La Sociobiología, la Psicología Evolucionista y el Adaptacionismo
Es evidente que las 4 preguntas de Tinbergen constituyen en conjunto un programa de Psicobiología. A las dos primeras preguntas tratan de darle respuesta tanto la etología clásica, como hemos visto, como el conductismo, la psicología fisiológica, la neuroendocrinología de la conducta, la psicobiología del desarrollo, la neuropsicología, etc. De hecho, la psicología en su con junto podemos decir, un poco irónicamente pero sin faltar a la verdad, a la luz de los programas docentes conocidos, que es la ciencia que trata de explicar las causas próximas de la conducta. Junto a esto, hemos de decir que poco podemos decir sobre la filogenia de la conducta, por cuanto los restos fósiles que deja son, por no decir otra cosa, exiguos. Así que a partir de ahora nos centraremos en la tercera pregunta que, parafraseando, debe decir ¿cuál es la relación entre la conducta y la adaptación? Y cuando decimos adaptación queremos decir aptitud inclusiva. Si algo se puede decir de la Sociobiología y de la Psicología Evolucionista es que son adaptacionistas: este adjetivo, que en boca de muchos es derogatorio y despectivo, nosotros hemos de interpretarlo simplemente como descriptivo; con él se quiere hacer hincapié en que la conducta es, como todo en biología, fruto de la evolución por selección natural y que es posible, por tanto, relacionarla con la adaptación biológica. Resumiendo:
- la conducta es un factor esencial de la aptitud biológica, y
- el acervo conductual de cada especie forma parte del conjunto de adaptaciones de esa especie.
Estas afirmaciones, excesivas como parecen, las iremos perfilando a lo largo de todo este capítulo. Lo primero que hemos de aclarar es el concepto de adaptación en biología. Tiene dos acepciones, la primera, la más general e importante, es la que se mide por el grado relativo de aptitud biológica inclusiva. La segunda acepción es la que utilizamos cuando decimos que el sistema respiratorio o el ojo son adaptaciones: se trata de órganos o sistemas que aparentemente están diseñados para desempeñar una tarea específica y, a lo que parece, la realizan con notable eficacia siempre y cuando funcionen correctamente. Mientras que la Sociobiología es adaptacionista en la primera acepción, la Psicología Evolucionista lo es en la segunda (si bien, presupone la primera).
La Sociobiología
Cuando E.O. Wilson tituló su libro Sociobiología: La Nueva Síntesis (1975), quería sugerir un paralelismo entre el avance que supuso la Teoría Sintética de la Evolución respecto a la Teoría de la Evolución por Selección Natural de Darwin, y el progreso que aseguraba representar la Sociobiología al unificar la Teoría Sintética de la Evolución con la Sociología. En su esquema repetidamente copiado (Fig. 5.14) hace un pronóstico claro del peso de las diferentes subdisciplinas biológicas relacionadas con la conducta para el año 2000. Estamos en disposición de evaluar su validez predictiva. Pero lo importante no es si Wilson acertó o no, sino, qué es lo que aportaba la nueva ciencia si es que rea lmente era nueva y sintética. La Sociobiología, según Crawford (1987) es:
«el estudio sistemático de las bases biológicas de todas las conductas sociales. Sus herramientas explicativas se las proporciona la moderna teoría sintética de la evolución que es una síntesis de la teoría de la evolución y la genética. La ecología, la etología, la psicología comparada, la biología de poblaciones y la genética de la conducta son sus ciencias de apoyo. El significado evolutivo de las conductas altruistas, cooperativas, parentales, de apareamiento, agresivas, territoriales y comunicativas intriga de un modo particular a los sociobiólogos».
Las cuestiones que inquietan al sociobiólogo actual forman parte de la historia de la biología evolucionista y son muy anteriores a 1975. Por ejemplo, en 1964, Hamilton propuso que el altruismo reproductivo (cualquier conducta que favorece la reproducción de un congénere en detrimento de la propia reproducción), sólo podría explicarse por el parentesco genético (téngase presente que el altruismo reproductivo era una de las últimas paradojas de la teoría de la evolución por selección natural). A partir de aquí surge la necesidad de redefinir el concepto de aptitud biológica, puesto que no cabe pensar que en la naturaleza se dé la caridad reproductiva y ello por una buena razón: porque las siguientes generaciones se parecen sólo a los que se reprodujeron en la anterior; así que en la medida en que la conducta altruista tenga una base genética, esa conducta tendrá menos representantes cada vez, puesto que los genes subyacentes no pasan a la nueva generación.
El altruismo reproductivo basado en el parentesco permite lograr aptitud biológica, ya que aunque el altruista no se reproduzca, favorece que los genes altruistas pasen a la siguiente generación al facilitar el que otros familiares sí que lo hagan: el concepto importante es el de aptitud inclusiva, que es la suma de la aptitud directa (medida por el número de hijos) y la indirecta (la que se logra ayudando a los familiares a reproducirse). La aptitud inclusiva se mide por el número de copias de alelos propios que se logra pasar a la nueva generación. Se acuñó en este contexto un nuevo tipo de selección, la selección por parentesco (kin selection).
Es claro que el altruismo biológico está directamente relacionado con las interacciones entre individuos de la misma especie, lo que hace de él una posible explicación de muchas conductas sociales. También antes de 1975 aparecieron trabajos sumamente importantes para tratar de explicar biológicamente diversas conductas sociales: Trivers desarrolló un modelo para explicar el conflicto entre padres e hijos (1972) y el altruismo recíproco (1971), el que no se basa en parentesco genético, para explicar la cooperación que a menudo se observa ente congéneres, p. ej. en la crianza.
Por supuesto, la competencia entre individuos de la misma especie por los diversos tipos de recursos que determinan el éxito biológico (territorio, pareja, comida, etc…) ya eran objeto de estudio por parte de la zoología y la ecología. Por supuesto, la comunicación intraespecífica es otro tipo de conducta social de sumo interés para la biología de la conducta. Lo que no hay que olvidar nunca es que la sociobiología considera que las conductas sociales, del tipo que sean, son rasgos fenotípicos con base genética que afectan de modo significativo a la aptitud inclusiva. Esto significa que las conductas sociales están sujetas a la selección natural como cualquier otro rasgo biológico; la sociobiología postula que le son de aplicación las leyes y fórmulas de la genética de poblaciones, vg. la Ley de Hardy-Weinberg.
La Psicología Evolucionista
Aunque la Psicología Evolucionista se declara deudora y continuadora de la Sociobiología, creemos que las diferencias son sumamente significativas: mientras que la Sociobiología (y también la Ecología del Comportamiento) postulan que los organismos son máquinas biológicas ávidas de maximizar su aptitud, los Psicólogos Evolucionistas afirman que en realidad los animales en general, y la especie humana en particular, se limitan a ejecutar adaptaciones (aquí ejecutar tiene el mismo sentido que el que se da a esta palabra cuando se dice que se ejecuta un programa informático). Las adaptaciones, por supuesto, son los rasgos fenotípicos que han resultado del proceso de selección biológica (natural, sexual, por parentesco) y que, por tanto, forman parte de la naturaleza de la especie en la medida en que todos los miembros de la especie los poseen en mayor o menor medida. Y al igual que los programas de ordenador, cada adaptación funciona independientemente de las demás: la mente, entendida como el conjunto de procesos cerebrales que controlan la conducta, está formada por un conjunto de programas (o módulos) funcionales, cada uno de ellos especializado en un tipo de respuestas biológicamente significativas. Para hacernos una idea clara pondremos unos pocos ejemplos: el lenguaje humano es el resultado de la ejecución de un módulo distinto del módulo que permite a los individuos humanos representarse la realidad desde el punto de vista de otro ser humano (este módulo recibe el nombre de Teoría de la Mente); a diferencia de las teorías psicométricas de la inteligencia, que hablan de un factor general de inteligencia (el factor g) que afecta a muy diversos tipos de tareas, lingüísticas, matemáticas, espaciales, sociales, etc, la Psicología Evolucionista asume que cada módulo adaptativo (también llamado algoritmo darwiniano) es independiente de los demás y específico para cada tipo de actividad (dependiente de dominio). A esto es a lo que se viene llamando Teoría Modular de la Mente. Esta teoría, al menos, es capaz de explicar algunos fenómenos psicológicos bien documentados, v.g. el fenómeno de los autistas superdotados: son personas cuyo módulo de Teoría de la Mente es inexistente o muy débil y sin embargo algunos de ellos poseen capacidades musicales, o matemáticas, absoluta mente extraordinarias, a pesar de ser incapaces de funcionar de modo autónomo. Inversamente, niños con síndrome de Williams, cuyo CI está muy por debajo de la media, poseen sin embargo, unas habilidades lingüísticas y sociales insólitas, dada su discapacidad mental. Los módulos son adaptaciones en el mismo sentido en que lo es la mano o el ojo. Los Psicólogos Evolucionistas se han centrado sobre todo en las capacidades cognitivas, habiendo quien considera que la Psicología Evolucionista no es otra cosa que la síntesis entre la psicología cognitiva moderna y el adaptacionismo biológico: los procesos cognitivos humanos son independientes unos de otros y además son fruto de la selección biológica, natural, sexual o por parentesco.
El otro elemento básico de la Psicología Evolucionista es el que trata de conectar la historia evolutiva, concretamente de la especie humana, con el momento actual; nos estamos refiriendo al llamado Ambiente de Adaptación Evolutiva (AAE). Es un concepto interesante, aunque controvertido, y útil metodológicamente. Como ya se ha dicho, los humanos, como los miembros de cualquier otra especie, somos «ejecutores de adaptaciones». Pero ocurre que, al menos en apariencia, esas conductas, supuestamente basadas en módulos o algoritmos adaptativos, no resultan en beneficio del emisor ¿cómo es posible? Hay muchos ejemplos de conductas bastante generalizadas (universales) que no parecen tener en la actualidad ningún valor adaptativo: el ejemplo más obvio es de las fobias específicas, a las arañas, las serpientes, los lugares elevados, abiertos, las multitudes (ver cualquier manual de psicopatología). Lo que los Psicólogos Evolucionistas dicen es que esas conductas fueron adaptativas en un contexto original (el AAE), pero que ya no lo son porque el ecosistema ha cambiado mucho más deprisa, por acción de los propios humano~, de lo que lo hacen los módulos psicológicos, por cuanto éstos están regidos por programas genéticos que requieren, como todo el mundo sabe, mucho más tiempo para evolucionar (la evolución ocurre por mutación genética y selección biológica). Nótese sin embargo, que la evolución humana puede ser más rápida de lo que estamos normalmente dispuestos a admitir: un ejemplo es la implantación en poblaciones europeas y africanas de la variante genética que permite metabolizar la lactosa en adultos, hecho cuyo valor adaptativo sólo puede estar relacionado con la aparición de la ganadería, es decir, no hace más de 7000 años.