Diferencias de grupo en inteligencia y personalidad en función de la edad y el sexo

Diferencias intergrupales en función de la edad

Conviene distinguir los diferentes tipos de edades que existen:

  • La edad cronológica es un índice temporal referido a la fecha de nacimiento. Es una variable objetiva.
  • La edad biológica se refiere al estado morfo-funcional en el que se encuentran las células u órganos corporales de una persona que influyen en su potencial desarrollo. Se ve influida tanto por la estructura innata y biológica como por el ambiente, dentro del que se incluye el estilo de vía.
  • La edad psicológica alude a la capacidad que tiene un individuo de adaptarse con éxito a las exigencias del ambiente en distintos periodos de desarrollo. Dentro de ella se puede incluir la edad mental, que indica el nivel de desarrollo intelectual alcanzado por una persona, con independencia de su fecha de nacimiento o edad cronológica.
  • La edad social indica el grado en que el comportamiento y el rol social de un individuo se ajustan a las expectativas sociales correspondientes a su edad cronológica.

En suma, de este conjunto de definiciones, la edad cronológica es el índice temporal que se emplea para estudiar tanto las diferencias como los cambios asociados a la edad en constructos tales como la inteligencia y la personalidad.

Aspectos metodológicos relevantes a considerar

El cambio de la inteligencia y personalidad a lo largo del ciclo vital, así como la comparación de estos dos constructos entre diferentes grupos de edad se ha realizado predominantemente mediante dos tipos de diseños experimentales:

  • Diseños transversales: permiten comparar grupos de sujetos de diferentes edades o cohortes examinados al mismo tiempo y en una sola ocasión; y los constructos que se han estudiado desde una perspectiva diferencialista han sido fundamentalmente la inteligencia y la personalidad. Estos diseños pueden presentar sesgos inevitables, entre los que destaca:
  • El efecto cohorte. Es decir, las personas nacidas en el mismo año comparten un momento histórico determinado y unas experiencias culturales, sociales que se diferencia de los aspectos que comparten otras cohortes de edad.
  • En las investigaciones transversales centradas en el estudio de las diferencias intergrupales se debe tener en cuenta el efecto de las ganancias generacionales obtenidas en la puntuación de CI, que se conoce como el Efecto Flynn. Las puntuaciones de CI, en muestras de diferentes países, se incrementan de una generación a otra (aprox. 3 puntos por década). Las ganancias generacionales en CI son ambientales de origen y representan cambios en g.
  • En relación con el Efecto Flynn, existe otro que Ruschton (1998) denominó “efecto Jensen”, que debe emplearse cuando hay correlaciones entre el factor g de inteligencia y cualquier otra variable X.

Actualmente existe un debate sobre si el Efecto Flynn pudiera ser un Efecto Jensen, es decir, que fuera propiamente un aumento de CI de generación en generación, o que estuviera vinculado a otros factores. No hay consenso. Colom, Juan Espinosa y Garcia (2001) concluyen que las ganancias generacionales en CI son ambientales en origen, representan cambios en “g” y éstos pueden estar causados ambientalmente.

  • Diseños longitudinales: estudian a un grupo de sujetos (y los cambios que se producen) repetidamente a lo largo del tiempo y a diversas edades, en diferentes constructos como inteligencia y personalidad. A pesar de que estos diseños permiten controlar el efecto de cohorte, no controlan el efecto del aprendizaje. Otro posible sesgo es el abandono selectivo en investigaciones sobre inteligencia: permanecen con más probabilidad aquellos sujetos que rinden mejor.
  • Diseños longitudinales transversos: estudian dos o más grupos de individuos nacidos en diferentes momentos examinados a lo largo del tiempo y comparados entre sí. Diseños híbridos, controlan el sesgo de cohorte y el de aprendizaje, pero son más costosos en tiempo y recursos que los longitudinales, además existe el riesgo de que la muestra se reduzca por la alta frecuencia de abandonos.

Tipos de estabilidad aplicables al estudio de la inteligencia y de la personalidad

¿Son estables la inteligencia y la personalidad a lo largo del tiempo? Caspi y Roberts (1999) describen cinco tipos de estabilidad a lo largo del ciclo vital diferentes:

  • Estabilidad absoluta: referida a la constancia en la cantidad de un atributo o conducta a lo largo del tiempo. Examinada mediante comparaciones longitudinales de medias grupales. Se realiza un análisis de varianza de medidas repetidas, en las que se comparan los diferentes momentos para ver si hay estabilidad o cambio. Hoy también su usan los análisis de las curvas de crecimiento.
  • Estabilidad diferencial: se refiere a la consistencia de las diferencias individuales dentro de una muestra de individuos a lo largo del tiempo. Este tipo de continuidad permite conocer el lugar relativo de un individuo dentro de un grupo. Habitualmente se obtiene mediante el coeficiente de correlación en dos ocasiones diferentes (correlación test-retest).
  • Estabilidad estructural: alude a la persistencia de los patrones correlacionales entre un conjunto de variables a lo largo del tiempo. Habitualmente este tipo de continuidad se evalúa a partir del estudio de la similitud de los patrones de covariación de las relaciones entre el ítem y el factor a través de medidas repetidas.
  • Estabilidad ipsativa (o centrada en la persona): indica la consistencia de un atributo o conducta a lo largo del tiempo de un individuo particular. La importancia de este tipo de continuidad estriba en que un análisis a nivel de grupo puede que no refleje la continuidad a nivel de individuo.
  • Coherencia: se refiere a la consistencia de un constructo o atributo intelectual subyacente a lo largo del tiempo, a pesar de los cambios en las conductas observables. Es decir, se cree que un genotipo (atributo intelectual subyacente) influye sobre diferentes fenotipos (conductas observables).

Diferencias intergrupales en inteligencia en función de la edad

Estabilidad de la inteligencia a lo largo de la vida

Los psicólogos diferencialistas que se enmarcan dentro del estudio de las diferencias individuales en inteligencia en función de la edad se han centrado principalmente en:

  • Determinar si la inteligencia es estable a lo largo de la vida de las personas.
  • Estudiar la evolución de diferentes capacidades intelectuales, cuáles decrecen y cuáles se mantienen con la edad.
  • Conocer si la estructura de la inteligencia se mantiene en el tiempo, referida a la organización jerárquica de la inteligencia tal y como la propuso Carroll.

La estabilidad de la inteligencia se infiere básicamente a partir de la fiabilidad test-retest (o diferencial), es decir, de la correlación que se obtiene cuando se administra el mismo test (o dos pruebas paralelas) a los mismos sujetos con un intervalo temporal de meses o años. Hayslip (1994) señala que estudiar el fenómeno de la estabilidad de la inteligencia no resulta fácil por las siguientes razones:

  • La naturaleza de la inteligencia puede cambiar a lo largo del tiempo debido a la maduración o a la interacción del individuo con un contexto ambiental cambiante.
  • En la medida en que el intervalo de tiempo entre diferentes evaluaciones se incrementa, las correlaciones test-retest generalmente descienden.
  • La noción de estabilidad es variable, y la forma en que se defina determina en parte si se observa a la inteligencia como cambiante o no a través del ciclo vital.

A pesar de todas estas consideraciones, hay una clara evidencia acerca de la estabilidad psicométrica de la inteligencia. Diferentes estudios concluyen que la inteligencia psicométrica es estable a lo largo del ciclo vital, y la inteligencia que un niño muestra en la infancia predice en gran medida su rendimiento intelectual en la vida adulta, e incluso en la vejez.

Estructura de la inteligencia a lo largo del ciclo vital

Uno de los aspectos que también ha interesado a los científicos es conocer si la estructura de la inteligencia se mantiene a lo largo del ciclo vital (estabilidad estructural).

Por una parte, la hipótesis de la diferenciación concibe que existe un proceso de cambio en la estructura de la inteligencia que va desde la infancia hasta la vejez; conforme una persona se desarrolla a lo largo del ciclo vital, el número de sus capacidades cognitivas aumenta. La estructura jerárquica de la inteligencia a lo largo del ciclo vital se mantiene invariante. Si bien en los primeros meses de la vida, la inteligencia presenta un patrón de desarrollo esencialmente dinámico, es a partir de los 6 años cuando la estructura de las aptitudes tiende a consolidarse, como plantea el modelo de los tres estratos (Juan Espinosa, 1997).

Por otra, a partir de la vida adulta y hasta la vejez parece darse un fenómeno opuesto al de la diferenciación, como consecuencia del declive de algunas capacidades cognitivas (especialmente la Gf) en la vejez. La hipótesis de la indiferenciación postula que ni la varianza explicada por el factor “g” o las principales capacidades cognitivas, ni el número de factores aptitudinales cambian a lo largo del ciclo vital.

Capacidades intelectuales y ciclo vital. Inteligencia fluida (GC) y cristalizada (GC)

La Gf, la Gc y otros factores de inteligencia, habitualmente pertenecientes al segundo estrato de la concepción jerárquica de Carroll, han sido los más estudiados en este ámbito. Resumidamente, las capacidades cognitivas fluidas o mecánicas se incrementan hasta los 20, 30 o posiblemente hasta los 40 años, y a partir de entonces comienzan lentamente a decrecer. En cambio, las cristalizadas o pragmáticas no sólo permanecen estables a lo largo del ciclo vital sino que pueden incrementarse hasta los 60-70 años, y comienzan a declinar sólo cuando una persona es muy anciana.

El declive de la Gf en la vejez está relacionado con el deterioro de las estructuras cerebrales. El mantenimiento de la Gc en la vida adulta y vejez indica que en estas etapas de la vida muchos de los conocimientos y destrezas cognitivas adquiridos durante la infancia y adolescencia se consolidan y automatizan.

Horn (1989, 1997) señaló qué capacidades son vulnerables, afectadas negativamente por la edad (Gf-I.fluida, Gs-velocidad de procesamiento, Gv- procesamiento visual y MCP-memoria a corto plazo) y cuáles son sostenibles, estables o incluso aumentan con el paso del tiempo (Gc-cristalizada, MLP-memoria largo plazo y capacidad matemática o conocimiento cuantitativo).

Los déficit intelectuales en edades avanzadas pueden deberse además del declive patológico dependiente de patologías del SNC, a otros múltiples aspectos, como por ejemplo alteraciones transitorias del funcionamiento intelectual, procesos biológicos involutivos, mayor incidencia de trastornos físicos, etc.

Inteligencia fluida e inteligencia cristalizada: clarificación conceptual

GF y GC son dos factores claramente diferenciados, pero no totalmente independientes (están correlacionados entre sí).

Aunque GF está más relacionada con capacidades no verbales y GC con verbales, no se debe hacer esta simplificación.

GF se mide tanto a partir de tareas que requieren adaptarse a nuevas situaciones como a partir de tareas en las que el aprendizaje previo proporciona una ventaja relativamente pequeña. Pero la GC se mide mejor mediante tareas en las que la solución al problema planteado ha sido aprendida como resultado de la educación, del proceso de culturización, o de ambos.

Para determinar las capacidades intelectuales de una persona, GF y GC entre ellas, es importante realizar una evaluación intersujetos (hasta qué punto el sujeto se desvía del conjunto de personas de su edad) y otra intraindividual (evaluar hasta que punto el sujeto presenta declive con respecto a su funcionamiento intelectual anterior)

McArdle (1984) constato al comparar las puntuaciones medias y grado de dispersión de las mismas en diferentes grupos de edad, que existe un declive muy acentuado en la puntuación media de GF a partir de los 50-60 años, siendo la variabilidad de las puntuaciones similar entre los diferentes grupos de edad. Es decir, la GC se puede mantener e incluso incrementar en la vejez, pero teniendo en cuenta que en GC hay muchas más diferencias de unos ancianos a otros que entre personas más jóvenes.

Diferencias intergrupales en personalidad en función de la edad

Según el modelo de rasgo, la estructura de la personalidad está conformada por diferentes rasgos que muestran una gran estabilidad a lo largo del ciclo vital, y, por ello, son difícilmente transformables. Por otro lado, los rasgos están formados por una serie de componentes más simples o básicos que permiten una mayor modificabilidad o cambio.

Según Caspi y Roberts (1999) hay tres factores que contribuyen a la continuidad (o estabilidad) de la personalidad a través del curso de la vida:

  • Influencias genéticas.
  • Influencias ambientales.
  • Transacciones persona-ambiente a través del curso de la vida. Las transacciones reactivas se dan cuando diferentes individuos expuestos a las mismas experiencias ambientales, las interpretan y reaccionan ante ellas de forma diferente; las transacciones evocativas que ocurren cuando la personalidad evoca diferentes respuestas en los demás; y las transacciones proactivas se dan cuando los individuos seleccionan o crean ambientes propios.

Estabilidad y cambio en la personalidad a lo largo de la vida

Algunos teóricos consideran que el niño es “el padre del hombre”, al entender que a partir de los 25 años la personalidad de un individuo es muy estable y que los rasgos de personalidad en la infancia predicen la personalidad en la vida adulta y en la vejez.

Para responder acerca de la estabilidad de la personalidad es preciso recurrir a los diferentes tipos de continuidad que existen. De todos ellos, dos son los que más se han estudiado en este ámbito: la estabilidad absoluta y la estabilidad diferencial o relativa.

A) Estabilidad absoluta y estabilidad relativa o diferencial

Características Estabilidad absoluta Estabilidad relativa
Objeto de estudio Constancia o no en la cantidad de un atributo en función de la edad Consistencia de las diferencias individuales a lo largo del tiempo
Tipos de diseños Longitudinal / Transversal / Longitudinal-transversal Longitudinal
Procedimiento Comparar el nivel medio de los rasgos evaluados inter o intragrupalmente Analizar la posición relativa de los sujetos en los rasgos evaluados en dos ocasiones diferentes
Requisitos de la evaluación Evaluar a los mismos sujetos en diferentes momentos o bien evaluar una sola vez a los sujetos y compararlos en función de su edad Evaluar a los mismos sujetos en diferentes momentos
Análisis de datos predominantes Análisis de varianza (de medidas repetidas o independientes) Correlación test-retest

B) Investigaciones relacionadas con la estabilidad absoluta

Si bien existen algunas discrepancias en cuanto a la estabilidad de los rasgos en la infancia, se está de acuerdo en que la estabilidad de los rasgos es muy alta a lo largo de la vida adulta.

Costa y McCrae (1994) concluyen que los rasgos de personalidad son estables a partir de los 30 años, y determinan en gran medida el bienestar psicológico de la persona. Se pueden diferenciar los efectos de edad y los efectos de cohorte mediante estudios transversales en diferentes culturas. En términos generales, desde los 18 a los 30 años hay descensos en neuroticismo, extraversión y apertura a la experiencia, e incrementos en afabilidad y en voluntad; después de los 30 (y más allá de los 50) se encontró la misma tendencia.

En definitiva, concluyen que estos cinco superfactores de personalidad son tendencias básicas que tienen una clara base biológica que se sustenta en la gran estabilidad transcultural observada. Los procesos madurativos intrínsecos tienen una gran influencia en el desarrollo de la personalidad a lo largo del ciclo vital.

¿Por qué se observan idénticos patrones de diferencias individuales de edad en los rasgos de personalidad y en diferentes culturas? Según McCrae existen tres posibles explicaciones:

  • Las diferencias de edad son efectos de cohorte que reflejan la influencia de las fuerzas históricas comunes a todas esas culturas.
  • Todas las sociedades desarrollan instituciones paralelas espontáneamente que alientan la misma tendencia en el desarrollo de la personalidad.
  • Hay una progresión natural del desarrollo de la personalidad, que apunta a la interpretación de los rasgos como tendencias endógenas básicas.

C) Investigaciones relacionadas con la estabilidad diferencial

Existe un método denominado meta-análisis que permite sintetizar los resultados de múltiples investigaciones en torno a un tema determinado. Alude a un tipo de investigaciones que recopilan una gran cantidad de investigaciones empíricas referidas a un tema determinado, llegando a una conclusión con respecto a dicho terma de interés.

En este contexto las principales conclusiones obtenidas por las investigaciones de Roberts y DelVecchio(2000) para hallar la estabilidad diferencial mediante correlación test-retest fueron:

  • Los coeficientes de estabilidad se incrementaban conforme los sujetos aumentaban en edad, y, a su vez, estos coeficientes tendían a disminuir cuando el intervalo de tiempo entre observaciones era mayor.
  • El tipo de rasgos medidos influye poco en la estabilidad de la personalidad.

Según McCrae, una alta estabilidad de las diferencias individuales no significa que las puntuaciones en un rasgo de personalidad sean inmodificables; sólo que las personas se mantienen en el mismo lugar en comparación con su grupo de referencia, a pesar de los cambios que puedan ocurrir.

Principales conclusiones sobre la estabilidad de la personalidad

De las diferentes investigaciones realizadas hasta el momento, se puede concluir:

  • La personalidad es más estable a lo largo de periodos cortos de tiempo.

  • La personalidad es más estable en la vida adulta.

  • Aunque se constata la estabilidad general del rasgo, hay diferencias individuales en la estabilidad durante el desarrollo.

  • Las puntuaciones en los tests de personalidad cambian a lo largo del ciclo vital.

  • Es más clara la estabilidad de la inteligencia que la estabilidad de la personalidad.

Diferencias intergrupales entre hombres y mujeres en inteligencia y personalidad

Sexo y género: clarificación conceptual

El sexo se refiere a la condición orgánica, masculina o femenina, de los animales y de las plantas. En cambio, el género se refiere a las diferencias determinadas socioculturalmente entre los dos sexos; es decir, alude más a aspectos psicológicos y culturales que biológicos. A partir del concepto de género se desarrollan otros términos relevantes:

  • Identidad de género: concepción subjetiva que una persona tiene de sentirse mujer u hombre, con independencia de su sexo biológico.
  • Roles de género: guardan relación con el diferente papel que una sociedad ha asignado a hombres y mujeres en función de su sexo biológico.
  • Estereotipos de género: representan ideas rígidas y fijas acerca de lo que es la conducta femenina o masculina apropiada.

Hipótesis explicativas sobre los orígenes de las diferencias entre hombres y mujeres

El estudio de las diferencias intergrupales en inteligencia y personalidad en función del género o del sexo, se ha centrado en dos cuestiones básicas:

  • ¿Qué diferencias existen entre hombres y mujeres? Se ha intentado responder comparando hombres y mujeres en diferentes capacidades intelectuales y rasgos de personalidad
  • ¿Por qué existen esas diferencias? Esta pregunta apunta al debate Nature vs. Nurture.

Las hipótesis explicativas de las diferencias de sexo o de género pueden clasificarse en dos grupos:

  • Las hipótesis de naturaleza biológica están referidas a aspectos que posee el individuo y que son diferentes de un sexo a otro. Dentro de este contexto, algunas hipótesis indican que hay diferencias entre sexos en determinados rasgos de personalidad y aptitudes debido a la influencia de determinados genes o a las distintas concentraciones hormonales en sangre entre hombres y mujeres. Otro grupo de hipótesis biológicas, las más estudiadas, señala que las diferencias entre sexos están vinculadas a los factores neuroanatómicos y funcionales.
  • Las hipótesis sociológicas entienden que las diferencias de género en inteligencia y personalidad se deben a factores externos a la persona (ambientales). Dentro de este grupo se da gran importancia al proceso de socialización diferencial entre hombres y mujeres, y a las distintas experiencias de aprendizaje que tienen.

En cualquier caso, lo más razonable entre ambas posturas es concebir el origen de las diferencias entre hombres y mujeres en función de una interacción y combinación de diferentes factores biológicos y ambientales.

Diferencias entre hombres y mujeres en inteligencia

Es preciso tener en cuenta las siguientes consideraciones:

  1. Es un tema muy controvertido, sobran preguntas del tipo ¿quiénes son más listos, los hombres o las mujeres?
  2. Al igual que existen evidentes similitudes y diferencias físicas entre hombres y mujeres, existen también a nivel psíquico.
  3. Conviene separar las diferencias medias que se han obtenido entre sexos en determinadas capacidades cognitivas de la tendencia a evaluarlas como mejores o peores.
  4. Hay muchas más semejanzas que diferencias entre hombres y mujeres. Y estas diferencias son muy pequeñas comparadas a las encontradas intragrupo.
  5. La indeseable discriminación y marginación de distintos grupos humanos no está en la realidad diferencial de sus características psicológicas sino en el trato desigual. No hay razón para una educación separada para hombres y mujeres.
  6. El avance científico ha de suceder en aras de la imparcialidad, honestidad y cautela a la hora de interpretar los resultados, y es importante que la sociedad apoye la investigación en el ámbito de la cognición humana.

Principales conclusiones sobre las diferencias entre hombres y mujeres en inteligencia

En esta síntesis se consideran los principales resultados de las investigaciones meta-analíticas más interesantes, así como resultados de investigaciones empíricas más recientes:

  • En inteligencia general no existen diferencias.
  • En capacidad verbal no se puede afirmar que existan diferencias. Sin embargo, las mujeres superan a los hombres en producción de palabras.
  • En capacidad matemática no se puede garantizar que haya diferencias.
  • En capacidad visoespacial existen diferencias consistentes en algunas aptitudes. En concreto, los hombres puntúan más en rotación mental y en percepción espacial; sin embargo, no hay diferencias en visualización espacial.
  • Sigue abierto el debate en torno al origen de las diferencias entre hombres y mujeres en inteligencia.

Diferencias entre hombres y mujeres en personalidad

Las diferencias intergrupales en función del género, al igual que ocurre con las capacidades intelectuales, son de menor magnitud que las que se dan intragrupalmente.

Tampoco se debe olvidar que las diferencias intergrupales en inteligencia generan más juicios de valor que las diferencias intergrupales en personalidad. Es más, si en las capacidades intelectuales es más deseable puntuar por encima de la media poblacional, en algunos rasgos de personalidad puede resultar más adaptativo situarse en torno a la media poblacional.

Principales conclusiones sobre la estabilidad de la personalidad

De la meta-análisis de Feingold (1994) se derivan las siguientes conclusiones:

  • De las nueve facetas comparadas entre hombres y mujeres, en cinco no existen diferencias estadísticamente significativas. Específicamente, en términos de promedio, son similares en impulsividad, sociabilidad, nivel de actividad, reflexividad y organización.
  • En las cuatro facetas restantes existen diferencias estadísticamente significativas. Así, las mujeres puntúan más alto que los hombres en escalas de ansiedad y confianza, y mucho más alto en sensibilidad. Por el contrario, los hombres puntúan significativamente más que las mujeres en asertividad, aunque las diferencias tienden a reducirse.
  • La variabilidad de las diferencias medias fue diferente según los rasgos considerados. Mientras que se observó una homogeneidad en los rasgos de ansiedad, nivel de actividad, confianza y organización, hubo una gran heterogeneidad en impulsividad, sociabilidad, asertividad y reflexividad.
  • Las diferencias de género se mantuvieron sin cambios en distintas edades, generaciones, niveles formativos y naciones.
  • En el estudio de las diferencias de género en los rasgos de personalidad se han considerado tres modelos: 1) biológico, 2) sociocultural y 3) biosocial. Los resultados obtenidos por Feingold son consistentes con la teoría de Bakan (1966) en la que postula que “los hombres y mujeres se diferencian en la dimensión instrumental vs. Expresiva”. Es decir, mientras que los hombres son más instrumentales (mayor puntuación en asertividad), las mujeres son más expresivas (mayor puntuación en afabilidad o sensibilidad en las relaciones interpersonales).
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