Introducción a la Neuropsicología Clínica Infantil
La neuropsicología infantil es el estudio del funcionamiento del cerebro y del comportamiento en niños y adolescentes. El funcionamiento del cerebro tiene una repercusión directa sobre la adaptación conductual, cognitiva y psicosocial.
Varios estudios han señalado la importancia de la integridad en el funcionamiento de los sistemas cerebrales corticales y subcorticales para la adaptación general de niños y adolescentes.
Es frecuente remitir a niños con trastornos de aprendizaje (dislexia) y trastornos graves del desarrollo, a los servicios de neuropsicología infantil para su evaluación y tratamiento. También se remiten los trastornos psiquiátricos, incluidos el TDAH, el TOC, los trastornos emocionales y las alteraciones de la conducta.
Los servicios de neuropsicología pediátrica reciben, además, patologías diversas porque todos los casos se benefician de una evaluación neuropsicológica exhaustiva de sus capacidades y limitaciones: lesiones cerebrales por traumatismos craneoencefálicos, trastornos producidos como consecuencia de la exposición a sustancias teratógenas (alcohol, cocaína, plomo, radiación), recuperación de procesos cancerígenos y tumores cerebrales, crisis epilépticas y trastornos del movimiento.
La contribución de la neurociencia
La neuropsicología clínica infantil ha avanzado gracias al uso de tecnologías médicas como la resonancia magnética (RM), la tomografía por emisión de positrones (TEP), la tomografía axial computarizada (TAC) y la medida del flujo sanguíneo cerebral regional (FSCr). Resulta prometedor el uso de las técnicas de Resonancia Magnética funcional para investigar la actividad del cerebro mediante el registro de los cambios del FSCr en los trastornos neuroevolutivos. Una nueva técnica, imágenes mediante el tensor de difusión (TD), permite ver los fascículos de sustancia blanca en el cerebro, que transmiten los mensajes neurales, y proporciona con ello la oportunidad de evaluar la eficiencia en la transmisión de los mismos.
En la actualidad se ha demostrado que tanto los trastornos psiquiátricos infantiles (que se creía tenían un carácter mental o funcional), como las alteraciones del comportamiento (que se relacionaban con la falta de contingencia en los programas de refuerzo y otros factores ambientales) tienen una base neuroquímica o están relacionados con el desarrollo neural.
Los niños y adolescentes con TDAH tienen disfunciones de distintas vías corticales en función de las manifestaciones conductuales del trastorno, tales como exceso de activación, falta de inhibición, o deficiencias cognitivas. La disfunción del SNC a la que se atribuyen las dificultades de lectura se ha relacionado con la disfunción de regiones corticales específicas del hemisferio izquierdo, que median en el conocimiento de los fonemas y el procesamiento lingüístico y semántico.
Normas para la formación profesional
Organizaciones profesionales que agrupan a investigadores y neuropsicólogos clínicos en infantiles:
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INS: Sociedad Neuropsicológica Internacional
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División 40: Neuropsicología Clínica
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APA: Asociación Estadounidense de Psicología
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NAN: Academia Nacional de Neuropsicología
Estas organizaciones se han tomado un interés especial por las normas reguladoras de la formación profesional. La INS recomienda una formación de doctorado, con cursos de psicología general, psicología clínica, neurociencia básica y neuropsicología clínica. Se sugiere que el periodo de residencia abarque 1800 horas y que al menos la mitad de este tiempo se dedique a la neuropsicología clínica.
Cuestiones multiculturales en neuropsicología
Muchas de las medidas utilizadas en la evaluación neuropsicológica no se han estandarizado para grupos étnicos distintos de la clase media blanca. El estudio de los aspectos culturales es muy reciente en neuropsicología, ya que antes se sugería que la investigación del cerebro no tiene límites culturales. Sin embargo, trabajos más actuales han señalado que el uso de las manos, la especialización de los hemisferios cerebrales y los autoinformes sobre el comportamiento se relacionan no sólo con el desarrollo del cerebro, sino también con aspectos culturales.
Los niños pertenecientes a diversas etnias se beneficiarían de distintas estrategias de aprendizaje.
Formación profesional y deontología
El código deontológico de la APA y la NASP (National Association of School Psychologists) especifican que los clínicos deben prestar servicios dentro del ámbito de su competencia. Si se carece de la formación indispensable en neuropsicología, no deben utilizarse procedimientos, evaluaciones ni interpretaciones neuropsicológicas.
Los profesionales educativos y clínicos son a menudo quienes antes constatan los problemas del comportamiento, psicológicos y cognitivos que muestran los niños con trastornos relacionados con el cerebro.
Las investigaciones tempranas son particularmente importantes para el desarrollo óptimo de niños con bajo peso al nacer, los expuestos intrauterinamente a drogas y alcohol, los que nacen con SIDA, y los bebés y preescolares con retrasos significativos ya sean cognitivos, del lenguaje y/o motores.
Todos los psicólogos debieran cursar, al menos, una asignatura sobre las bases biológicas del comportamiento, para cumplir con el requisito que la APA exige.
Leyes importantes para la prestación de servicios neuropsicológicos
La legislación estadounidense incluye la Ley para la Educación de Personas con Discapacidades (IDEA), la Sección 504 de la Ley de Estadounidenses con Discapacidades (ADA) y la Ley de Responsabilidad y Transferibilidad de Seguros Médicos (HIPAA).
La ADA de 1990 y la Sección 504 de 1973 requieren que se dispongan las adaptaciones razonables para las personas con discapacidades en todos los niveles escolares y en el ámbito laboral. Aunque estas leyes también se aplican a los 12 grados de educación básica, suelen quedar relegados por IDEA, ley autorizada en 2004, mediante la cual se aplica la financiación federal a los colegios con el mandato de que los estudiantes con discapacidades reciban una educación libre y apropiada en el ambiente menos restrictivo posible.
IDEA
La ley IDEA fue inicialmente aprobada como EACHA en 1975. Con anterioridad a la aprobación de estas leyes, los niños con discapacidades severas no estaban escolarizados y había pocos programas dedicados a su educación en las escuelas públicas. Dos juicios civiles importantes sirvieron como base para la aprobación de EACHA y finalmente de IDEA: la Asociación de Pensilvania de Niños con Retraso Cognitivo (PARC) contra el Estado de Pensilvania, y Mills contra el Comité de Educación del Distrito de Columbia.
PARC fue interpuesto por padres y madres de niños con retraso cognitivo a quienes había sido negado el acceso a la educación pública. La sentencia obligaba a posibilitar el acceso a una educación plena para estos niños así como formación para que desarrollen tanta autosuficiencia como sea posible. El tribunal exigió al estado de Pensilvania que localizara e identificara a todos los niños en edad escolar excluidos de los centros públicos y les proporcionara la educación apropiada.
En Mills, el pleito fue interpuesto en nombre de siete niños con discapacidades comportamentales, emocionales y de aprendizaje. La decisión de la corte obligó a las escuelas a proporcionar enseñanza sin importar el tipo de limitación del alumnado.
La probación final de EACHA estableció que los niños con discapacidades tenían derecho a recibir educación especial y los servicios asociados para resolver sus necesidades individuales.
EACHA se convirtió en IDEA en 1990. Los seis aspectos que definen IDEA son:
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Rechazo cero
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Evaluación no discriminatoria
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Educación libre y apropiada
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Ambiente menos restrictivo
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Proceso debido
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Educación de padres, madres e hijos.
“Rechazo cero” significa que se atiende a todos los niños sea cual sea su discapacidad. Una educación libre y apropiada requiere que cualquier servicio que los estudiantes precisen para mejorar su educación se proporcione sin ninguna carga adicional para padres, madres o tutores legales. Que la educación sea “apropiada” significa que ha de desarrollarse en el “ambiente menos restrictivo posible” y que hay que diseñar un plan educativo individual para cada estudiante acorde a sus necesidades. Contar con el ambiente de menor restricción obliga a que los alumnos estén escolarizados en el sistema de educación reglada la mayor parte de la jornada escolar posible. El plan educativo individualizado consiste en una serie de objetivos concretos, los nombres de las personas específicamente responsables de ayudar a los estudiantes a alcanzar esos objetivos y el cronograma para su consecución. La provisión del “proceso debido” permite que padres, madres o el colegio rebatan el lugar de escolarización, la evaluación, la identificación o el cumplimiento del requisito de educación libre y apropiada.
La implicación de padres y madres con los estudiantes se ha convertido en una parte fundamental de IDEA y existe financiación para programas educativos y de apoyo para bebés, alumnos de escuelas infantiles y preescolares con necesidades especiales y sus familias.
Sección 504
La sección 504 es parte de la ley de rehabilitación de 1973, y prohíbe negar el acceso a la participación en actividades dentro del ambiente educativo de los niños con discapacidades.
La sección 504 es un estatuto en contra de la discriminación diseñado para garantizar que las necesidades de estudiantes con discapacidades se satisfacen al mismo nivel que las de alumnos sin esas discapacidades. Los trámites necesarios para solicitar la sección 504 no son tan complicados como para solicitar IDEA, pero exigen varios requisitos:
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Descripción de la situación de los estudiantes
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La base para determinar si existe una condición que incapacita
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Una argumentación de cómo se ven afectadas actividades importantes de la vida cotidiana
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La identificación de cualquier medicación necesaria
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La relación de las modificaciones recomendadas y de las adaptaciones necesarias
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Una lista de los participantes implicados en la educación del caso
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Una fecha para la revisión y la nueva evaluación
Ley de responsabilidad y transferibilidad de seguros médicos (HIPAA)
HIPPA se aprobó en 1996 para proteger la privacidad y seguridad de la información de los pacientes. Entró en efecto en 2000, y requiere el cumplimiento estricto de la legislación federal y estatal para la protección de los historiales clínicos, particularmente cuando la información se comparte electrónicamente.
HIPPA fue diseñada para proteger a los consumidores y por ello obliga a los profesionales a notificar a los pacientes cualquier información que vaya a ser compartida con otras personas y a obtener el consentimiento antes de poder hacerlo. HIPPA obliga a que existan formularios de consentimiento para presentar a los pacientes antes de cualquier intercambio de información.
IDEA fue diseñada para proporcionar educación a alumnos con discapacidades, mientras que la sección 504 y ADA son leyes contra la discriminación.
Surgimiento de la neuropsicología clínica infantil
La neuropsicología clínica infantil ha surgido como una perspectiva teórica, empírica y metodológica para entender y tratar los trastornos de desarrollo, psiquiátricos, psicosociales y de aprendizaje en niños y adolescentes.
Un enfoque transaccional
Adoptamos una perspectiva transaccional para ilustrar:
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Cómo interactúan las patologías o las complicaciones en el desarrollo del cerebro con los factores ambientales en varios trastornos infantiles.
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Cómo se desarrollan los trastornos a lo largo del tiempo dependiendo de la naturaleza y severidad de la alteración neuropsicológica.
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Cómo hay que evaluar y tratar los trastornos del desarrollo nervioso, neuropsiquiátricos y adquiridos dentro de un protocolo clínico integrado que aborde factores neuropsicológicos, cognitivos, psicosociales y ambientales.
Toda evaluación correctamente realizada es terapéutica.
Perspectivas para el estudio de los trastornos infantiles
Es frecuente contraponer los marcos teóricos: médico o conductual, interno o ambiental, y neuropsicológico o psicopedagócico.
Hay que integrar distintas perspectivas no sólo para lograr una aproximación global a los trastornos del desarrollo nervioso, sino para conseguir el avance científico de la psicopatología infantil.
Paradigma neuropsicológico
La neuropsicología es el estudio de las relaciones entre el cerebro y la conducta, que asume una conexión causal entre las dos variables. La neuropsicología ofrece varias ventajas para el estudio infantil, porque:
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Proporciona los medios para analizar las secuelas a largo plazo de las lesiones cerebrales por traumatismo craneoencefálico.
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Presta asistencia a los pacientes pediátricos sometidos a tratamientos contra el cáncer y los tumores cerebrales.
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Facilita a padres, madres y profesionales escolares la comprensión del curso de las dificultades de aprendizaje, sociales y conductuales en los niños.
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Proporciona ayuda en el tratamiento de diversos trastornos psiquiátricos.
Los psicólogos conductistas argumentan que la neuropsicología desvía la atención de técnicas conductuales con validez contrastada para algunos tratamientos; los neuropsicólogos clínicos infantiles aplican intervenciones que consideran la interacción de los aspectos psicosociales, ambientales, neurocognitivos, biogenéticos y neuroquímicos del comportamiento.
Paradigma conductual
El análisis de los antecedentes y de las consecuencias del comportamiento es una característica esencial de los enfoques conductuales, que prestan especial atención al impacto del ambiente en la comprensión y solución de las dificultades de aprendizaje y comportamiento infantiles. En los paradigmas conductuales, las técnicas de evaluación e intervención están estrechamente relacionadas, por lo que a menudo se llevan a cabo simultáneamente. Los comportamientos se convierten en objeto de análisis y las intervenciones posteriores se desarrollan para tratar las áreas problemáticas.
La exposición al plomo reduce la capacidad de atención y aumenta la distracción y la desinhibición, además de afectar a las habilidades para el aprendizaje y el rendimiento académico. Es conveniente combinar evaluaciones neuropsicológicas y conductuales que ayuden a desarrollar las intervenciones más apropiadas.
Los niños que están en situación de riesgo de sufrir traumatismos cerebrales proceden a menudo de hogares desestructurados, tienen un diagnóstico previo de TDAH y no están bien supervisados.
Paradigmas psicosociales y cognitivos
La relación entre el funcionamiento cognitivo, las características psicosociales y los problemas neuropsicológicos en los trastornos infantiles es de naturaleza multi-direccional o transaccional.
Los síntomas del TDAH relacionados con la función cerebral (falta de atención, actividad excesiva, control deficiente de los impulsos y desinhibición del comportamiento) dan lugar a dificultades sociales.
Los niños con TDAH experimentan con frecuencia problemas de aprendizaje y ansiedad.
Los estimulantes son el tratamiento más frecuente del TDAH. Estos medicamentos modifican la actividad neuroquímica del cerebro y tienen un efecto positivo en el funcionamiento cognitivo y social de la mayoría de los niños con TDAH. A estos niños se los suele describir como desobedientes, rebeldes, rígidos, dominantes, irritables y molestos en situaciones sociales. Por otra parte, el rechazo de los compañeros es habitual es casos de TDAH, sobre todo cuando se producen agresiones.
El TDAH puede producir aislamiento social persistente; esto ocurre en adultos, después de que los síntomas principales de hiperactividad hubieran desaparecido.
Los niños y adolescentes con TDAH también presentan alteraciones cognitivas asociadas de carácter severo y crónico. Las alteraciones neuroquímicas y neuropsicológicas básicas interactúan con factores sociales, psicológicos y comportamentales dando lugar a problemas significativos de adaptación a niños con TDAH.
Datos neurofisiológicos y neuroanatómicos relacionados con los problemas psicosociales y cognitivos presentes en casos de TDAH:
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Falta de activación o hipoactivación en el sistema reticular activador ascendente (SRA), región subcortical que activa la corteza cerebral.
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Diferencias anatómicas sutiles en el núcleo caudado derecho (cerca de los ventrículos laterales) y en los lóbulos frontales.
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Rodilla y/o esplenio del cuerpo calloso de menor tamaño.
La administración de metilfenidato activa los lóbulos frontales. Una vez activados, los lóbulos frontales van a modular regiones cerebrales corticales y subcorticales que tienen que ver con el control de la actividad motora y con la tendencia a la distracción.
Barkley (1994): el TDAH no es un trastorno de la atención, sino más bien de la regulación, por lo que síntomas específicos como la falta de inhibición de la respuesta y la autorregulación escasa, serían probablemente el resultado de la alteración de las funciones ejecutivas mediadas por la corteza frontal.
Esta teoría se apoya en estudios de neuroimagen estructural que han encontrado cambios en la región anterior del cíngulo – estructura situada en los lóbulos frontales que desempeña un papel importante en la dirección de la atención y el repaso de errores – cuando existe un historial de medicación.
Los niños con trastornos de aprendizaje (TA) presentan limitaciones psicosociales y cognitivas.
Paradigma transaccional Hasta la fecha, el paradigma neuropsicológico transaccional no se ha aplicado sistemáticamente a las diversas psicopatologías infantiles.
Un modelo transaccional permite investigar cómo los sistemas neuropsicológicos funcionales alterados, en comparación con los intactos interactúan, a la vez que limitan la adaptación cognitivo- intelectual y psicosocial en niños y adolescentes.
El modelo neuropsicológico transaccional de los trastornos infantiles sugiere que las regiones cerebrales tienen una influencia recíproca sobre diversos sistemas funcionales neurales que afectan a la capacidad intelectual y perceptiva en la infancia.
Las relaciones entre cerebro y conducta son dinámicas y fluídas.
(* ver teoría de Sameroff)
Perspectivas neuropsicológicas en la evaluación y la intervención
La evaluación neuropsicológica clínica infantil se centró inicialmente en identificar la presencia o ausencia de lesiones cerebrales, comparar las diferencias cognitivas entre los niños y adultos después de las lesiones y determinar el tipo y la naturaleza del déficit cognitivo específico asociado a las mismas. Tuvo gran importancia la búsqueda de un instrumento o prueba que permitiera localizar y lateralizar la lesión cerebral.
Actualmente el objetivo de la evaluación neuropsicológica infantil y adolescente gira alrededor de los siguientes supuestos:
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La neuropsicología establece una distinción entre las conductas que forman parte de un desarrollo normal y las que son consecuencia de alteraciones del sistema nervioso central, considerando el contexto socioambiental infantil.
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La neuropsicología intenta identificar y explicar los diversos trastornos o problemas de aprendizaje asociados al funcionamiento alterado del cerebro.
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Con el fin de mejorar la identificación e intervención tempranas, la neuropsicología evalúa el curso neuroevolutivo de los subtipos específicos de trastornos de aprendizaje,
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Además de evaluar los efectos del posible deterioro de las funciones asociado a enfermedades cerebrales degenerativas, los neuropsicólogos hacen un seguimiento de la recuperación de las mismas después de las lesiones cerebrales y de la neurocirugía.
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Los neuropsicólogos hacen hincapié en la comprensión de las patologías cognitivas, conductuales, intelectuales, motoras, de atención, memoria y personalidad asociadas a la lesión cerebral por traumatismo craneoencefálico.
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La neuropsicología investiga los trastornos psiquiátricos de niños con trastornos neurológicos graves.
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La neuropsicología ayuda al diseño de programas de rehabiltiación, particularmente cuando se aplican dentro de un marco clínico integrador.
La neuropsicología infantil en el marco del curso del desarrollo nervioso
El desarrollo infantil no es uniforme, y algunas habilidades se adquieren a distintas edades en distintos casos. Los problemas del desarrollo neural en habilidades visuoespaciales, visuoperceptivas y visuomotoras son más frecuentes en niños pequeños con trastornos de aprendizaje. En niños de más edad, son más habituales las dificultades de razonamiento y habilidades lingüísticas complejas.
Fletcher y Taylor (1984): describen un procedimiento para conceptualizar la neuropsicología durante el desarrollo. Los postulados básicos de este modelo (un enfoque de organización funcional) acentúan la importancia de dividir las características conductuales de los trastornos del desarrollo entre las que conforman la base de la discapacidad y las que correlacionan con la discapacidad. Hay que considerar variables moderadoras como los factores ambientales y sociales, que influyen sobre las capacidades y discapacidades básicas infantiles, y considerar al sistema nervioso central como uno de estos factores con influencia potencial.
Razones a favor de un modelo neuropsicológico integrado
Recomendamos un paradigma neuropsicológico integrado para llevar a cabo diagnósticos clínicos precisos, para determinar el curso y el pronóstico del problema, y para diseñar las intervenciones del tratamiento de los trastornos infantiles y adolescentes.
La investigación demuestra que los déficits del desarrollo neural identificados en bebés están asociados a dificultades de aprendizaje y problemas de adaptación posteriores.
La naturaleza y gravedad de las lesiones cerebrales se relaciona con los problemas cognitivos, psicosociales y adaptativos que experimentan los niños.
Es frecuente observar desinhibición social en niños con lesiones por traumatismo craneal interno.
La mayoría de los trastornos psiquiátricos tiene una base bioquímica y algunos requieren tratamiento psicofarmacológico junto con intervenciones conductuales y psicosociales más tradicionales.
Muchos trastornos infantiles son de naturaleza crónica y limitan seriamente la adaptación de los niños a largo plazo.
Resumen tema 01
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La neuropsicología infantil es el estudio del funcionamiento del cerebro y del comportamiento en niños y adolescentes. Ha surgido como una perspectiva teórica, empírica y metodológica para entender y tratar los trastornos del desarrollo, psiquiátricos, psicosociales y de aprendizaje.
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La neuropsicología tiene en cuenta: Alteraciones del SNC considerando el contexto socioambiental, trastornos de aprendizaje asociados a alteraciones del cerebro, evalúa el curso neuroevolutivo de los subtipos de trastornos de aprendizaje, hace seguimiento de la recuperación después de lesiones o neurocirugía, hace hincapié en la comprensión de patologías cognitivas, conductuales, intelectuales, motoras, de atención, memoria y personalidad asociadas a la traumatismos craneoencefálicos, investigas trastornos psiquiátricos, y ayuda al diseño de programas de rehabilitación.
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Se debe tener en cuenta para los resultados neuropsicológicos la pertenencia étnica, diferencias ligüísticas, nivel educativo, etc., a la hora de las valoraciones. La sensibilidad frente a las diferencias culturales es importante.
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Los profesionales educativos y clínicos son a menudo quienes antes constatan los problemas del comportamiento, psicológicos y cognitivos que muestran a los niños con trastornos relacionados con el cerebro.
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Los psicólogos que trabajan con niños muy pequeños desempeñan un papel crucial tanto en la identificación de alteraciones del desarrollo nervioso sutiles que responden positivamente a la intervención temprana, como en la aportación de intervenciones educativas para niños previamente diagnosticados.
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La sección 504 americana es un estatuto en contra de la discriminación, diseñado para garantizar que las necesidades de estudiantes con discapacidades se satisfacen al mismo nivel que la de los alumnos sin estas discapacidades.
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Los estudios han comenzado a demostrar que la naturaleza y persistencia de los problemas de aprendizaje dependen de la interacción entre los sistemas neurológicos alterados y los intactos.
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El enfoque transaccional ilustra cómo interactúan las patologías o complicaciones en el desarrollo con los factores ambientales, cómo se desarrollan a lo largo del tiempo dependiendo de la naturaleza y severidad de la alteración neuropsicológica, y cómo hay que evaluar y trabajar los trastornos del desarrollo nervioso, neuropsiquiátrico y adquiridos. Toda evaluación correctamente realizada es terapéutica. Se hace hincapié en la consulta y colaboración con los cuidadores, así como en ayudar a los niños a adaptarse en las áreas problemáticas.
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Paradigma Neuropsicológico: Los neuropsicólogos clínicos infantiles aplican intervenciones que consideran la interacción de los aspectos psicosociales, ambientales, neurocognitivos, biogenéticos y neuroquímicos del comportamiento, y a menudo, las mismas técnicas conductuales.
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Paradigma conductual: Presta interés al impacto del ambiente en la comprensión y solución de las dificultades de aprendizaje y comportamiento infantiles. Los comportamientos se convierten en objetivo de análisis y las intervenciones se desarrollan para tratar estas áreas problemáticas.
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Paradigmas psicosociales y cognitivos: La relación entre el funcionamiento cognitivo, las características psicosociales y los problemas neuropsicológicos en los trastornos infantiles es de naturaleza multidireccional o transaccional.
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Las alteraciones neuroquímicas o neuropsicológicas básicas interactúan con factores sociales, psicológicos y comportamentales dando lugar a problemas significativos de adaptación a niños con TDAH. Además, se ha encontrado un grado de activación bajo en progenitores con TDAH que también tienen niños con TDAH.
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Barckley (1994) ha argumentado que el TDAH no es un trastorno de atención sino más bien de la regulación, por lo que síntomas específicos, tales como la falta de inhibición de respuesta y la autorregulación escasa, serían probablemente el resultado de la alteración de las funciones ejecutivas mediadas por la corteza frontal.
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Paradigma transaccional: Analiza la influencia de factores biogenéticos y ambientales básicos, que incluyen lesiones o exposición a toxinas en el periodo prenatal o posnatal, sobre el desarrollo y la maduración del SNC. Marco prometedor para investigar las dificultades de aprendizaje, el TDAH, los traumatismos craneales y otros trastornos del desarrollo nervioso.
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La Teoría de Sameroff (interacción bio-conductual) asume una interacción dinámica entre los sistemas biogenéticos, neuropsicológicos, ambientales, cognitivos y sociales, postulando que las fuerzas biogenéticas dan forma a las experiencias infantiles, y son las más predominantes durante la embriogénesis e infancia temprana.
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Los cuidados de los progenitores no modifican las tendencias biológicas infantiles, pero pueden servir de protección frente a determinadas predisposiciones biológicas.
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Las relaciones entre cerebro y conducta son dinámicas y fluidas y por ello, hay que investigar esta interacción en la evaluación clínica y el tratamiento de los trastornos.
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Las investigaciones de neuropsicología clínica infantil comienzan a centrarse sobre la secuencia de desarrollo de habilidades, velocidad de ejecución, y manera en que estas cambian en cada etapa de desarrollo. No se pone énfasis en identificar las áreas del cerebro lesionadas, sino en cómo la discapacidad interfiere o altera el desarrollo normal.
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Las variables moduladoras no neurológicas y ambientales como Comportamiento, biología y ambiente interactúan con el funcionamiento cognitivo, social y emocional resultante.