
En términos generales, a partir de un diseño de gemelos, podemos calcular la heredabilidad para un rasgo utilizando la fórmula de Falconer. Tal fórmula consiste en multiplicar por dos la resta entre la correlación obtenida en la muestra en la muestra de gemelos monocigóticos y la procedente de los gemelos dicigóticos.
Los estudios de gemelos y la personalidad
En cuanto a los estudios de gemelos y la personalidad, en1976, Loehlin y McNichols pusieron de manifiesto que los gemelos monocigóticos se asemejaban más que los dicigóticos en variables como la dominancia, la sociabilidad, la responsabilidad y el autocontrol. Concretamente, se estimó que la heredabilidad para estas variables, estaba situada alrededor del 50%.
Dato que les llevó a concluir que, en estos aspectos, los genes y el ambiente aportan una varianza similar en la variación interindividual de los rasgos de personalidad.
Los estudios de gemelos y la inteligencia
En el caso de la inteligencia, los estudios realizados durante las tres últimas décadas sobre capacidades cognitivas que han comparado las correlaciones entre resultados de gemelos monocigóticos y dicigóticos, concuerdan en señalar que los primeros muestran unas correlaciones que superan con creces a las resultantes de los gemelos no idénticos en lo que se refiere a competencia verbal (60%) y espacial (50%), ya sean niños, adolescentes o adultos. Asimismo, la evidencia de un importante componente genético (50%) en la habilidad cognitiva general (g) es más clara que en ninguna otra área de psicología.
Un dato de interés, surgido a partir de la comparación entre los dos tipos de gemelos, es la influencia que ejerce el factor edad en la variabilidad que presenta el índice de heredabilidad, de forma que los gemelos monocigóticos se asemejan más en cuanto a su inteligencia conforme va transcurriendo su infancia y adolescencia, mientras que los dicigóticos se van haciendo cada vez más diferentes.
Los estudios de adopciones
El método de las adopciones está reconocido como el más potente de los que se pueden utilizar en Genética de la conducta, debido a que incluye en su diseño, no sólo individuos que comparten tanto los efectos ambientales como los genéticos, sino también individuos relacionados exclusivamente por los efectos ambientales compartidos (adoptados).
En otros casos, la comparación se realiza entre las características que los sujetos adoptados comparten con sus familias adoptivas y las que comparten con sus familiares biológicos de los que fueron separados al nacer.
Las comparaciones entre los miembros de estas familias nos permiten aislar los efectos ambientales de los genéticos de forma más precisa. Cuando los gemelos han sido criados por separado, a las correlaciones en sus rasgos intelectuales y de personalidad puede atribuirse a un origen genético. Así, los datos recogidos indican que diversas características que van desde el tiempo de reacción hasta la religiosidad, tienen algo que ver con la herencia.
De acuerdo con Plomin (2002), los estudios reflejan la importancia de la herencia en los aspectos de personalidad, aunque, en ningún momento, se desprecia la influencia ambiental. Respecto a la varianza ambiental en las características de la personalidad, apuntan la relevancia que tiene el ambiente específico del individuo, es decir, el no compartido familiarmente, en comparación con la influencia del ambiente familiar.
Desglosando los componentes de la varianza fenotípica, cabría atribuir a la varianza genética un 40%, un 35% a la varianza específica y un 5% a la varianza compartida familiarmente, dejando el 20% restante como varianza error. Es reseñable la poca importancia que Plomin et al. Le da a la varianza común a favor a la varianza específica.
Estudiando el método de las adopciones se ha estudiado el efecto de la edad en la determinación del peso herencia-medio respecto a la personalidad. Pedersen (1994) señala que con la edad, se iba produciendo un aumento de la influencia del ambiente común en detrimento del peso del ambiente específico, es decir, cuanto mayores son los sujetos más crece la influencia del ambiente compartido familiarmente.
Al igual que ocurre en el caso de la personalidad, el desarrollo de la inteligencia también se encuentra guiado por un plan genético que no actúa de igual forma en todas las edades.
Los estudios combinados de gemelos y adopciones no explican cómo los genes influyen en la personalidad, la inteligencia o el comportamiento social.
Son pocos los genetistas que atribuyen a los genes un peso determinante en la explicación del comportamiento, aunque si existe un consenso acerca de la cooperación entre los factores genéticos y ambientales, siendo evidente el papel direccional que, en muchas ocasiones, juega la herencia respecto a los efectos ambientales.
Los estudios de adopciones y personalidad
Breve recorrido por aportaciones realizadas respecto al peso de la herencia y el ambiente que han utilizado la metodología de las adopciones: características de personalidad. -> Partimos de lo estudios que han utilizado el cuestionario EPI (Inventario de Personalidad de Eysenck) que mide las variables de extroversion, neuroticismo y psicoticismo, y aquellos que parten del modelo de 5 factores de personalidad propuesto por McCrae y Costa.
En el primer caso, afirman que en la extroversion, la genética tiene un peso aprox al 60%, el neuroticismo en torno al 30%. Las investigaciones de Loehlin le llevaron a concluir que la contribución de la varianza genética a la variabilidad existente en personalidad hay que situarla en un valor próximo al 60%.
En el segundo caso, muestran que para la variable extraversión la heredabilidad se sitúa en torno al 50%, el neuroticismo en torno al 40%. En el caso de la cordialidad los valores se sitúan en torno al 36%, igual que en caso de la responsabilidad o minuciosidad, y finalmente, la apertura a la experiencia alcanza unos valores de entre el 43% y el 46%.
Los estudios de adopciones y la inteligencia
Los resultados obtenidos en la investigación sobre gemelos adoptivos constituyen una prueba fiable de que los genes condicionan el comportamiento relacionado con las mismas. Bouchard investigó, comparando los resultados obtenidos en CI por MZ criados juntos, con separados, la correlación en CI para los criados juntos fue de 0,78 vs. 07,71.
Beckwith y Alper alegan que el estudio de Bouchard ha podido tener sesgos de selección, pero en cualquier caso los estudios llevados a cabo con mz y Dz criados por separado confirman la existencia de un componente genético en las habilidades cognitivas específicas.
Dos de los estudios más relevantes son los realizados por McGue y Bouchard, Jr. (1989).
Otro estudio de relevancia es el Proyecto Colorado sobre Adoptados, de la Universidad de Colorado. Plomin y DeFries (1999) concluyen que entre los datos más sorprendes se puede destacar la observación de que los efectos de la herencia en la inteligencia no se hacen evidentes durante el primer año de vida de los niños, pero se van haciendo notar entre la primer y segunda infancia. A la vista de los resultados aportados es posible concluir que la heredabilidad de las habilidades intelectuales específicas aumenta durante la infancia y que, dichas habilidades genéticamente diferentes, pueden detectarse a la temprana edad de tres años. Estos datos coinciden con los de Wilson (1983) en la comparación de MZ y DZ.
Tabla 10.3 principales estrategias metodológicas de la Genética Cuantitativa
Tipo de diseño (siguiendo un orden que refleja la potencia de cada tipo de estudio) | Comparaciones realizadas en la variable evaludada | Lógica del análisis |
Estudios de familias | Entre los familiares con distinto grado de parentesco | Si la semejanza aumenta con el grado de parentesco cabe suponer una influencia genética en la variable estudiada |
Estudios de gemelos (criados juntos) | Entre las semejanzas presentadas por gemelos monocigóticos y dicigóticos | Cuanto mayor sea la diferencia en la semejanza observada entre gemelos MZ y DZ, a favor de los primeros, mayor será el peso atribuible a la herencia en el rasgo evaluado |
Estudios de adopciones | Entre las semejanzas presentadas por los familiares consanguíneos que viven juntos, y aquellas que presentan los individuos relacionados exclusivamente por los efectos ambientales compartidos (adoptados)
Entre las semejanzas que presentan los hijos adoptados con sus padres biológicos y con sus padres adoptivos. Entre las semejanzas que presentan los gemelos MZ y DZ criados en ambientes distintos | Cuanto mayor sea la diferencia en la semejanza observada entre individuos que comparten tanto los efectos ambientales como los genéticos y aquellos individuos relacionados exclusivamente por los efectos ambientales, a favor de los primeros, mayor será el peso atribuible a la herencia en el rasgo evaluado. Cuanto mayor sea la semejanza observada entre los padres biológicos y sus hijos dados en adopción en comparación con la que estos últimos presentan con sus padres adoptivos, mayor será el peso de los factores genéticos. Cuanto más alto sea el parecido observado entre los gemelos criados en ambientes distintos, mayor será la carga que podremos atribuir a la herencia en la característica observada. Además podemos incrementar la precisión en el cálculo de dicho peso mediante la comparación entre los dos tipos de gemelos. |
Limitaciones de la genética cuantitativa
La validez del índice de heredabilidad, en cuanto que es una estimación estadística, se ve afectada, fundamentalmente, por dos sesgos:
- El grado de representatividad que presente la muestra. Muchos de los estudios realizados podrían presentar deficiencias debido a que las muestras elegidas estén sesgadas en algún parámetro.
- Los posibles errores de medida y los que se derivan de la definición operativa de los fenotipos.
Otro escollo que limita el rigor de los resultados procedentes de la Genética Cuantitativa hace referencia a la falta de medidas ambientales adecuadas para captar la fuente de varianza que constituye las diferencias experienciales entre individuos.
La única distinción que se plantea en este contexto respecto al ambiente, es la segmentación entre el efecto de la varianza común, asociada al ambiente familiar compartido y el efecto de la varianza específica, procedente de las experiencias particulares del individuo. Pero, como es fácil suponer, muchos de los aspectos ubicados en una u otra categoría ambiental se encuentran solapados, cuando no mantienen una estrecha relación.