Introducción a la psicobiología de la drogadicción

Consideraciones generales

Se sabe que el uso de drogas va ligado a la experiencia del hombre desde tiempos muy remotos, sin embargo el uso o el abuso, son ahora mucho mas prevalentes y están mas extendidos en el mundo que en ninguna época de la historia. Aunque los avances científicos han sido considerables, todavía hoy en día no se dispone de una solución definitiva a este gran problema y ello es debido a que el abuso y la drogodependencia son problemas muy complejos, con gran compone tanto social como psicológico. Sin embargo, gracias a los aveces científicos, se puede afirmar que la drogadicción es una enfermedad tratable. Cabe destacar que la dependencia a las drogas aparece en todos los estamentos sociales y en todas las circunstancias económico-sociales.

Definiciones:

  • Uso: consumo de drogas de forma inapropiada, ya sean prescritas o no.
  • Abuso: patrón de consumo intenso y prolongado en el tiempo que puede conllevar riesgos importantes para la salud del sujeto consumidor.
  • Adicción: el paciente presenta compulsividad y una conducta de búsqueda incontrolable de la droga, además de otros desórdenes del comportamiento.

Tanto el uso como el abuso son conductas prevenibles, mientras que la drogadicción es una conducta tratable. La ciencia ha aportado la idea de que no necesariamente se dan en secuencia perfecta los tres conceptos, es mas, en algunos casos suele haber discontinuidad. Sin embargo si es preciso indicar que la dependencia es un desorden cualitativamente diferente, ya que el cerebro de los adictos es diferente al de los no adictos.

En última instancia las personas toman drogas porque les satisface el efecto que estas tienen en su SNC, así un consumo prolongado en el tiempo puede producir cambios duraderos en ciertas estructuras, lo que a su vez producirá desórdenes permanentes en el comportamiento. No obstante la drogadicción no sólo es una enfermedad del cerebro, esta aparece siempre en un entorno, en el cual han incidido o inciden variables tanto psicológicas como socioeconómicas, dichas variables afectan de forma decisiva a la respuesta cerebral ante el consumo de drogas.

Ambos factores, el biológico y el ambiental (psicológico y social) están intrincados de forma inseparable, lo cual tiene también su importancia de cara al tratamiento, ya que no se pretende tanto revertir los cambios fisiológicos, sino compensarlos en mayor o menor medida. Esta acción se podrá llevar a acabo mediante técnicas farmacológicas o psicológicas, ambas son efectivas para modificar fisiológicamente el cerebro, sin embargo los tratamientos mas eficaces son aquellos que las combinan.

Vulnerabilidad individual ante las drogas

Se estima que entre un 90-95% de la población ha consumido en alguna ocasión alcohol, los porcentajes van descendiendo en cuanto al tabaco y mucho mas de cara a drogas ilegales. Sin embargo y pese a la gran exposición, no todas las personas llegan a ser adictas. Por ello se piensa que debe existir una especie de vulnerabilidad individual a la drogadicción, sin embargo, aun no se sabe el por qué algunas personas se hacen adictas y otras no.

Entre los factores de tipo biológico podemos citar a los factores genéticos, como aquellos que predisponen a una mayor sensibilidad del sistema neuroendocrino a los efectos reforzantes de las drogas. Otros factores de riesgo son el grupo, el entorno familiar, escolar, laboral y el estado mental. Con respecto de estado mental se sabe que muchos adictos inician el consumo ya que piensan que la droga elegida reporta mejoras psicológicas, de hecho por el tipo de droga elegida para este primer consumo, se puede establecer un estadio de animo determinado, así ansiedad, estrés crónico y avatares de la vida negativos pueden inclinar hacia los barbitúricos o el alcohol, las depresiones o el bajo disfrute de la vida hacia los estimulantes como la cocaína.

Las drogas alteran y modifican la comunicación entre las células nerviosas por su incidencia sobre los NT y NM (neuromoduladores), muchas enfermedades mentales también tienen estos efectos en las mismas estructuras que se ven afectadas por las drogas, de ahí que exista relación entre el estado mental del sujeto en el momento de la elección de la droga y la droga elegida. En este sentido los pacientes deprimidos son los más susceptibles de consumir cocaína para aliviarse los síntomas del estado de animo. Ademas algunos de los efectos de la cocaína sobre el SNC son similares a los antidepresivos clásicos, entre los síntomas del SA de la cocaína esta el estado de animo deprimido. De hecho en los tratamientos de la adicción a la coca se usan antidepresivos.

Con frecuencia, los adictos tienen otra serie de problemas, ademas de la propia adición, problemas de índole psiquiátrica, medica, económicos, familiares, penales. etc., que resultan mas abrumadores, si cabe, para el sujeto que la propia adición. Así el tratamiento de estos pacientes es divicil si no se tienen en cuenta todos estos problemas y, normalmente acaba en fracaso.

La aceptación de la existencia de una vulnerabilidad individual a la drogadicción a llevado a considerar que esta enfermedad tiene un desarrollo similar al de otras de tipo puramente biológico, como por ejemplo las infecciosas, donde se distinguen agente (droga), huésped ( sujeto) y, variables ambientales (experiencias personales, situación socioeconómica, etc.), en este sentido la sociedad debe tener claro que se deben atender a los tres componentes de la enfermedad.

Teorías sociales sobre la drogadicción

Basándose en la edad de inicio del consumo del alcohol en un adolescente, se puede prevenir como será el rendimiento académico, y otras conductas como mentiras, engaños, disputas y actitudes violentas. Lo mismo cabe decir de la marihuana, así un pronto inicio en el consumo de estos tóxicos demuestra una tendencia a 1) comportamientos menos convencionales, 2) mayor susceptibilidad a la presión del grupo, 3) la delincuencia y 4) un menor rendimiento académico.

Características y/o circunstancias comunes a los drogadictos:

  1. Consumo: pautas definidas. Consumo de drogas legales (alcohol y tabaco), precede al uso de drogas ilegales.

  2. Síndrome amotivacional: unido al uso de ciertas drogas (marihuana). Caracterizado por cambios de la personalidad que implican apatía y falta de interés generalizado. Es posible que este síndrome exista antes de iniciarse en el consumo de marihuana, y que su uso lo acentúe.

  3. Previo al consumo de drogas ilegales:

    1. Inmadurez emocional e inadaptación.

    2. Adolescentes con mal rendimiento académico e historial conflictivo en los centros escolares.

    3. Delincuencia y comportamientos no aceptados socialmente.

    4. Conjunto de actitudes que facilitan el desarrollo de conductas socialmente desviadas.

    5. Comunidades y barriadas donde el uso de la droga es común.

    6. Conducta y actitud hacia las drogas del grupo de pertenencia (uno de los predictores más destacados).

    7. Niños que se sienten emocionalmente distantes de sus padres (mayor probabilidad de llegar a ser drogadictos).

    8. Mayor edad al iniciar el consumo de drogas = menos probabilidad de llegar a ser dependiente. Período de mayor riesgo de iniciación alrededor de los 20 años.

    9. Cambios en la estructura familiar. Niños que viven con uno solo de sus padres por motivos de separación o divorcio tienen mayor probabilidad de iniciarse en el consumo.

    10. Sentimiento de discriminación debido a la raza, género, clase social u otros factores.

    11. Comunidades en las que la implicación en el consumo y posterior tráfico de drogas es la única alternativa real de éxito económico

La socialización de los que pueden llegar a ser drogadictos es diferente en etapas críticas del desarrollo social.

Teorías basadas en la estructura social

Planteamiento de estas teorías: el comportamiento de los individuos (consumo de drogas) es el resultado de cómo las subculturas, los grupos y la sociedad están organizados, y no es algo particular y propio de los sujetos. No es la sociedad, el grupo o la subcultura en sí la que está causando la aparición de esos comportamientos, si no la organización de esas entidades sociales o la falta de una organización adecuada.

Teorías sobre la desorganización y tensión sociales. Estudian cuáles son los diferentes tipos de cambio social que provocan rupturas y cómo afectan a las personas. A causa del rápido cambio social, los individuos pertenecientes a una comunidad social, religiosa, comercial o económica no se sienten integrados en un momento dado en esas comunidades. Es entonces cuando algunos individuos no integrados comienzan a tender hacia conductas desviadas. La continuidad y estabilidad son esenciales para una socialización adecuada. Las sociedades tecnificadas provocan cambios sociales rápidos, generándose elementos desestabilizadores y desorientadores, pudiendo afectar a los miembros de las organizaciones en épocas críticas de su desarrollo. Ej., adolescentes en periodos de transformación y búsqueda de su identidad personal, con fácil acceso al consumo de drogas.

Cuando la sociedad cambia de preindustrial a industrial y después a postindustrial, se crean nuevas subculturas en el desarrollo social. Cuanto mayor es el nº de etapas en el desarrollo social, mayor es la fragmentación entre los miembros de la comunidad. Esta fragmentación hace cerrados a los grupos sociales, promoviendo la unión entre los miembros de cada grupo y desalentando el contacto con otros grupos.

La confusión y vivencia de ausencia de control de los individuos en las nuevas subculturas así creadas puede conducir al consumo, abuso y dependencia de drogas.

Teoría de la subcultura: el uso y abuso de drogas se debe a la presión de grupo. La influencia de los líderes es clave para entender cómo los miembros del grupo pueden ser convencidos para experimentar con drogas.

Teorías basadas en los procesos sociales

Mantienen que el individuo está forzado por factores extraños a él o es socializado por otros para consumir drogas.

Teoría del aprendizaje social: la drogadicción es una conducta aprendida socialmente. Aprendida a través de la imitación, ensayo y error, improvisación, el reforzamiento de la conductas apropiadas y los procesos cognitivos. Esta teoría intenta explicar cómo se adquiere la conducta de adicción a drogas a través de su interacción con los miembros del grupo.

Grupos primarios: en ellos se comparte un alto grado de intimidad y espontaneidad, los miembros están unidos por lazos emocionales. Ej., familias y residentes en una urbanización o barrio concreto. En estos grupos, se da un tipo de interacción respecto al consumo de drogas altamente específica. Debido a esta interacción, se aprenden técnicas concretas, vivencias y significados apropiados que suelen ir asociados con una droga determinada.

Secuencia aprendida de conductas hasta convertirse en drogadicta una persona (Becker):

  1. Aprendizaje de la técnica de autoadministración de la droga.

  2. Aprendizaje de la percepción de los efectos (de la auténtica sensación y experiencia placentera).

  3. Aprendizaje de los lugares y personas de donde puede recabarse la droga.

  4. Aprendizaje de cómo mantener en secreto su consumo (padres, educadores, etc).

  5. Aprendizaje de la justificación para el consumo continuado.

Este tipo de teoría explica cómo los adultos y ancianos aprenden una actitud favorable hacia el uso de drogas. A través de anuncios, industria farmacéutica, tabaquera, del alcohol…, va instruyendo e inculcando la necesidad, las técnicas y los significados apropiados ligados al uso de drogas que harán sentirse mejor a los usuarios.

Teoría del control: importancia de la socialización positiva. La socialización es el proceso por el que los individuos aprenden e internalizan las actitudes, valores y comportamientos precisos para ser miembros partícipes de la sociedad convencional. Esta teoría mantiene que la conducta humana puede llegar a ser desviada socialmente si se deja sin un control social. Es necesario mantenerse unidos a instituciones como la familia, la escuela y otras de carácter político, social o religioso.

El proceso de socialización consiste en la creación de sistemas de control internos y externos, que pueden ser fuertes o débiles:

Control interno: grado de autocontrol, tolerancia a la frustración, autopercepción positiva o negativa, consecución exitosa o no de metas y tendencia o resistencia a conductas desviadas. Los controles internos son los impulsos, disgustos, frustraciones, rebeliones y sentimientos de inferioridad que animan a una persona a implicarse en conductas asociales. Las presiones ambientales, como la condición social, pueden limitar la consecución de objetivos marcados. Esas condiciones pueden ser: pobreza, falta de cultura, desempleo y marginación por razones de raza.

Control externo: supervisión y disciplina (efectiva o inefectiva), formación moral (consistente o inconsistente), identidad y aceptación personal (positiva o negativa).

Si un individuo tiene un sistema de control externo débil, el sistema de control interno tiene que entrar en funcionamiento para superar las presiones exteriores.

Si el sujeto tiene un fuerte control externo por una buena socialización, formación moral y desarrollo de la autoestima, puede que no precise mucho de su control interno.

Si hay una descompensación entre ambos sistemas (interno y externo) hay una cierta probabilidad de caer en la droga. Si ambos sistemas son débiles, aumenta la probabilidad.

Teorías del etiquetado: la imagen que tenemos de nosotros mismos está en gran parte determinada por los otros miembros de la sociedad. Cada uno de nosotros puede controlar escasamente la imagen que nos gustaría representar. La sociedad tiene más poder en redefinir nuestra imagen. Nuestra imagen está en las manos de quienes admiramos y respetamos. Si los miembros de la sociedad definen nuestras acciones como positivas o negativas, esas definiciones llegan a ser realidad.

Hay categorizaciones negativas que son tan poderosas que incluso dominan sobre las positivas. Ej., si decimos que fulanito es drogadicto, esta etiqueta es tan fuerte que predomina sobre otras categorías que puede tener fulanito. Una vez que es puesta la etiqueta, es más fácil para los individuos sostener la imagen asignada por la sociedad. Algunos autores sostienen que tras la imposición de una categoría principal negativa se produce el fenómeno de la interpretación retrospectiva, por la que el grupo social reconstituye la identidad del individuo etiquetado. Esto supone redefinir la imagen de la persona en ese grupo.

Esta teoría sugiere que las categorías que empleamos para etiquetar a los individuos tienen influencias sobre su autopercepción.

No explica por qué aparecen las conductas desviadas, pero sugiere cómo podemos llegar a autopercibirnos como desviados socialmente a causa de las percepciones de los demás. Dos tipos de desviaciones sociales:

Desviación primaria: ocurre sin que el ejecutor tenga la impresión de haberla realizado. Primeros actos delictivos. En este caso, lo importante es que el actor no se identifique con que ha cometido un delito.

Desviación secundaria: aparece cuando el individuo comienza a considerarse y percibirse como desviado socialmente. En el momento ocurre esta autopercepción, la desviación primaria pasa a ser secundaria.

Cuando una persona cree que el uso de una droga determinada le sienta bien, la probabilidad de que su consumo se haga regular aumenta considerablemente.

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